Llevar la iniciativa. Los socialistas consideran que lo han conseguido, que golpe en la mesa tras golpe en la mesa, están marcando la agenda, mientras que el PP marcha "a rebufo". Algo capital, sobre todo, cuando las elecciones ya están muy cerca. A escasamente cinco semanas vista. Ferraz y la Moncloa, pero también el PSOE en su conjunto, creen que están controlando los tiempos, que pudieron salir de la espiral negativa de los primeros meses del año, cuando les acechaba la disputa en el seno del Ejecutivo por la reforma de la ley del sí es sí, viva durante semanas, o por el caso Mediador, que se apagó enseguida. Y ahora, de cara al 28-M, no piensan soltar una presa muy importante: la vivienda y el acento en Doñana y las políticas medioambientales. Dos reclamos fundamentales, creen en la dirección, para reconquistar el voto joven, y que aspiran a que se mantengan bajo el foco el máximo tiempo posible. Hasta las puertas de una campaña que, por cierto, arrancará con otra potente foto para Pedro Sánchez: la de su reunión en la Casa Blanca, el 12 de mayo, con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Es difícil para la política española pensar en algo que no sea elecciones. Tanto las autonómicas y municipales del 28-M como las generales de finales de año. Todo el discurso político queda bajo el mismo envoltorio. Y el presidente está dispuesto a ocupar todas las plataformas disponibles para dominar la agenda. Por eso combina los mítines, que irán a más según se aproximen las primeras urnas, con las comparecencias institucionales. Para este miércoles se programó la primera de este mes en el Congreso, y para el martes 25 queda la segunda, en el Senado, y frente a Alberto Núñez Feijóo.
Faltan por conocer los detalles de la propuesta, pero fue suficiente para mantener en primera línea el debate y dejar al PP, dicen en el PSOE, "a rebufo"
Tras las más de seis horas de debate en la Cámara baja, apenas quedó un titular: 4.000 millones de euros de créditos ICO, con cargo a los fondos europeos, para financiar la promoción de 43.000 nuevas viviendas, tanto de nueva construcción como de rehabilitación. Estas 43.000 casas se suman a las 50.000 de la Sareb (el banco malo) movilizadas en el Consejo de Ministros del martes. Todas las actuaciones financiadas, dijo, deben cumplir con dos condiciones: eficiencia energética y destino a alquiler social o a precio asequible o cesión en uso durante al menos 50 años.
No dejaba de ser una promesa a la que aún le faltan muchos detalles por conocer. Los plazos, quiénes serán los promotores, cómo acceder a las ayudas, dónde se localizarán esos nuevos pisos y cuántos habrá en cada comunidad autónoma. Pero fue suficiente para mantener en primera línea el debate. El PP le afeó el anuncio: lo tachó de "bluf" porque el Gobierno ya había prometido 100.000 viviendas y ha hecho "cero", así que su credibilidad "es ninguna".
Sánchez se defendió alegando que este paquete de 43.000 nuevas viviendas es distinto al plan de 100.000 anunciadas anteriormente, de las cuales ya hay movilizadas 60.000. Lo cierto es que los datos de vivienda pública en España son malos, malísimos, como reconoció el propio jefe del Ejecutivo: menos de un 3% de todo el parque, frente al 9% de la media europea y lejos del 20% de otros países de la UE como Holanda o Dinamarca. Umbral, el del 20%, que el Gobierno quiere conquistar, para que la vivienda sea auténticamente "un derecho y no un problemón", aunque tampoco se marcó plazos.
Y es que el despliegue de la política de vivienda no depende únicamente del Estado, ya que las competencias recaen también en comunidades autónomas y ayuntamientos. Por esa misma razón, uno de los ejes de la nueva ley de vivienda, acordada ya con ERC y Bildu y cuya tramitación el Ejecutivo espera culminar antes del 28-M, no se completará en toda España. La declaración de las zonas tensionadas, la medida estrella para intentar bajar los precios del alquiler, dependerá de los gobiernos regionales, y los del PP —y ahí la clave reside en lo que pase en Madrid— no piensan echar mano de ese recurso.
"Quinto pilar del Estado del bienestar"
El presidente fue muy rotundo a la hora de afirmar su compromiso de construir "el quinto pilar del Estado del bienestar", desarrollando un derecho constitucional, y no tratando la vivienda como una "mercancía" al servicio de unos pocos. La vivienda sirvió al propósito de Sánchez de contrastar modelos: el de su Ejecutivo, de "protección" de la mayoría, frente a la apuesta "fracasada" del PP, "neoliberal", aplicada en lo peor de la crisis financiera. Frente a una gestión contestada en las calles, con una reforma laboral y de pensiones unilateral, y de privatización del suelo y venta de viviendas a fondos buitre, el modelo del actual Gobierno, reivindicó, de reforma laboral y de pensiones pactadas, y de fomento de la vivienda pública a través del banco malo y de créditos del ICO, y todo ello acompañado de paz social, un valor que Sánchez subraya en sus intervenciones de las últimas semanas.
Sánchez está decidido a librar la batalla económica contra el PP, sacar pecho de las políticas progresistas y de los números, a diferencia de lo que ocurrió en 2011
Detrás de esta batalla y de las anteriores está el mismo razonamiento por parte del Gobierno, y que él mismo explicitó en el pleno de este miércoles: no se trata de "milagros" —y menos de "curanderas" o "telepredicadoras", se burló del PP—, sino de que España "avanza" y de que las políticas progresistas "gestionan mejor" la economía. Es una idea que los socialistas quieren grabar a sangre y fuego en los electores: que ellos saben gobernar la economía pensando en la mayoría, con mayor gasto social y preocupándose a la vez de la consolidación fiscal. El PSOE perdió las elecciones de 2011 lastrado por una gestión económica que se lo llevó por delante, pero ahora la situación es muy distinta, defienden, ya que España crece y crea empleo, y los datos reflejan un dinamismo superior al previsto, y eso es lo que el Gobierno no se cansa de repetir. Como también hizo Sánchez este miércoles: la economía "resiste" y eso es "un éxito de país".
El presidente utilizó otra bala en el Congreso: Doñana. Volvió a acusar a la Junta de Andalucía de perpetrar un "atropello" contra una de las reservas ecológicas más importantes de Europa y patrimonio mundial de la Unesco, al pretender regularizar un millar de hectáreas de regadíos ilegales. Sánchez no quiere dejar morir este choque con el barón popular Juanma Moreno, al que los socialistas creen haber encontrado un potente flanco débil. Así, este jueves, recorre el parque nacional, en Huelva, para denunciar sobre el terreno los planes de PP y Vox.
Los datos del CIS
Vivienda y medio ambiente son ya, pues, dos ejes centrales de la confrontación con el PP de cara al 28-M. Y las dos materias, junto a las políticas feministas, son a su vez ganchos para recuperar el voto joven, como reconocen en la cúpula. Porque ambos asuntos son sufridos o sentidos más directamente por las nuevas generaciones. Y los datos están ahí.
La vivienda preocupa al 6,9% de los ciudadanos, pero cuando se pregunta a los jóvenes de 25 a 35 años, el porcentaje se dispara hasta el 21,5%
Según el último barómetro del CIS, de marzo de 2023, la vivienda es vista como una inquietud por el 6,9%, y es concebida como el octavo problema que más afecta a los ciudadanos personalmente. Pero si se pregunta en concreto a los jóvenes de 25 a 34 años, ellos son los que reflejan una mayor angustia por esta cuestión: la cita el 21,5%. El porcentaje, pues, se dispara. En la siguiente cohorte generacional, la de 35 a 44 años, el 9,1% cree que la vivienda es un problema. Para los de más de 75 años, el porcentaje cae hasta el 2,2%. Los números del barómetro oficial no sorprenden: los más preocupados por la vivienda son los jóvenes que necesitan una para poner en pie su propio recorrido vital y emanciparse de sus padres. Y a ellos van dirigidos, lógicamente, los mensajes del presidente. Lo hizo en el cierre de la convención municipal en Valencia, el pasado domingo, al anunciar la movilización de 50.000 viviendas de la Sareb, y también este miércoles en el pleno.
Además, el PSOE necesita activar a las nuevas generaciones. Ese es su electorado más frío ahora mismo. Según el CIS, si mañana se celebraran elecciones generales, el 17,7% de los jóvenes de 25 a 34 años (por el 19,4% de los que tienen entre 18 y 24) votaría al PSOE. Es, entre ellos, el partido preferido en intención directa de voto, pero el porcentaje es mucho más bajo que en los adultos y mayores: el 29% de las personas entre 55 y 64 años optaría por el PSOE (un 19%, diez puntos menos, por el PP), por un 31,4% de entre los que tienen entre 65 y 74 años (el 19,5% elegiría a los populares).
La emergencia climática también preocupa mucho o bastante al 72,6% del conjunto de los ciudadanos. Pero ese porcentaje es mayor incluso entre los más jóvenes, del 75,3% entre los de 18 a 24 años y baja al 70,3% entre los de 25 a 34 y al 68,2% entre los 35 y los 44.
En la Moncloa remarcan que el presidente y el Gobierno "hablan de los temas que preocupan a los ciudadanos". "Los españoles quieren soluciones a sus problemas, y nosotros ofrecemos políticas integrales. Por eso nos vienen muy bien estos debates [en Congreso y Senado], porque se ve que al otro lado, en el PP, no hay nada. Nuestro discurso está muy bien armado y en el PP hay nerviosismo, pero nosotros a lo nuestro, a la política útil y a los efectos inmediatos", subrayan en el círculo del jefe del Ejecutivo.
"Tres folios mal escritos"
En las alturas del Gobierno señalan que la propuesta de vivienda del PP son "tres folios mal escritos" y mucho menos ambiciosa que lo que ya está en vigor. Génova plantea una ayuda de 1.000 euros para facilitar el acceso de los menores de 35 años a la vivienda, por una sola vez. "Y nos criticaban a nosotros por lo que llamaban paguitas —atacan desde la Moncloa—. Nuestro bono alquiler joven son 250 euros al mes durante dos años: 6.000 euros. Su propuesta caerá en el baúl de los recuerdos, como pasó con el plan económico, el fiscal, el energético...".
Ferraz y la Moncloa esgrimen que el plan de Feijóo es débil y arguyen que si no se actuó antes con vivienda fue por la pandemia y la guerra. Y "es la hora de atajarlo"
En Ferraz insisten en que partido y Gobierno "trabajan para solucionar un problema enquistado en España, para dar soluciones a los problemas y que sean lo que dice la Constitución: derechos. Los de la burbuja inmobiliaria no pueden ahora darnos lecciones de vivienda". Y aunque subrayan que la vivienda "trasciende cualquier cálculo electoral" y no está dirigida exclusivamente a un "público determinado", sí afecta más a los jóvenes. Igual que ellos están también más sensibilizados con el cambio climático.
¿Por qué no se hizo antes? En la cúpula socialista defienden que la primera parte de la legislatura ha estado monopolizada por la lucha contra la pandemia y la guerra y ahora "es el momento de atajar el problema", "tras la nefasta política del PP de recalificar y dejar hacer a los especuladores". Doñana, por su parte, "toca más la fibra de la gente", porque no es un humedal desconocido y que únicamente preocupe a los andaluces, así que la actuación de la Junta "es una bestialidad".
El Grupo Socialista se sentía satisfecho tras el pleno de este miércoles, porque ratificaba la impresión que cunde en el partido: que desde hace semanas "el Gobierno lleva la iniciativa política, y todas las debilidades de Feijóo y del PP están saliendo a relucir".
Doñana "es una bestialidad" para la cúpula del PSOE, y piensa seguir usándola contra Moreno, convencida de que "toca la fibra de la gente"
Aún queda, para culminar esta semana, la aprobación por el pleno de la Cámara baja de la reforma de la ley del sí es sí, que saldrá adelante hacia el Senado con el voto del PP y el rechazo de Unidas Podemos y de los socios de ERC y Bildu. En la Moncloa y en Ferraz se dicen tranquilos, rubrican que los cambios pactados vía enmienda son menores, creen que la polémica está "amortizada" desde que se registró la proposición de ley, en febrero, y se tomó en consideración, en marzo, y rebajan el tono para no incendiar más la arena con los morados. De hecho, la dirección ni siquiera respondió a la acusación de "electoralismo" con la vivienda por parte de la jefa de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra. Sánchez no quiere ruido ni incentivar el choque con sus compañeros de coalición. Ahora está centrado en el 28-M, en vender gestión económica y en explotar los terrenos en los que se siente más cómodo. Ahora, vivienda y Doñana.
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