La decisión del Comité Ejecutivo de Ciudadanos de no presentarse a las elecciones generales del 23 de julio ha generado reproches en el ala crítica de Ciudadanos; todo aquel nicho de afiliados que no apostó por la candidatura del actual secretario general Adrián Vázquez y la portavoz nacional Patricia Guasp. Y es que fuentes ubicadas en esta corriente de oposición interna consideran que, al menos, la decisión tomada entre el lunes, con un encuentro de la Ejecutiva, y el martes, con otro del Comité Nacional, debería haberse decidido en un proceso de votación interno.

La Permanente de los liberales, en voz de su 'dos' nacional, ha trasladado que el objetivo del partido a partir de ahora es ponerse "a trabajar en un proceso reforzado" para poner lograr un "rearme orgánico e intelectual". La dirección nacional no quiere hablar de arrojar la toalla, y propone centrarse en la labor municipal en aquellos enclaves donde ha conseguido representación, caso de Ciudad Real [la alcaldesa Eva Masías pasa de ser alcaldesa a cerrar la representación de la cámara municipal]. También apuesta por una mirada a las europeas de 2024, que previsiblemente encabezaría el propio Vázquez. Pero frente a ello, se impone el discurso de que ésta ha sido una despedida marcada por los eufemismos que acabará en disolución con el paso de los meses. De momento en el calendario hay fijado un cónclave liberal para el mes de julio sobre el que no se han dado más detalles. Coincidirá con las elecciones.

Frente a la postura de la cúpula naranja, fuentes de la formación recalcan que "una decisión así requiere de más consenso", más allá del Comité Nacional. "Pese a que lo digan los estatutos" aprobados en enero por ponencia en la VI Asamblea General. Éstas se refieren al artículo 67 del documento de partido, que otorga la potestad al Comité Nacional para "aprobar la participación en los procesos electorales". "Los estatutos dan al comité esa capacidad, pero se trata de una competencia reglada, es decir, más formal que otra cosa, sobre todo cuando un partido es esencial para promover y plantear una alternativa que poder votar", defienden dentro de ese ala crítica. Insisten en que debería haberse permitido la participación de las capas rasas de Ciudadanos, más cuando el objetivo del último cónclave nacional era "blindar el ámbito político del orgánico" mediante la bicefalia de poder. Esta dividió la presidencia en una portavocía política con Guasp a la cabeza y hacia el exterior, y en una secretaría general para los temas internos.

En cuanto a la decisión de no concurrir, ese ala crítica, definida en ocasiones como más progresista, entiende que con ello se está admitiendo que "el mensaje no es útil o viable". Si es así, "o cedes el instrumento [el partido] apartándote dignamente o lo entierras y lo desvinculas de un proyecto que está por encima de siglas o logos y personas". Hay opiniones más particulares que, al margen de exigir la necesidad de un proceso para decidir si se concurre o no, apuntan a que "parece que se quiere vivir un año con el dinero del partido y sin estorbar" a otras formaciones mientras "se busca acomodo en otro lugar".

La cúpula de Ciudadanos está admitiendo que el mensaje no es útil o viable. En ese caso, o cedes el mando, o entierras el proyecto, dicen los críticos

Desde la sede nacional de Ventas, fuentes de la dirección evitan entrar en en "rifirrafes" ya "inútiles" y consideran que el propósito de Ciudadanos ha quedado claro tras la intervención de Vázquez. Igualmente, que las competencias del Comité Nacional son claras desde la renovación del partido hace cinco meses. Esas mismas personalidades aclaran que la decisión se ha tomado con un consenso mayoritario, incluidas Inés Arrimadas y Begoña Villacís, con convencimiento y serenidad. Y que para rearmarse, como ha señalado Vázquez en su comparecencia, es necesario hacer un llamamiento a filas para saber con quien cuentas y no concurrir sin expectativas frente a un nuevo "plebiscito" de Sánchez.

En esta decisión, en definitiva, a parte de los resultados, ha pesado el corto margen de preparación: las listas tienen que estar definidas el 19 de junio. La mayor parte de los críticos, hay que recalcar, ya han dejado de ocupar puestos orgánicos o representativos, o están a punto de hacerlo en los próximos meses.

La portavoz política de Ciudadanos, Patricia Guasp, escucha al secretario general durante su comparecencia en Ventas. EFE

Presión pública a la dirección nacional

Al unísono de las declaraciones de Vázquez en rueda de prensa, en el que las respuestas a los medios de comunicación han sido escuetas e imprecisas, miembros de la lista alternativa a la fomentada en su momento por Arrimadas y Villacís han alzado la voz públicamente. Uno de los primeros en hacerlo ha sido Edmundo Bal, el ya exportavoz de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados y aún portavoz en la cámara dentro de la Diputación Permanente. Frente al exsecretario de Organización naranja Fran Hervías, que transitó al PP en plena OPA de Pablo Casado y Teodoro García Egea y ya fuera de las siglas ha mencionado en Twitter que es la "decisión acertada", Bal a escrito: "La dirección de mi partido está de acuerdo con Hervías. Qué vergüenza siento ahora mismo. No voy a decir nada aún, pero no me pienso callar ante este atropello", señalaba en la red social.

Santiago Saura, su segundo en las listas de diciembre cuando Bal dio un paso adelante y retó a su partner Arrimadas, que conformó y apoyó una lista oficialista, ha lamentado la decisión. "No la comparto (...). Es la cita más importante a la que se debe un partido nacional. El mensaje es de rendición y falta de capacidad para presentar una oferta electoral atractiva y diferenciada". El también exdiputado nacional por Alicante, Juan Ignacio López-Bas entiende "el temor o la pereza" de presentarse a la cita tras los resultados del 28-M, pero ve "inasumible" que no vaya a haber candidatura "cuando los estatutos ya prevén la obligación del portavoz político [en este caso Guasp] de comparecer ante unas primarias a elecciones generales" en su artículo 75. Algo que entra en conflicto con la decisión del órgano nacional de acuerdo con el punto 67 del texto.

Uno de los integrantes del Comité Nacional, el senador Miguel Sánchez, ha comparado la postura con que "un equipo" opte por "no presentarse a un partido difícil" o que "un abogado" no vaya "a un juicio" complicado. "Por muy feo que esté el panorama" debes presentarse. "Para eso hechas la persiana", ha considerado. En esa línea se han situado otras voces como Hugo Maldonado, quien disputó las primarias en la Comunidad Valenciana contra Mamen Peris, y que además ha afeado la ausencia de dimisiones. La también exdiputada María Muñoz, de manera velada, ha sugerido la necesidad de concentrar el voto contra Sánchez en el PP, y el integrante del Consejo General Juan Carlos Bermejo ha instado a recoger firmas para convocar una Asamblea Extraordinaria y votar la destitución de la actual cúpula. "El futuro de nuestro partido está en juego", ha mencionado en redes.

La decisión ha sido valorada positivamente en Génova, aunque sin profundizar. El PP es consciente que sin Ciudadanos de por medio la contienda electoral se aclara en dos bloques y que la mayor parte de esos apoyos resilientes a los liberales pueden transitar sin compromiso a su candidatura. Aunque también que muchos de ellos decidan abstenerse.