No se trata de un choque protocolario, sino institucional y político que alimenta la confrontación en plena precampaña del 28-M y abre un nuevo frente que se suma al conflicto entre el Gobierno central y la Junta de Andalucía a cuenta de los regadíos de la corona norte de Doñana. Dos nuevos campos de batalla en plena lucha por la urnas. Lo sucedido ayer en la Puerta del Sol con motivo de la celebración del Dos de Mayo, en que se impidió al ministro de la Presidencia y Memoria Democrática, Félix Bolaños, subir a la tribuna principal después de ser avisado respecto a que no tenía sitio reservado en la misma, calienta, sin duda, la campaña electoral del domingo 28.
Desde el Partido Popular y desde la Comunidad de Madrid replican que Moncloa "no hubiera desafiado de esta manera ni a la Generalitat catalana ni al ejecutivo vasco. Dónde se ha visto que el Gobierno central, que estaba representado en la figura de la ministra de Defensa, Margarita Robles, avale una decisión como esa", agregan en referencia a la tensa escena por la que la responsable de Protocolo de la Comunidad de Madrid impidió este martes al ministro de la Presidencia acceder a la tribuna.
"Las cosas que estamos viendo en nuestro país que parecen normales, no lo son", sentencian fuentes populares que salen en defensa de la presidenta madrileña autonómica, Isabel Díaz Ayuso. Rechazan que la titular de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, quien fue inicialmente invitada, "delegue su representación en un igual. Eso sólo lo puede hacer el jefe del Ejecutivo en un ministro". Aluden al año pasado, cuando Pedro Sánchez, invitado a los actos del Dos de Mayo, envió en su lugar a Bolaños, quien participó con toda normalidad en la ofrenda floral y asistió al tradicional desfile militar que cruza la Puerta del Sol.
Ayuso y Feijóo trataron sobre el choque institucional
El líder del PP, que sí subió ayer a la tribuna en calidad de jefe de la oposición, trató con Díaz Ayuso sobre el choque institucional, alineándose a la misma contra Moncloa. La frase clave de la Comunidad de Madrid es "artículo 12" del decreto que regula el ordenamiento general de precedencias en el Estado. El referido artículo establece que en los actos propios de una Comunidad autónoma la precedencia va, por ese orden, de la Familia Real, al presidente del Gobierno y de las Cámaras; los presidentes del TC y del CGPJ; los vicepresidentes según su orden, y después el presidente autonómico y los ministros. En el puesto 16 de esa prevalencia, figura el jefe de la oposición.
Conforme a este decreto, hubiera tenido más sentido la presencia de Bolaños que la de Feijóo, pero los populares insisten en que el Gobierno ya estaba representado en la tribunal principal por la ministra de Defensa quien, por otro lado, organizó la parada militar, uno de los actos principales y más populares de la jornada.
En todo caso, se viste de protocolario algo que es político, por un lado, el empecinamiento de la Comunidad de Madrid de vetar la presencia de Bolaños, por otro, la decisión de subir físicamente a la tribuna aún habiendo sido advertido que no tenía puesto reservado en la misma.
El PP denuncia que los ministros no avisan a los gobiernos autonómicos de sus desplazamientos
Las mismas fuentes del entorno de Feijóo, que permaneció largo tiempo en la recepción posterior, recuerdan la última festividad del Día del Apóstol Santiago. El 25 de julio pasado el ejecutivo de Alfonso Rueda recibió en los actos conmemorativos a las vicepresidentas primera y segunda del Gobierno, esto es, Nadia Calviño y Yolanda Díaz, respectivamente, ambas gallegas, así como a Núñez Feijóo, en su calidad de ex presidente autonómico. No hubo conflicto de ningún tipo "pues se invitó a todo el Gobierno. Nadie se autoinvitó", arguyen.
También destacan que durante la presidencia de Pedro Sánchez se está produciendo una situación anómala por la cual "los ministros no avisan a los respectivos gobiernos autonómicos de su presencia en uno u otro territorio, y eso jamás había pasado". Los presidentes autonómicos, recuerdan, "son los representantes del Estado en cada región y desde el Gobierno central se les debe notificar estos desplazamientos" independientemente de que el ministro se organice una agenda que no afecte al ejecutivo autonómico.
En todo caso, no deja de ser curioso que la escena del forcejeo físico y verbal para impedir el acceso de Bolaños a la tribuna desde donde presenciar el desfile se produjera poco después del discurso institucional de la presidenta madrileña, donde, salvo por algunas pinceladas de más calado político, no entró al choque ni a la confrontación con el gobierno de Sánchez.
Con anterioridad había estrechado la mano del ministro, sentado en primera fila, y saludado tanto él Robles al arranque de su discurso. Nada hacía presagiar que, finalmente, se produjera esa escena poco edificante en la tribuna exterior. Ahora queda por ver si de este Dos de Mayo PSOE o PP sacan algún rédito político. Algunos sondeos apuntan a una más que probable mayoría absoluta de la baronesa popular, también a la posibilidad de que el socialista Juan Lobato recupere para el PSOE el liderazgo de la oposición en Madrid. No obstante, Bolaños le quitó ayer todo el foco al candidato de su propio partido.
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