Siempre la confección de las candidaturas electorales es un puzle complicado de componer para un partido. Pero cuando una formación está en horas bajas y corre el serio riesgo de salir del Gobierno y de perder escaños, la dificultad se hace mucho mayor. Y esa es siguiente muralla que debe atravesar el PSOE, tejer unas listas con expectativas claramente a la baja y en las que tiene que buscar acomodo a los ministros que quieran acudir a las urnas —la que sí que no estará, como no estuvo en 2019, es la vicepresidenta primera, Nadia Calviño—, así como a los presidentes autonómicos y alcaldes que se vieron arrasados el 28-M y que entienden que deben apartarse de sus territorios y seguir su vida política en Madrid. La dirección federal está plenamente dispuesta a hacer ese gesto con sus cargos tumbados por la suma de PP y Vox, consciente de que el castigo que recibieron era "injusto", que ellos fueron los que recibieron una patada que en realidad tenía otro destinatario: Pedro Sánchez.
La discusión interna está comenzando ahora dentro del partido. Aunque los plazos son cortos. Muy cortos. El próximo jueves, 8 de junio, las candidaturas han de estar aprobadas por los comités provinciales y las ejecutivas autonómicas, para que el viernes 9 pasen por la validación de la comisión federal de listas y sean aprobadas definitivamente el sábado 10 por el máximo órgano de dirección del PSOE, el comité federal. Es decir, que en apenas unos días los nombres clave deben estar ya listos. También se prevé que para ese sábado 10 pueda estar redactado el programa electoral.
En 2015 y 2016, Batet y Robles fueron de dos, y en 2019 fue Calvo. Ahora podría serlo, si no hay fichaje, Teresa Ribera, por prelación, confianza del líder y relevancia de su área
Como ya ocurrió en 2019, en la doble convocatoria de generales —en abril y en la repetición del 10 de noviembre—, la mayor parte de los ministros se sumarán a las listas. En aquel momento, la única baja fue Nadia Calviño (además de Josep Borrell, que encabezó las europeas de mayo). Ahora, la vicepresidenta primera tampoco figurará en ninguna plancha. "Nunca ha ido en ninguna candidatura —recuerdan en su equipo—, pero no está en cuestión su compromiso total con el partido y con el presidente. Ella se ha implicado en la campaña, ha hecho todo lo que se le ha pedido, pero se ha mantenido independiente". Es cierto que su perfil político ha crecido mucho en los últimos años, y es un activo clarísimo del Ejecutivo, pero también que siempre ha rehusado sumarse a una candidatura. Es posible que tampoco compita el 23-J su compañero y responsable de Inclusión, José Luis Escrivá, sin carné del partido como ella, según avanzan en su círculo.
Calviño, pues, no será la dos de Sánchez por Madrid. ¿Y entonces quién? "No se ha dilucidado todavía", aseguran fuentes de la máxima confianza del presidente. En 2015, en sus primeras generales, eligió como su ticket a Meritxell Batet, símbolo de puente entre Cataluña y Madrid. En la repetición de 2016, Batet sustituyó a la exministra Carme Chacón como cabeza por Barcelona y Sánchez fichó a la jueza Margarita Robles. Y en 2019, situó a su lado a la entonces vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, seguida del que era líder del PSOE madrileño, José Manuel Franco, y de tres ministras de aquel primer Ejecutivo en solitario: Teresa Ribera, Dolores Delgado y Reyes Maroto.
Fuentes de la cúpula del PSOE-M indican a este diario que las conversaciones ya han arrancado pero que no hay decisiones tomadas, y añaden que, siguiendo un criterio lógico, y si no hay fichajes, lo esperable sería que la vicepresidenta tercera ocupara el dos de la candidatura. No solo por su rango, sino porque Ribera goza de la máxima confianza y aprecio del presidente y es la titular de un área clave del Gabinete, Transición Ecológica, y la muñidora de la excepción ibérica, considerado como uno de los éxitos del Ejecutivo. "Ya en 2019 se siguió el orden de prelación institucional. Pero Teresa estará obviamente donde le diga el presidente. En esa lista, en otra, en ninguna, en el puesto dos o en el 36", apuntan en su entorno.
Muy arriba en la lista por Madrid irá Bolaños, y también se espera la confirmación de Simancas y Leal
Muy arriba en la lista se espera que entre el titular de la Presidencia, Félix Bolaños. El ministro sigue perteneciendo al núcleo duro del jefe del Ejecutivo, en el primer anillo de confianza, al nivel de la vicesecretaria general del partido y responsable de Hacienda, María Jesús Montero. Lo esperable es que Bolaños ocupe el tres y que se respete escrupulosamente la cremallera, porque así lo mandata la ley de paridad aprobada por el Ejecutivo y remitida al Congreso pero que ha decaído por el anticipo electoral. Ministros que podrían competir por Madrid también podrían ser Pilar Llop (Justicia) y José Manuel Albares (Exteriores).
La importancia de Robles
Y queda la duda de qué ocurrirá con Margarita Robles (Defensa). En 2019 ella concurrió como cabeza de cartel por Ávila, pero en su entorno señalan que quizá no sea lo más pertinente repetir por la misma provincia, pues tuvo que renunciar a su escaño al poco de iniciarse esta XIV Legislatura —todos los ministros tuvieron que hacerlo, salvo Montero, Calvo y José Luis Ábalos, entonces responsable de Transportes y secretario de Organización del PSOE— y con ello entiende que rompió su compromiso con los ciudadanos. Si Sánchez la eligiera de dos de nuevo, estaría lanzando un mensaje claro: su apuesta por la moderación, dado el perfil de Robles, muy aceptado por la derecha.
Montero liderará la plancha por Sevilla, y podría acompañarla el actual alcalde, Antonio Muñoz, que decidirá su futuro en estos días
Se da por seguro que se integrarán también en la candidatura por Madrid el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes y exlíder de la federación regional, Rafael Simancas, y la secretaria general del grupo en el Congreso y presidenta del PSOE-M, Isaura Leal. Y cabe el interrogante de si repetirá Zaida Cantera, comandante retirada del Ejército de Tierra, la nueve en 2019 y fichaje estrella de Sánchez en 2015. Si en la lista recalara alguno de los derrotados el 28-M, uno de los posibles candidatos sería Javier Rodríguez, que el 17 de junio dejará la alcaldía de Alcalá de Henares en manos de PP y Vox. Reyes Maroto no regresará al Congreso: ella se queda, como prometió en campaña, como portavoz de los socialistas en el Ayuntamiento de Madrid, tal y como confirmaron desde su entorno. Tanto la exministra como el jefe del PSOE-M, Juan Lobato, mejoraron los resultados de su partido respecto a los últimos comicios, aunque mantuvieron al PSOE tercero, por detrás de Más Madrid.
Sí parece ya claro que Montero volverá a encabezar la lista por Sevilla, como sucedió en 2019. Podría acompañarla el todavía regidor de la capital andaluza, Antonio Muñoz, que será desplazado por el popular José Luis Sanz. La pérdida de la ciudad ha sido un "mazazo" para él mismo y para el partido, y ahora está en periodo de reflexión. La próxima semana, indican fuentes muy próximas, espera tener claro qué hacer. Por Cádiz podría repetir el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y por Córdoba, el responsable de Agricultura, Luis Planas. Para esta última candidatura se postula también la propia Carmen Calvo. Como subraya una dirigente próxima a la exvicepresidenta, esta debería tener sitio asegurado en las nuevas Cortes, por su anterior cargo y también por su reconocimiento en el feminismo clásico, un sector que entiende que la dirección ha de cuidar.
Están llamadas a capitanear sus provincias Isabel Rodríguez y Pilar Alegría, portavoces del Ejecutivo y del partido
También es obvio que liderarán sus listas las portavoces de Ejecutivo, Isabel Rodríguez, y PSOE, Pilar Alegría. Ambas, en principio, por sus respectivas provincias. La primera está llamada a capitanear la plancha por Ciudad Real, y la segunda, por Zaragoza. Por Valencia, previsiblemente, concurriría Diana Morant (Ciencia) —aquí es duda qué ocurrirá con Ábalos—, y por Santa Cruz de Tenerife, Héctor Gómez (Industria). José Miñones (Sanidad) podría ir de uno por A Coruña, Ourense o Pontevedra, en función de si deciden dar el salto a Madrid el presidente de la Diputación de A Coruña y líder del PSdeG, Valentín González Formoso, o su número dos y portavoz del Consistorio coruñés, José Manuel Lage.
Tres pesos pesados en Cataluña: Batet, Iceta y Sánchez
El PSC, en ascenso, tendría que ubicar en puestos de salida a la actual presidenta del Congreso, Meritxell Batet —cabeza por Barcelona en 2019—, y a los ministros Miquel Iceta (Cultura), miembro del círculo de poder del presidente, y Raquel Sánchez (Transportes). Pero desde el entorno del primer secretario, Salvador Illa, insisten en que el proceso no está cerrado. Por Asturias repetirá Adriana Lastra, ex vicesecretaria general del PSOE.
Se están pensando si dan el salto a Madrid , Francina Armengol, Puente o Muñoz. Lambán no irá en las generales, y tampoco Puig, Vara, Torres o Zuloaga
Varios presidentes y alcaldes que perderán el poder en sus respectivas comunidades y ciudades podrían recalar en las nuevas Cortes. Se lo están pensando, de hecho. Es el caso, como pudo confirmar este diario, de Concha Andreu, presidenta en funciones de La Rioja, o de Francina Armengol (Baleares), y de Óscar Puente, regidor de Valladolid, además de Antonio Muñoz (Sevilla). Otros barones no pasarán a Madrid, como el president valenciano, Ximo Puig, que ya ha dicho que liderará la alternativa a Carlos Mazón, igual que el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, ganador en las islas, se quedará en el Parlamento autonómico, como él mismo ya ha dicho. El jefe de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, en cambio, dejará la política para volver a su plaza de médico forense si no retiene el poder. El presidente de Aragón, Javier Lambán, no irá en las listas de las generales, aunque él y otros compañeros suyos sí podrían convertirse en senadores no electos, sino por designación autonómica, nombrados por sus parlamentos. Pablo Zuloaga, vicepresidente en funciones de Cantabria, se quedará en su tierra para encabezar la oposición socialista a la próxima presidenta regional, María José Sáenz de Buruaga.
Ferraz no pondrá problema ninguno a que desembarquen en Madrid todos los que van a ser removidos de sus cargos, como dijo el martes en la SER María Jesús Montero. El propio presidente reconocía este miércoles ante su grupo que él entendió enseguida, a la vista de los resultados del 28-M, que el mensaje de los ciudadanos iba dirigido a él, no a sus barones y alcaldes: "Tengo que decir que yo no podía desentenderme de su suerte. No podía seguir como si tal cosa, no podía continuar como si no hubiera ocurrido nada. Tomé la decisión con mi conciencia". Y su decisión fue adelantar las generales al 23-J.
Sánchez arenga a los suyos para que no se depriman ante una derecha "envalentonada" que ha caído en el trumpismo: es PP y Vox
En el círculo del líder subrayaban este miércoles que hilvanó un discurso "magnífico", "profundamente emocional y movilizador, ganador" muy aplaudido por diputados y senadores. Sánchez arengó a los suyos para que no se depriman, para que no acudan a las urnas con los brazos caídos, aunque es consciente de que no es una tarea "fácil" y de que la derecha está "envalentonada". El eje de su campaña ya está trazado: su proyecto de una España que "avanza" frente a la que representan "la extrema derecha y la derecha extrema", el tándem de PP y Vox, formaciones en las que no hay ninguna "distinción" y que, a su juicio, representan lo mismo: el trumpismo patrio. El 23-J empieza a construirse en el PSOE y en la Moncloa. En las palabras y en las personas.
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