Dejó la Moncloa hace 12 años y ha pisado etapas en las que el partido sentía que restaba, en las que Ferraz no sintonizaba en absoluto con él. Pero no ocurre eso ahora. José Luis Rodríguez Zapatero está plenamente rehabilitado en el PSOE. Es más, es considerado un activo electoral. Y esta campaña del 28-M lo ha probado: el expresidente ha participado en toda España en mítines prácticamente a diario —en algunas jornadas, más de uno y más de dos—, reclamado por candidatos y agrupaciones locales, también por las direcciones regionales y coordinado con Ferraz. Y este viernes cierra campaña de las autonómicas y municipales junto a Pedro Sánchez en Barcelona, la plaza que los socialistas aspiran a reconquistar después de 12 años fuera de la alcaldía. Con ambos compartirá escenario el cabeza de cartel del PSC en la capital catalana, Jaume Collboni.
Zapatero está muy presente en el PSOE en los últimos años. Él apoyó a Susana Díaz en las primarias de 2017 —como hizo todo el establishment del partido—, pero cuando ganó Sánchez, se alineó plenamente con él y ambos recompusieron su relación, que hasta entonces no había sido fluida. Desde entonces, el expresidente ha actuado de apoyo firme del jefe del Ejecutivo, de respaldo incluso en sus decisiones más difíciles, como la concesión de los indultos a los líderes independentistas o la reforma de los delitos de sedición y la malversación. No ha salido de su boca ni un solo reproche, ninguna indirecta, como sí ha ocurrido con Felipe González, mucho más distanciado del jefe del Ejecutivo e infinitamente más alejado, desde hace años, de la vida orgánica del partido.
El exlíder socialista mantiene una relación fluida con el presidente, quien ya recurrió a él para la apertura de la convención municipal en Valencia, el pasado abril
Para este 28-M, Ferraz ya recurrió a él en la apertura de la convención municipal, el pasado abril en Valencia, y entonces sorprendió con la defensa de la política de distensión con Cataluña, un tema que lleva meses fuera de agenda. Pero él apeló, sobre todo, a que los candidatos socialistas defendieran con "convicción" la gestión del Ejecutivo central, justo después de meses duros en los que había estado muy presente el daño al partido por las rebajas de penas y las excarcelaciones de agresores sexuales por la ley del sí es sí. Sánchez decidió la reforma del texto, aun sin Podemos, y eso alivió al PSOE, que entró una nueva fase. Y si algo quedó claro tras la cumbre en Valencia es que el partido en su conjunto sí entendía ya que las políticas del Gobierno podía sumar a sus candidatos.
Pero Zapatero ha estado en ruta en estas últimas semanas. Este jueves, por ejemplo, se centraba en El Bierzo, en su León, con actos en cinco municipios —el más importante, en Ponferrada—, antes de partir para Barcelona. El miércoles había estado junto a su amigo Ximo Puig, president de la Generalitat Valenciana, y Sandra Gómez, la candidata socialista a la alcaldía de Valencia.
Fuentes muy próximas al expresidente indican que ya antes de que empezara la campaña recibió "muchísimas solicitudes" de territorios para que les acompañara, y él entendía que era su "deber" ayudar a su partido. Porque, como señala un barón autonómico que ha demandado su presencia en su federación —y que la ha tenido—, Zapatero "activa" al electorado socialista, tira sobre todo de las mujeres y del "voto progresista" en su conjunto, por el buen regusto que dejaron sus políticas de avance social y de conquista de nuevos derechos. La gestión de la crisis financiera de 2008, la que terminó llevándose al PSOE por delante primero en las autonómicas y municipales de 2011 y luego en las generales de aquel año, se le ha "perdonado", ha quedado atrás en la memoria de los cargos y bases del partido. No en vano, no solo reivindica a Zapatero el PSOE, sino también Podemos, pese a que su nacimiento emana del Movimiento 15-M, que llenó las plazas en 2011, en pleno declive socialista y como reacción a la contra del bipartidismo.
Sin "planificación milimétrica"
El expresidente ha mitineado en pequeñas y grandes localidades. Como señalan desde su entorno, ha atendido por una parte peticiones de compañeros con los que tiene una relación más estrecha —por ejemplo, fue a Lugo porque se lo reclamó Pepe Blanco, su ex número dos, o a Benidorm, porque se demandó la exministra Leire Pajín—, y también de federaciones y de Ferraz.
Zapatero ayuda a movilizar el "voto progresista" y el de las mujeres. En Ferraz dicen que es "superdemandado en las federaciones"
No ha habido una "planificación milimétrica", señalan, sino que se han cruzado "compromisos" personales con los criterios que a su vez también manejaba la cúpula de Sánchez para reforzar puntos estratégicos. Es decir, que la dirección también ha movido al expresidente a las zonas en las que, según sus números, era necesario apretar más. La excepción ha sido León, la tierra de adopción del exlíder socialista, en la que ha estado muy presente en estas últimas semanas y en la que ha tenido "bula". Para Zapatero, según fuentes próximas, ha sido una "satisfacción" encontrarse con el "cariño y afecto" de los militantes, y agradece además la "coordinación de Ferraz y la Moncloa".
Pero también Zapatero ha contribuido a apuntalar y amplificar el mensaje del Gobierno y de Sánchez. El pasado miércoles, en Valencia, junto a Puig y Gómez, respondió a otro expresidente, a José María Aznar, que había asegurado la víspera que "si siguen gobernando Pedro Sánchez y los comunistas habrá una suelta general de presos de ETA" y que la banda sigue viva. "Lo cierto es que ETA desapareció", dijo, y calificó la afirmación de Aznar de "una nueva gran mentira".
Además, Zapatero evocó la guerra de Irak y el 11-M, consciente de que son elementos movilizadores para la izquierda. Aznar, aseveró, "lleva casi 20 años desde que nos engañó a todos los españoles con el atentado de marzo de 2004 y no sale del engaño y de la desfachatez". Así, añadió, el 28-M "también se vota entre la verdad y la defensa de lo que ha sido un fin de la violencia como éxito colectivo, y el engaño y la desfachatez".
La dirección se coordinó con él para que le diera la réplica a Aznar, que vaticinó una "suelta general de presos de ETA". El 28-M también se vota, dijo Zapatero, entre la "verdad" y el "engaño y la desfachatez"
Ese mensaje que dio Zapatero en Valencia junto a Puig, subrayan en Ferraz, estaba "plenamente coordinado con él". "Nosotros no podemos entrar en el debate de Aznar, pero José Luis es su contrapunto y tiene legitimidad para encararse con él, dado que su Gobierno, con Alfredo Pérez Rubalcaba en Interior y Patxi López de lehendakari, fue el que derrotó a ETA. Y sólo él puede decir a la cara lo que fue el 11-M y las mentiras del Ejecutivo, porque lo tenía enfrente hace 20 años", explican a este diario. También el expresidente, continúan, es el que goza de "plena legitimidad para contrarrestar el tema de Bildu". "Que te lo afee Zapatero es como para que a alguien le dé vergüenza", concluyen.
En el cuartel general se declaran también plenamente satisfechos por la ayuda prestada por el exjefe del Ejecutivo y por la "coordinación" plena con él: "Si ha hecho muchos mítines es porque es superdemandado en todas las federaciones, y no ha hecho más porque no había más tiempo. Él es un activo tremendo para el partido. Moviliza, la gente le quiere muchísimo". Todo lo contrario que González, que no ha hecho campaña ni ha sido requerido por los territorios, según confirman fuentes de Ferraz.
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