La estrategia seguida por el Gobierno con Cataluña no ha dominado la campaña del 28-M. En absoluto, en ningún momento. Pero Pedro Sánchez eligió Barcelona para echar el telón. Porque su partido tiene serias expectativas de recuperar la ciudad, que escapó de sus manos en 2011, porque el PSC está muy fuerte y será donde los socialistas firmen, probablemente, su mejor resultado el domingo en toda España. Porque el PSC, a fin de cuentas, atribuye esas perspectivas óptimas a la política de distensión del Ejecutivo, porque le ha permitido huir de la polarización.
Por eso no podía resultar extraño que Sánchez, aquí, recibiese el mayor cariño de los suyos de toda la campaña, y el mayor reconocimiento por su apuesta por el diálogo. Se lo agradecieron en Barcelona, en un lleno absoluto, en el Pavelló de la Vall d'Hebrón, el candidato a la alcaldía de la capital, Jaume Collboni; el primer secretario, Salvador Illa; las regidoras de Sant Boi de Llobregat y Sabadell, Lluïsa Moret y Marta Farrés. Y también el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. El presidente pidió el voto frente la derecha española, que quiere "volver a 2013", a la época de los recortes, y frente a los independentistas, los que "añoran la Cataluña de 2017, la de la división, la confrontación entre catalanes". "Entre unos y otros", dijo, se halla una "inmensa mayoría" que quiere "avanzar en empleo, justicia social y convivencia". A esos son a los que su partido se dirige.
Nosotros estamos pendientes de defender lo que le interesa a la mayoría y la derecha siempre está pendiente de que esa mayoría no vaya a votar"
PEDRO SÁNCHEZ, PRESIDENTE DEL GOBIERNO
Sánchez también reivindicó el itinerario seguido por los socialistas este 28-M: "Frente al insulto, la descalificación, la crispación de los otros, los socialistas hemos hecho una campaña de las que nos gustan, en positivo y propositiva, con educación al adversario y con un inmenso respeto a los ciudadanos a los que servimos. Por eso vamos a ganar en Barcelona, Cataluña y en toda España", aseguró.
El líder socialista no hizo tampoco ninguna alusión a la polémica por las presuntas compras de votos, pero sí señaló al PP por buscar la desmovilización del electorado progresista con su campaña sucia: "Nosotros estamos pendientes de defender lo que le interesa a la mayoría y la derecha siempre está pendiente de que esa mayoría no vaya a votar. Os pregunto por qué. En muchas ocasiones es porque juegan al cuanto peor mejor".
El líder enhebró un discurso muy corto, de apenas cuarto de hora, que comenzó con fortísimos aplausos, pero que fue interrumpido unos segundos en el arranque por activistas climáticos, que fueron desalojados del Pavelló de la Vall d'Hebrón sin incidentes. Se dejó en el tintero el llamamiento al "voto en masa" a los socialistas que había pedido por la mañana en Tarragona.
El mitin en Barcelona contó con un telonero icónico para el PSC, Zapatero, el que firmó la mayor victoria del partido en unas generales, las de 2008, el que como Sánchez cimentó sus triunfos en Cataluña. El expresidente ya lo hizo en Valencia, hace poco más de un mes, en la convención municipal del PSOE, y lo hizo este viernes: reivindicó a fondo la gestión del Gobierno, el que ha desplegado "la mayor política social de toda la democracia". Pero sobre todo se detuvo en la defensa de la estrategia seguida por el líder socialista en Cataluña: "Lo que más valoro de Pedro es que con valentía, con coraje y convicción dijo: 'Vamos a pacificar Cataluña con los indultos'. Ahí está el resultado: dialogar es actuar y en política tiene una gran importancia". El Pavelló de la Vall d'Hebron, que rugía con más de 4.000 personas en su interior, en el mitin sin duda más enérgico y caluroso de toda la campaña de Sánchez, se venía abajo.
"¿Peor que Aznar?"
Zapatero también cumplimentó al PSC por haberse mantenido firme durante el procés. Por no haber sucumbido. Por haber dado "un no serio, sin alharacas" y por haber dicho sí, en cambio, al "diálogo, la palabra, la reconciliación, el futuro, el entendimiento entre los catalanes". La dirección del partido siente eso mismo, que tras tiempos durísimos en pleno procés, cuando los independentistas le aislaron por haberse alineado con el PSOE y con el Gobierno del PP, ahora recogen sus frutos por haber apostado por el diálogo.
Zapatero elogia al PSC por haber dado un "no' serio" al procés y un 'sí' al "diálogo y al entendimiento entre catalanes"
Pero el expresidente también apuntaló el mensaje de campaña de Sánchez y de Ferraz: enfrente de los socialistas, "vacío", "vacío de contenidos, de discursos, de propuestas". "Vacío" que encarna Alberto Núñez Feijóo. "¿Peor que Aznar?", le gritó un asistente. "Me lo pones muy difícil", respondió Zapatero, risueño y relajado. Porque el ambiente en la Vall d'Hebron, como él mismo reconocía, lo decía "todo": un auditorio entregado a sus líderes que buscaba adelantar la victoria incontestable que esperan los socialistas el domingo.
"Estamos tranquilos, alegres, porque tenemos la conciencia muy tranquila de cumplir con nuestro deber con Cataluña y con España", remarcó Zapatero. "Lo que tenía ganas de decir ante los compañeros y ante Pedro Sánchez es un reconocimiento, un elogio [...]. Gracias al PSC, a Salvador Illa y a la inteligencia política del presidente del Gobierno, Cataluña es Cataluña y va a ser la mejor Cataluña". Es decir, que gracias al PSC y a la apuesta de Sánchez por el diálogo, se ha desinflamado Cataluña y se ha espantado todo riesgo de segregación, de ruptura del país.
El expresidente alude a la accidentada campaña del 28-M: lo que está esperando el PP es "que aparezca un ovni", para decir enseguida "que la culpa es de Sánchez"
El expresidente cargó contra el PP, en sintonía con Sánchez, por su "descalificación" e "insulto" —"esa es la libertad que ejercen"—, por haber utilizado primero las listas electorales de Bildu y al día siguiente "lo que encuentran por ahí" para atizar a Sánchez. Por intentar desmoralizar a los socialistas. Pero "al PSOE no le va a intimidar el PP y menos al presidente del Gobierno, que tiene todo el apoyo del PSOE". Era la referencia implícita de Zapatero a los casos de presunta compra de votos que salpican al partido y que los populares están lanzando contra sus adversarios y que han enturbiado la recta final de la campaña. El exlíder del Ejecutivo resumió con sorna lo que ha sido este duro trayecto hacia el 28-M para su partido: lo que está esperando el PP es "que aparezca un ovni", para decir enseguida "que la culpa es de Pedro Sánchez". Muchos en el PSOE comparten esa amarga lectura, la de una campaña accidentada en la que han recibido todo tipo de disparos con la pretensión de hundirlos.
"Soy el candidato del PSC"
Frente al hiperliderazgo de Ada Colau y los esfuerzos de Xavier Trias por esconder las siglas de Junts y evitar la presencia de Laura Borràs en su campaña, Jaume Collboni hizo ostentación de su condición de socialista. "Soy el candidato del PSC, ha quedado claro", apuntó con ironía para distinguirse de un Trias que "esconde las siglas y a los líderes de su partido", en referencia a Laura Borràs y Carles Puigdemont.
Collboni reivindica la herencia de "todos los alcaldes socialistas", de Narcís Serra al más aplaudido, Maragall
Collboni reivindicó la herencia de "todos los alcaldes socialistas" desde Narcís Serra a Jordi Hereu, pero la más aplaudida fue su reivindicación de Pasqual Maragall. Tras una campaña en que su hermano, y candidato de ERC, Ernest Maragall, no dejó de descalificar a Collboni y al PSC por su "sumisión a Madrid", Collboni y Salvador Illa reivindicaron "nuestro Pasqual Maragall" y la herencia de la Barcelona olímpica para el PSC.
El primer secretario del PSC anunció además una victoria de los socialistas catalanes este domingo, que atribuyó a la política de pacificación de Sánchez en Cataluña. "Esta campaña se ha hablado de problemas concretos", argumentó Illa, obviando las polémicas sobre Bildu o la compra de votos, que han tenido poca incidencia en Cataluña. "Y esto es novedad" en una comunidad inmersa durante años en el procés independentista.
"Hoy Cataluña es mucho mejor gracias a tus políticas", afirmó Illa, refiriéndose a Sánchez. "Y esto no cae del cielo, es fruto de tu trabajo y los socialistas catalanes estamos orgullosos de participar en esta política que has liderado". "Gracias, Pedro, por todo lo que has hecho por los catalanes, eso la gente lo reconoce y lo va a reflejar en su voto", había asegurado Collboni minutos antes. Una pacificación que ha de servir, concluyó Illa, para ganar la alcaldía de Barcelona como paso previo a conquistar la Generalitat. "Tres en raya", deseó igualmente Sánchez: el Ayuntamiento, el Govern y un nuevo mandato en la Moncloa.
También las alcaldesas socialistas de Sabadell y Sant Boi, Marta Farrés y Lluïsa Moret, elogiaron los efectos de la política de distensión de Sánchez. "Ahora tenemos normalidad en Cataluña y respeto a la pluralidad democrática", destacaron como un hito que ha permitido al PSC crecer un 20% en las candidaturas presentadas respecto a 2019.
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