Todo comenzó en un grupo de Telegram. El malestar que sobrevolaba el ambiente de trabajo había llevado hasta ahí cada vez más quejas y a más compañeros. Los primeros cruzaron lamentos y malestares a finales del año pasado. En abril pasado, aquel grupo contaba ya con cerca de 3.250 ertzainas, el equivalente al 40% de la plantilla de 8.000 agentes que componen la Policía Autónoma vasca. El reproche que más se repetía era que cada vez se les pedía más esfuerzos, que eventos como el arranque del Tour de Francia, -desde el 28 de junio al 3 de julio- en Bilbao y que durante tres días recorrerá Euskadi, requeriría un despliegue sin precedentes de la Ertzaintza. Otro esfuerzo sin compensación en forma de mejoras laborales.
La mirada de los más críticos se dirigía también hacia los sindicatos presentes en la mesa de negociación y lo que consideraban una evidente falta de resultados. Una década después, el acuerdo regulador de sus condiciones laborales seguía sin ser actualizado. Años en los que la precariedad de medios, de recursos y salariales se han acentuado. El movimiento ‘Ertzainas en lucha’, se presenta como 'asindical’. Desde hace dos meses está poniendo en jaque no sólo a las centrales con representación en la mesa de negociación sino también al departamento de Seguridad del Gobierno vasco.
La tensión está alcanzando las cotas más altas a menos de un mes de que el Tour de Francia invada las carreteras del País Vasco y obligue a activar un dispositivo que requerirá de todos los agentes. Oficialmente, tanto el Gobierno como los propios ertzainas aseguran que el operativo de la prueba no está en peligro, pero la desconfianza y el cruce de acusaciones se ha instalado de modo profundo en las relaciones entre los policías y la dirección del departamento de Seguridad.
Controlado "desde fuera"
Hasta ahora sus movilizaciones están siendo masivas. En mayo lograron reunir a cerca de 4.000 ertzainas –casi la mitad de la plantilla- en una manifestación por las calles de Bilbao. Poco después distintas marchas de protesta por las capitales vascas confirmaron que aquel malestar se había extendido más de lo que hasta entonces había trascendido. La reciente protesta ante el Parlamento vasco y la llevada a cabo ayer ante el Consejo de Gobierno han sido la culminación del pulso de movilizaciones que están librando en demanda de mejoras. El peso alcanzado por este movimiento ha sorprendido también a los sindicatos ErNE, Esan, Euspel y Sipe, con representación en la mesa, y que tras un periodo de desconcierto han optado por apoyar sus reivindicaciones.
“Vamos en furgonetas que tienen 29 años, no tienen cinturones de seguridad. Llevamos material que no va bien sujeto. Mis compañeros de tráfico no tienen cascos ni botas para todos y deben compartirlas. Y además no se nos ha equiparado salarialmente con el resto de policías”, asegura Gorka, miembro de este movimiento. Afirma que ‘Ertzainas en lucha’ en ningún caso se convertirá en un sindicato, que su objetivo no es sustituir a las centrales sindicales sino a azuzarles para que se produzca un cambio en el modo de negociar: “Llevamos desde 2013 sin renovar el convenio de condiciones laborales, eso no puede ser. Nosotros sólo queremos un convenio y que se mejoren nuestras condiciones, también las de formación del personal y la referida a los recursos humanos”.
Ayer el Gobierno vasco arremetió con dureza contra ‘Ertzainas en lucha’. El consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, les acusó de estar “atemorizando” a los sindicatos, de recurrir a las “descalificación impropia de una relación institucional” en sus actitudes. Desde el PNV se sembró la sospecha sobre las verdaderas intenciones de este movimiento, del que afirmó que está controlado “por alguien desde fuera”, alguien “sin rostros, sin nombre”, dijo la presidenta del PNV, Itxaso Atutxa.
Movimiento "asindical y apolítico"
Entre los rumores que se han extendido en las últimas horas destaca el que intenta relacionarles con plataformas surgidas recientemente en otros cuerpos policiales como Jucil o Jusapol, “eso es falso”: “Nosotros somos asindicales, apolíticos. Algunos buscan desprestigiarnos. Nacimos comisaría a comisaría, poniendo cada uno dos euros para financiarnos entre nosotros, para contratar un abogado especializado en convenios colectivos para que nos asesorara”, señala Gorka: “Cuando lo oí, yo personalmente, tuve que buscar qué era eso de Jusapol y Jucil, no tenía ni idea. A nosotros no nos tutela nadie”.
‘Ertzainas en acción’ ha presentado un listado con más de 40 peticiones, entre ellas un incremento salarial de hasta 1.100 euros. Ayer el Gobierno vasco recordó que el salario medio de un agente de la Ertzaintza ronda los 2.500 euros netos mensuales. Fuentes sindicales negaron, sin embargo, que ese sea el sueldo sino que apuntaron que esa cifra se alcanza “después de muchas horas extra” a las que se ven obligados por falta de personal para sustituirles en caso de baja.
Los sindicatos también niegan, como ayer aseguró Erkoreka, que se les hubiera actualizado el acuerdo que regula sus condiciones laborales. El consejero afirmó que en 2012, 2018 y 2023 se aplicaron mejoras a los agentes que han supuesto un desembolso de 21 millones de euros “a repartir entre los 8.000 agentes”. Desde las centrales se apunta que no es cierto, que las mejoras a las que hace referencia son puntuales y aplicables a distintas categorías, no al conjunto de la plantilla.
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