El fin de ciclo de Ciudadanos conlleva también las salidas de sus pesos pesados. La primera en anunciar su baja de la formación y de la actividad política será Inés Arrimadas, aún diputada en el Congreso y portavoz del grupo naranja en las Cortes. Lo ha anunciado en una rueda de prensa, iniciada con retraso, en la cámara baja no prevista en agenda y tras la primera reunión de la Diputación Permanente con el parlamento ya disuelto por el anuncio electoral del 23 de julio. "La política debe ser una etapa, y todas empiezan y acaban. He decidido dar este paso después de haber dedicado los mejores años de mi vida a mi país. He tenido errores y aciertos, pero siempre he tomado las decisiones pensando en lo mejor para mi país", ha dicho Arrimadas desde la sala de prensa del Congreso.
El anuncio lleva implícito que Arrimadas tampoco transitará hacia las listas del PP en el caso de producirse un ofrecimiento. Algo que en los últimos meses la expresidenta de Ciudadanos ha recalcado reiteradamente. La jerezana, que recientemente se ha trasladado a su ciudad de origen para estar más cerca de su familia reivindicó que su continuidad sería "con Ciudadanos, o con nadie". Y tras el anuncio del martes, en el que la formación liberal renunciaba a presentarse a los comicios por los malos resultados municipales y autonómicos, Arrimadas ha decidido dar un paso atrás. Ella fue clave para que su partido tomara esta decisión.
La marcha de Arrimadas [seguirá afiliada], que no ha sido comunicada previamente a sus compañeros del ala más díscola del grupo parlamentario, sí al diputado Guillermo Díaz, constituido hasta el momento como su mando derecha, según ha podido saber este periódico, deja más huérfano al partido, sin un liderazgo nacional mediáticamente claro después de la VI Asamblea General del partido en enero y las primarias. Un movimiento que puede haber condicionado la negativa del Comité Nacional de presentarse a los comicios generales. En el aire queda la continuidad de Begoña Villacís, el rostro más visible del naufragio político del domingo en el 28-M, tras haber sido perjudicada por la mayoría absoluta del alcalde todavía en funciones José Luis Martínez-Almeida.
Arrimadas ha deseado mucho acierto a los próximos gobernantes que salgan de las elecciones generales, porque España lo necesita"
En su intervención de hoy, Arrimadas ha agradecido a Ciudadanos y a Albert Rivera la oportunidad dada, "compañeros" con quien ha "vivido cosas inimaginables en Cataluña y en el Congreso. Buenas y malas". También se ha referido a sus "adversarios", de quien ha "aprendido mucho". Y ha calificado como "el mejor portavoz y diputado" a Díaz, olvidándose de Edmundo Bal, su partner parlamentario hasta las primarias disputadas entre diciembre y enero. Al margen de las personalidades, Arrimadas ha recordado que como se hizo en Cataluña, "la única vía para vencer al nacionalismo es hacerle frente sin complejos y sin asumir sus mantras"; y ha agradecido al electorado haberles "permitido cambiar el gobierno de Andalucía [tras un dominio del PSOE durante 37 años]" y otras regiones, y haber "subido el listón de cómo se tiene que ejercer un cargo político con limpieza" y defendiendo "los principios liberales".
Para finalizar, la aún diputada ha deseado "mucho acierto" a los próximos gobernantes, porque "España lo necesita". Ella, ha indicado, va a "seguir luchando" para defender sus principios fuera de las instituciones. "Ha sido un honor", ha terminado Arrimadas sin permitir preguntas.
Arrimadas entró en política en 2012, un año después de afiliarse a la agrupación en Cataluña tras acudir a un mitin del partido. Sus antecedentes familiares [su padre militó y fue concejal de la UCD] se alineaban con las demandas de los de Rivera. Ese mismo año ocupa un hueco en las listas y consigue representación en el Parlament. También acerca posiciones con Rivera. Después de una etapa de rodaje, se posiciona como candidata en 2015 y se instaura como líder de la oposición en la cámara con 25 representantes. Dos años después, con la repetición electoral y en el momento culmen del procés, gana. El mayor éxito del partido la lleva a Madrid como diputada. Y tras el ascenso de la formación a nivel nacional y su posterior caída, pasa a ocupar los mandos como presidenta y tras unas primaras con el actual procurador en Castilla y León Francisco Igea.
Su etapa como líder nacional ha estado marcada por el descenso electoral de Ciudadanos, agravado como amagos como los planes de moción de censura al gobierno del PP en la Región de Murcia junto al PSOE. Un ejecutivo que los naranjas integraban. El terremoto murciano tuvo réplicas en Castilla y León y Madrid, cuyos barones populares adelantaron comicios, reduciendo así el poder territorial de la marca. Andalucía aguantó, pero tras un adelanto de Juanma Moreno provocado por la incapacidad de sacar adelante los presupuestos conllevó la debacle naranja también allí. Se perdieron los 21 escaños y el partido se convirtió en extraparlamentario.
Tras ello Arrimadas fomentó una refundación y dio un paso atrás renunciando al liderazgo. Se dio paso al mandato de Adrián Vázquez y Patricia Guasp, y Arrimadas se limitó a la portavocía de un Congreso que hoy la ve renunciar.
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