Un agente de la Guardia Civil de la Comandancia de Ávila llevó un dossier con las obras que había que llevar a cabo en los distintos cuarteles a Ángel Ramón Tejera de León, el constructor canario investigado en el caso Cuarteles. La entrega se produjo en enero de 2017 por parte de este comandante.

Se trataba de un "documento activo", es decir, que se iba actualizando según las necesidades. La realización de este documento lo "encargó" el entonces teniente coronel y jefe de la Comandancia de Ávila, Carlos Alonso Rodríguez, "para tener conocimiento de qué obras y cuánto dinero hacía falta para ellas", según declaró el comandante como testigo ante el magistrado del caso.

En el caso Cuarteles se investigan casi 200 obras realizadas por el mismo constructor en acuartelamientos de la Guardia Civil repartidos por toda España. Están imputados en un juzgado de Madrid dos mandos de la Benemérita, entre ellos el teniente coronel Alonso Rodríguez, y el teniente general retirado Pedro Vázquez Jarava.

La entrega del dossier

El testigo que reconoce la entrega del dossier era entonces comante jefe de Personal y Apoyo. Este cargo es de suma importancia, ya que se encarga de llevar las cuentas de cada territorio y de escudriñar en qué se gasta cada euro. Según su declaración, R. L. F., siglas a la que responde el uniformado, no tenía competencias porque todo lo que tenía que ver con "la caja" lo llevaba "directamente" el teniente coronel.

"Me hizo entrega el teniente coronel y me dijo 'cuando puedas dáselo' (en referencia al constructor investigado)". El comandante tenía a su entonces novia viviendo en Madrid. En uno de estos viajes, que coincidió con un partido del Real Madrid, le hizo entrega de la relación de obras.

En su declaración como investigado, Alonso reconoce que en mayo de 2015, a su llegada a la Comandancia, "dio instrucciones" para que se realizase este dossier por acuartelamientos. "Y así se hizo".

Sobre la entrega del documento en Madrid, Alonso afirma que "nunca" le dio la orden a su subordinado para que se lo diese al constructor en la capital. "No sé qué pintaba el comandante en Madrid. Nunca se me informó. No tenía sentido estar en Madrid con nadie, y menos con un contratista". Y añade: "Nunca autoricé a que el entonces comandante (ahora es teniente coronel) tuviera reuniones en Madrid, ni autorice la dieta ni el traslado. Esa reunión, si es que ha existido, la desconozco totalmente".

Delegó la culpa

Durante su declaración, Alonso Rodríguez desplazó la responsabilidad de contratar con el empresario canario sobre este mismo comandante que, supuestamente, le entregó un dossier con las obras que faltaban en toda Ávila.

En su declaración, a la que ha tenido acceso El Independiente, Alonso dijo que sus labores como jefe de la Comandancia en materia de gasto se ceñían a «directivas de coordinación, planificación e impulso». Al mismo tiempo, afirmó que de «la supervisión y la gestión» se encargaba la Jefatura de Personal y Apoyo, de la que estaba al frente R. L. F.

Alonso, ante el juez, se quitó la responsabilidad de conocer a los contratistas o de saber si las obras se terminaban o no. Él, según sus palabras, se fiaba de sus subordinados y simplemente estampaba su rúbrica cuando le entregaban los informes finales, sin entrar al detalle de cada actuación. El teniente coronel cita una orden general de la Benemérita para explicar al magistrado que esa competencia correspondía al jefe de Personal y Apoyo, cargo que ocupan los comandantes en cada Comandancia. «Un jefe de Comandancia no va a la obra a ver si se han echado tantas paletas de cemento o no», dijo.

R. L. F., por su parte, citó también una orden interna para explicar que en realidad Alonso sí tendría competencias sobre el control exacto del dinero de su Comandancia, y que él no podía quitarle competencias a un superior. "Pero él a mí sí", como denuncia de manera velada en su declaración.