Este 19 de abril, casi un año después, Juan Carlos I vuelve a pisar España por segunda vez desde que se exilió en Abu Dabi, en agosto de 2020. Procedente ahora de Londres, regresará a Sanxenxo, para ir de nuevo a las regatas, para estar con sus amigos de vela. Una segunda visita a su país envuelta en la nebulosa, en una mayor discreción, y de la que la Casa del Rey no sabe nada ni quiere saber. Tampoco el Gobierno. El monarca emérito se mueve sin rendir cuentas a la familia real, a la que sigue perteneciendo. "Estas visitas son planes suyos", recuerdan desde la Jefatura del Estado.
Este segundo desplazamiento a España de Juan Carlos I, de 85 años, puede ser algo distinto al anterior, once meses atrás. No solo porque no se prevé que mantenga un encuentro con su hijo, Felipe VI, el titular de la Corona y su jefe directo. También porque se espera que actúe con mayor discreción, después de las quejas rotundas que trasladara el Gobierno hace un año y la reprimenda que se llevó del Rey, y también por su negativa a dar explicaciones por su comportamiento personal, por sus acciones nada "éticas" del pasado, por las que fue investigado por la Fiscalía, que sin embargo archivó las tres causas abiertas por prescripción de los presuntos delitos o por haber sido supuestamente cometidos antes de su abdicación, cuando disfrutaba del escudo protector de la inviolabilidad. En la Moncloa, alineados con la Zarzuela, guardan cautela hasta ver cómo se desenvuelve la visita, si cae en un show mediático como hace casi un año o si se tienta más la ropa y se separa de los focos.
El lunes, cenó en el exclusivo club privado Oswald's de la capital británica y este martes asistió al partido del Chelsea y el Real Madrid en Stamford Bridge
Pero es difícil que no genere expectación. La prueba está en lo ocurrido en las últimas horas. Juan Carlos fue fotografiado mientras abandonaba el lunes un exclusivo club privado de Londres —el Oswald's, en el centro de la capital—, según publicó este 18 de abril el diario sensacionalista británico Daily Mail. El emérito abandonó el club a las 22.00 GMT escoltado por dos guardaespaldas, que le acompañaron a subir a un todoterreno negro, desde el que saludó a las cámaras con la mano. Y este martes se acercó hasta Stamford Bridge, el estadio del Chelsea, en el oeste de Londres, para asistir al partido de la Liga de Campeones que disputaron el equipo británico y el Real Madrid, invitado por el presidente del club blanco, Florentino Pérez.
Según había adelantado su entorno, el emérito tenía intención de mantener un encuentro privado con el rey Carlos III en Londres después de que no fuera invitado a su coronación, que se celebrará el 6 de mayo y a la que en representación de España solo acudirán los reyes Felipe y Letizia. Sin embargo, informa EFE, la Casa Real británica descartó el jueves pasado que esa cita fuera a tener lugar, como también lo negó la Embajada del Reino Unido en Madrid. Buckingham Palace, de hecho, señaló a la agencia de noticias española que "no reconoce" las informaciones que apuntaban a un posible almuerzo entre el actual monarca inglés y Juan Carlos I.
Así las cosas, el exjefe del Estado llegará a este miércoles procedente de Londres al aeropuerto de Vigo, en una hora que por ahora se desconoce, y desde allí se desplazará hasta Sanxenxo. La regata tiene lugar el fin de semana y en ella participará el Bribón.
Menos detalles que en 2022
El año pasado, el emérito se alojó en casa de su amigo Pedro Campos, armador del Bribón, como había hecho en otras ocasiones, pero esta vez no está confirmado ese dato, ni tampoco ha querido dar detalles el alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín, informa EFE. "No tengo ninguna noticia oficial de que llegue mañana [por este miércoles]. El año pasado, el rey llevaba más de dos años sin venir a España y fue noticia a nivel mundial. Este año, si tenemos la suerte de que venga, viene a disfrutar de las regatas en la ría de Pontevedra, que es la mejor ría del mundo para hacer el deporte que más le gusta", señaló el regidor a la prensa.
En esta visita, el entorno del emérito ha guardado más prudencia. De su viaje se enteró la Zarzuela una vez se adelantó la noticia en los medios, no de antemano
Poco se sabe de los planes de Juan Carlos I. Se espera que descanse este miércoles tras su llegada de Londres y embarque el jueves para entrenarse con la tripulación del Bribón antes de la regata del sábado y domingo. Luego, partirá de nuevo hacia Abu Dabi. En la Zarzuela señalan que "no está previsto" que haya ningún encuentro con el Rey. De hecho, la información de la que dispone la Corona es la que se ha ido publicando en los medios: "Hemos leído que no tenía pensado pasar por Madrid. Y estas visitas son planes suyos, no tenemos más referencias que esas". La noticia de que pretendía regresar a España tras pasar por Londres la supo la institución a través de la prensa, y no de antemano, según confirman a este diario fuentes de la Jefatura del Estado.
Tampoco sabe la Zarzuela cuál ha sido la agenda del emérito en Londres, ni la que tendrá en Sanxenxo. La Casa del Rey contaba con que el padre de Felipe VI viajaría a España después de las elecciones autonómicas y municipales del 28-M, no antes, y se encontró con que el exjefe del Estado cambió de planes con el argumento de ese almuerzo privado con Carlos III que Buckingham "no reconoce". La Corona entendía que no era conveniente una segunda visita del emérito antes de las urnas, por su impacto en el proceso electoral, ya que ahora quedan menos de seis semanas hasta los comicios.
La incomodidad es patente tanto en la Zarzuela como en la Moncloa. En la Jefatura del Estado insisten en que no tienen nada que decir sobre la visita del monarca emérito, y se remiten a la carta a su hijo de marzo del año pasado —previa a su primer retorno a España—, en la que comunicó su decisión de "residir de forma permanente y estable" en Abu Dabi, y en la que aseguró que volvería "con frecuencia" a su país, para "visitar a la familia y amigos". "Soy consciente de la trascendencia para la opinión pública de los acontecimientos pasados de mi vida privada y que lamento sinceramente", escribió, sin dar explicaciones de sus actividades presuntamente irregulares del pasado, misiva que molestó en la Moncloa y con la que el propio Pedro Sánchez se declaró insatisfecho.
En el equipo del presidente insisten también en que esta es una "visita privada" sobre la que no quieren hacer más comentarios
En el círculo del presidente insisten en que la de este miércoles es una "visita privada" de Juan Carlos I, sobre la que quieren hacer comentarios, a la espera de ver su "comportamiento" y si es más discreto que el del año pasado. Al Ejecutivo le irritó el road show del exjefe del Estado el año pasado, y que finalmente despachara a los periodistas con un "¿explicaciones, de qué?" cuando le preguntaron si estaba dispuesto a dar cuenta de sus actividades presuntamente delictivas del pasado. El Gobierno, a día de hoy, sigue pensando que el monarca emérito debe dar explicaciones, aunque su empeño, igual que el de la Zarzuela, es conferir un perfil bajo a este segundo viaje, también con la pretensión de que dañe lo menos posible a la Corona.
"Dando explicaciones y no paseándose en regatas"
El portavoz socialista en el Congreso, Patxi López, rehusó pronunciarse este martes sobre el "viaje privado" de Juan Carlos, mientras que los grupos a su izquierda cargaron contra él. Es un desplazamiento "desafortunado" de una persona que "no ha dado explicaciones", señaló el presidente de Unidas Podemos en la Cámara baja, Jaume Asens, mientras que el coportavoz de los morados Javier Sánchez Serna definió la visita como una "indecencia" y un "descrédito". Debería "estar dando explicaciones y no paseándose en regatas", añadió.
La izquierda del PSOE califica el viaje de "indecencia", subraya que Juan Carlos "no es digno de honores" y que se le debería revocar el título de rey emérito
Para Gabriel Rufián, de ERC, el viaje "demuestra la impunidad" de España porque "todo el mundo sabe que [Juan Carlos I] fomentó corruptelas en los últimos 40 años". Mertxe Aizpurua, de Bildu, deploró los "shows mediáticos" que acompañan su regreso y reclamó la revocación del título de monarca emérito por "higiene democrática". Participar en una regata, cree Aitor Esteban, portavoz del PNV, "es un añadido más a todas las frivolidades" de las que el exjefe del Estado "ha dado muestra". Y para Íñigo Errejón, de Más País, Juan Carlos "no es digno de recibir honores" y lo que debe es "una disculpa" a los españoles.
La visita del rey emérito vuelve a provocar la catarata de reacciones a derecha e izquierda. Y a levantar expectación. Las siguientes horas, días, dirán si este viaje dista del anterior o lo emula.
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