Pedro Sánchez defiende contra viento y marea la “nueva hoja de ruta” de las relaciones entre España y Marruecos que inauguró hace un año el histórico cambio de posición en el conflicto del Sáhara Occidental. Así lo ha vuelto a escenificar este miércoles en su comparecencia en el pleno del Congreso de los Diputados, apenas tres días después de la difusión de una entrevista en la que Yolanda Díaz, una de sus vicepresidentas, tildara a Marruecos de dictadura. Su socio de Gobierno, Unidas Podemos, le ha vuelto a reprochar sus lazos "con el régimen autoritario de Marruecos" mientras PP y Vox le han afeado su "sumisión" frente al país vecino o la falta de avances en la apertura de las aduanas en Ceuta y Melilla.

"Los objetivos se alcanzaron con creces. En total, 20 acuerdos", ha manifestado Sánchez durante una intervención en la que ha informado sobre los últimos Consejos Europeos, la reunión de alto nivel con Marruecos celebrada a principios del pasado febrero y la situación de Ucrania tras un año del comienzo de la guerra. "El trabajo realizado arroja un balance muy positivo", ha recalcado.

Según Sánchez, la cooperación con Rabat se ha fortalecido en dos áreas: la gestión compartida de las fronteras comunes y el restablecimiento de la conectividad aérea y marítima, con una nueva aduana en Ceuta que está pendiente aún de materializarse a pesar de los ensayos llevados a cabo. "En este nuevo clima de cooperación, se ha permitido reanudar las negociaciones sobre la delimitación de los espacios marítimos en la fachada atlántica, que llevaban 15 años inactivas, y volvemos a tener la operación Paso del Estrecho", ha enumerado quien ha prometido una nueva gestión de las fronteras "con estándares internacionales, reflejo de la buena vecindad".

"En el primer trimestre de 2023, comparadas con las del año pasado, las entradas irregulares en Ceuta y Melilla han bajado un 78% y a Canarias un 63% frente al aumento de un 95% en Grecia y un 300% en Italia", ha indicado el presidente, en línea con el principal argumento que siempre ha manejado su ministro de Exteriores, José Manuel Albares. También ha puesto en valor la cooperación económica y comercial con Rabat frente a quienes desde las bancadas del resto de grupos le han subrayado la ruptura de relaciones con Argelia, socio gasístico, que ha desencadenado su volantazo diplomático.

Sánchez ha comenzado su intervención presumiendo del músculo económico de España y con la imagen de una Semana Santa “con hoteles llenos y terrazas a rebosar de gente”. “Es un éxito de país”, ha deslizado. "Todos los datos objetivos desmienten hoy el apocalipsis anunciado por la derecha y la ultraderecha". En la réplica, tras cerca de cinco horas de pleno, Sánchez ha seguido esquivando las preguntas de la oposición en relación con Marruecos. "Sobre mi móvil, recuerde que hay un proceso judicial abierto", ha respondido vagamente a la cuestión del espionaje de su móvil con el programa Pegasus.

"Sobre mi móvil, recuerde que hay un proceso judicial abierto", replica Sánchez

En el Hemiciclo ha resonado, no obstante, la soledad que ha padecido el PSOE desde que en marzo de 2022 apoyara el plan de autonomía de Marruecos para la ex colonia española en una decisión unilateral y sin conocimiento de Unidas Podemos, el socio de coalición, y con la oposición posterior de todo el arco parlamentario, partidario de respetar el derecho internacional y la vía del referéndum de autodeterminación que prevé en sus resoluciones el Consejo de Seguridad de la ONU.

El PP denuncia el silencio en el giro en el Sáhara

La portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, le ha reprochado a Sánchez que las aduanas de las ciudades autónomas sigan cerradas más de un año después. "No es capaz de poner fecha a nada. ¿Es un éxito diplomático que le llame Mohamed VI mientras le da plantón? ¿Cuándo viajará?", le ha preguntado. "Lo que ha ocurrido alrededor del Sáhara es una nebulosa que su Gobierno no sabe cómo aclarar. Estamos hablando de temas muy serios, de la soberanía de nuestro país", ha apuntado. "¿Cesó a la ministra de Exteriores a petición de Marruecos? ¿Hubo más concesiones? Cambió la política del gobierno sin consultar ni a sus ministros. ¿Tiene algo que ver con la información robada de sus móviles? ¿Va a cesar a su vicepresidenta por decir que Marruecos es una dictadura?", ha añadido.

Por su parte, Santiago Abascal ha acusado a Sánchez de haber ofrecido un mitin y de no haber respondido a las preguntas formuladas en la Cámara Baja sobre las relaciones hispano-marroquíes, en las que considera haber demostrado sumisión. "Sería bueno que Sánchez respondiera a preguntas más sencillas y concretas: ¿Qué ha motivado el cambio de nuestra política internacional en la frontera sur sin consultar absolutamente a nadie en contra de su Gobierno, de este Parlamento, de su programa y de sus propios votantes?", ha detallado el líder de Vox. "¿Marruecos pone y quita ministros en España?", ha agregado Abascal a propósito del cese de Arancha González Laya.

Yolanda Díaz, la candidata de Sumar y la aspirante a aglutinar el espacio a la izquierda del PSOE, aseguró en una entrevista en La Sexta emitida el pasado domingo que rompería "sin lugar a dudas" el acuerdo que tiene el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el rey de Marruecos Mohamed VI para retornar a la posición tradicional de España respecto al Sáhara Occidental, ocupado desde 1976 por Marruecos y el último territorio por descolonizar de África. Desde Moncloa han tratado de rebajar la etiqueta ciñéndola a "una opinión personal" de la vicepresidenta. "¿Para usted qué es Marruecos? ¿Una democracia o una dictadura?", le ha interrogado Inés Arrimadas, líder de Ciudadanos. "La pregunta más importante que hay que hacerle es qué ha pretendido usted ganar o evitar con su negociación con Marruecos. España no ha salido ganando con esto", ha apostillado.

"Ha conseguido parar la inmigración de Marruecos a cambio de vender el Sáhara", le ha recriminado Aitor Esteban desde las filas del PNV, insistiendo en que la política migratoria debe ser un asunto europeo. "Algún día sabremos el 'affaire' Marruecos. [...] Cuidado con las redes de inteligencia en Marruecos en España, que cada vez son mayores y con más penetración", ha alertado.

Ana Oramas, de Coalición Canaria, ha rebatido la principal línea argumental de Sánchez: "No nos hable de un 60% o un 40% en descensos. Anoche llegaron 9 cayucos. En el ultimo año han muerto 1.000 personas. Los 6.000 muertos de Canarias de los últimos 4 años no son una estadística", ha replicado la diputada, preocupada -ha reconocido- por las conversaciones para la cesión del espacio aéreo del Sáhara, controlado hasta ahora desde Canarias. Sánchez se ha limitado a decir que "sobre el espacio aéreo, estamos dialogando para mejorar la gestión". Oramas también ha desafiado su relato sobre el control migratorio: "Esta es la crónica de una claudicación en la que una de las partes impone lo que quiere y cuándo quiere. Usted ha dejado tirado al pueblo del Sáhara a cambio de nada y de manera irresponsable pone en juego el futuro de mi tierra y Ceuta y Melilla".

Unidas Podemos: "El régimen autoritario de Marruecos"

Unidas Podemos, en boca del diputado Javier Sánchez Serna, ha insinuado también el chantaje entre los motivos del giro en el conflicto del Sáhara y ha respaldado en su intervención las palabras de Yolanda Díaz al calificar a Marruecos de "régimen autoritario". "El pueblo saharaui no merece que le demos la espalda por muchas presiones que recibamos del otro lado del Atlántico o por muchos chantajes de Marruecos", ha opinado antes de abogar por "el respeto a la soberanía de los pueblos y el multilateralismo". "Rechazamos la utilización de la fuerza en las relaciones internacionales", ha añadido desde las filas moradas Enrique Santiago.

Sánchez presume de la buena sintonía con el país vecino a pesar de la sucesión de declaraciones y acontecimientos que han jalonado este último año. Marruecos ha vuelto a actuar como guardián de la frontera pero se han producido episodios tan graves como la matanza de al menos 37 personas subsaharianas y la desaparición de otras 77 en la frontera de Melilla el pasado junio, a las puertas de la cumbre de la OTAN en Madrid.

Los fallecidos murieron asfixiados por una actuación de la gendarmería marroquí que Sánchez calificó inicialmente como «bien resuelta» y que sus ministros han defendido desde entonces. A la tragedia migratoria se han unido el plantón de Mohamed VI, que no acudió a la reunión de alto nivel, o las recientes declaraciones del presidente del Senado marroquí Naama Miyara, confiado en “recuperar las dos ciudades ocupadas de Ceuta y Melilla” mediante negociaciones con España.

Opacidad de los acuerdos migratorios

Como fruto del "nuevo paternariado" hispano-marroquí, pendiente de la apertura de las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla, el Ejecutivo de Sánchez reconoció hace unas semanas que negocia la gestión del espacio aéreo del Sáhara Occidental, controlado hasta ahora desde las Islas Canarias en un movimiento que la oposición ha calificado de una nueva cesión al reino alauí.

En temas migratorios y los acuerdos en esta materia con Rabat, Amnistía Internacional ha denunciado "un ejercicio continuado de falta de transparencia". "Los sucesivos Gobiernos se ha negado a informar sobre los acuerdos migratorios con Marruecos", indica la organización. "Los más recientes fueron los anunciados tras la reunión de Alto Nivel entre España y Marruecos que se celebró en Rabat el pasado febrero, lo que supone además la continuación de la política de encubrimiento respecto a la tragedia de Melilla que llevan a cabo ambos gobiernos".