El adelanto electoral anunciado por Pedro Sánchez este lunes ha beneficiado indirectamente al neoconvergente Xavier Trias en sus aspiraciones a la alcaldía de Barcelona. Trias se alzó con la victoria en las elecciones del 28M, pero fue una victoria por la mínima, 11 regidores frente a los diez del PSC y los nueve de los Comunes, lo que abrió la puerta a que Jaume Collboni y Ada Colau reclamaran el apoyo de ERC a un nuevo tripartito en el Ayuntamiento de Barcelona.
El republicano Ernest Maragall ya señaló el domingo que la iniciativa le correspondía a Trias, como ganador de las elecciones. La ejecutiva de Esquerra, reunida este lunes tras el anuncio de Sánchez, confirmaba su postura. "Estamos convencidos de que en Barcelona a quien le corresponde tomar iniciativa es a Trias" apuntaba Oriol Junqueras tras la reunión.
"Como formación independentista esperaremos la propuesta de Trias" añadía, señalando que "siempre es buen momento para recomponer consensos dentro del independentismo". Una unidad que el líder de los republicanos considera "imprescindible siempre, y en contexto de elecciones españolas con más motivo" siempre reiteramos nuestra disposición a entendernos con fuerzas indepes. Esperar a Trias".
Ley a favor del más votado
La legislación de entes locales favorece la elección del candidato más votado en segunda vuelta si ningún alcaldable alcanza la mayoría absoluta en la primera votación. Por tanto, Trias tiene de plazo hasta el próximo 17 de junio, cuando se constituirán los ayuntamientos, para buscar un pacto de gobierno con ERC o el PSC.
Pero si no lo alcanzara, y ERC mantiene su no a un tripartito, podría convertirse en alcalde con sus exiguos 11 regidores a la espera de cerrar un pacto de gobierno en el consistorio tras las elecciones generales. Los republicanos no asumirán ahora el coste de barrar el paso a un independentista a la alcaldía de la capital catalana, especialmente cuando esa operación tiene escasos beneficios para Esquerra.
Pero tampoco facilitarán a los comunes la acusación de traicionar a los partidos progresistas. El número dos de Ada Colau, Jordi Martí, apuntaba este lunes en esa dirección, advirtiendo a Maragall que Barcelona es "la única capital importante que puede tener un gobierno de izquierdas" tras la victoria del PP. ERC "no debería abandonar esta posibilidad por tacticismos electorales" concluía Martí "ante un giro a la derecha espectacular en España".
Maragall, próximo a Trias
Un argumento que no convence en Esquerra. Maragall ya habló la noche del domingo con Trias para felicitarle y quedaron en que de manera inmediata mantendrían una primera conversación. "Ahora se trata de dilucidar los puntos de encuentro y las distancias, ver las posibilidades reales de alcanzar o no acuerdos, en función de esto tomaremos decisiones", apuntaba el republicano, reconociendo su decepción por los resultados.
Maragall insistió el lunes en que "ahora toca atenernos a la legitimidad que se ha ganado Trias y a su capacidad para conducir las conversaciones adecuadas. No se trata de que él o yo personalmente nos entendamos o no, sino de que definamos unos objetivos, unas estrategias de ciudad y de comportamiento político conjunto para ver hasta dónde llegamos, es hora de medir nuestras posibilidades y nuestras distancias".
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