Se tratará de un listado "exhaustivo, con datos, riguroso". Así al menos definen en el cuartel general de los populares el trabajo que están desarrollando para especificar la reforma y/o derogación de una serie de leyes aprobadas durante los cuatro años de Gobierno PSOE-Unidas Podemos en caso de que su líder, Alberto Núñez Feijóo, llegue al Gobierno tras las elecciones generales de finales de año. Fuentes de Génova informan que "estamos recopilando" todos aquellos textos que, en parte o en su totalidad, pasarán por el tamiz de su Ejecutivo.
Dicho listado formará parte de la pro
puesta programática del candidato popular aunque no tardarán en revelar su contenido habida cuenta de que la legislatura se encuentra ya en sus compases finales, con las elecciones locales y autonómicas de por medio. Tres de esas leyes están de plena actualidad, esto es, la del "sólo sí es sí", la de Vivienda -que no está siquiera aprobada, cosa que no pasará hasta este mismo jueves- y la de Memoria Democrática con el telón de fondo de la exhumación del Valle de Cuelgamuros del fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera.
La ley del sí es sí "no existe, ha sido derogada" aunque no descartan algún cambio más del texto resultante
En todo caso, los populares entienden que la ley de garantía integral de la libertad sexual "no existe, ha sido derogada a efectos prácticos" desde el momento en que socialistas y populares acordaron volver a un cuadro penalógico que impidiera la rebaja de condenas para los delitos sexuales a partir de la fecha de su aprobación, ley que este miércoles pasará su trámite en el Senado. Defienden aspectos del texto como penalizar la sumisión química, pero aún así, entienden que se le puede dar otra vuelta de tuerca desde el momento en que califican de "despropósito" tanto su exposición de motivos como otras partes de su articulado.
Con la Ley de Vivienda pactada con Bildu y ERC son igual de críticos. Los populares están en contra de topar los precios de los alquileres en las llamadas zonas tensionadas de las ciudades, "como en contra estuvieron la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, y el que fuera ministro de transportes y Agenda Urbana José Luis Ábalos", recuerdan, motivo por el cual la negociación de esta ley en el seno del Ejecutivo les llevó casi tres años incluidas las enmiendas que presentó Unidas Podemos en el trámite parlamentario. No todo es malo, conceden.
Hay un capítulo dedicado a incentivos fiscales para aquellos propietarios que bajen el precio del alquiler que creen que es una de las vías para solucionar el problema de la vivienda en España. En todo caso, ya han anunciado un nuevo texto que Feijóo presentó en líneas generales ante jóvenes de Nuevas Generaciones la pasada semana.
La exhumación del fundador de la Falange ha devuelto a primer plano la Ley de Memoria Democrática, exhumación que, en palabras del portavoz del PP, Borja Sémper, suelta "tufo" oportunista para tapar otros debates más desagradables para el Gobierno como el precio de la cesta de la compra. No cuestionan, dicen las fuentes consultadas, la exhumación de los restos de republicanos de las cunetas, "nadie puede estar en contra de eso", pero rechazan la ley que nació en tiempos de Carmen Calvo y rentabilizó Félix Bolaños.
La ley Trans y la reforma laboral son otras dos medidas en el punto de mira de los populares
La ley Trans y la reforma laboral son otras dos medidas del Ejecutivo de coalición en el punto de mira de los populares. El primer partido de la oposición se ha sumado a las críticas del feminismo clásico contra la autodeterminación de género y la posibilidad de que los menores cambien su nombre registral como antesala de otros cambios hormonales o físicos irreversibles. De hecho, han comprometido un nuevo texto consensuado con este sector.
En cuanto a la reforma laboral, es de sobra conocido que aunque fue gracias a un diputado popular que salió adelante, el PP defendió con vehemencia el modelo de 2012 de la ex ministra de Empleo Fátima Báñez, la misma que se sienta ahora en el patronato de la fundación "Reformismo 21".
Ahora bien, los populares vuelven a enredarse -como pasó en el seno del Gobierno con la contrareforma laboral- en si se trata de derogaciones o de reformas de leyes preexistentes. Defienden que "cuando se sobrepasa cierto porcentaje de cambios en un texto legal, es más una derogación que una reforma" . Replican en buena medida a la acusación lanzada desde las filas socialistas en el sentido de que una vez en el Gobierno realmente cambian poco o nada de leyes que criticaron con antelación, como la que reguló el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Este lunes, Sémper explicó que «no va a quedar ni un despropósito de este Gobierno en pie». Eso sí, ha matizado que «lo que no vamos a hacer es contribuir a chapuzas administrativas. Cuando uno dice que va a derogar una ley hay que saber lo que queda, tiene que adelantar la alternativa. Diremos qué y cómo vamos a derogar», insistiendo en que no quedará «ni una sola chapuza del sanchismo».
Si hay una ley sobre la que han cerrado ya el debate interno, esa es la del aborto. Feijóo dejó claro que, salvo el capítulo de las menores de 16 y 17 años en lo que afecta a la autorización paterna, aceptan la ley de plazos, avalada además, después de trece años, por el Tribunal Constitucional.
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