La inestabilidad atmosférica de las últimas semanas ha hecho que los españoles consulten con más asiduidad, si cabe, la predicción meteorológica. Y en muchos casos, que programen su vida en función del tiempo previsto. Sin embargo, no es extraño que las agencias 'fallen' en sus pronósticos. Algo que provoca en muchas ocasiones que aumente el enfado y la desconfianza entre la población.
"Las predicciones de la Aemet son realmente desastrosas. Dan ganas de fiarse de las cabañuelas", expresaba hace unos días un usuario por redes sociales. "Desde que me dijeron, no sé hasta qué punto es cierto, que las predicciones de la Aemet se basan en estadística en vez de en predicciones meteorológicas empíricas... Me fío de cualquier web menos de la de ellos", le contestaba otro.
Pero lo cierto es que las quejas surgen del desconocimiento del funcionamiento de la predicción meteorológica. Consultado por El Independiente, el portavoz de Aemet, Rubén del Campo, explica que existen dos factores importantes que mucha gente suele pasar por alto. En primer lugar que, efectivamente la predicción del tiempo está basada en probabilidades (un método científico, pero que no es exacto). Y en segundo lugar, que el clima que hemos tenido en los últimos días es especialmente complicado de predecir.
"Llevamos un mes con un tiempo variable. Amanecemos con cielos despejados, por la tarde llegan nubes y comienza a llover. Pero la predicción a nivel general ha estado bien, porque desde el primer momento hemos anunciado que por las tardes llegarían los chubascos e incluso el granizo", asegura Del Campo. Y añade: "No obstante, es verdad que es más difícil afinar cuanto más concreto seas".
En otras palabras, las predicciones se pueden hacer sobre grandes territorios, pero intentar concretar el tiempo exacto que hará en una localidad o, incluso, en un barrio específico es mucho más complicado. "Podemos decir que en la Comunidad de Madrid habrá chubascos que pueden ser intensos, pero es muy difícil concretar en qué municipios, con qué intensidad lloverá en cada uno y a qué hora. Y en los últimos días lo que ha predominado han sido los chubascos aislados que han dejado mucha lluvia en zonas concretas mientras a pocos kilómetros no caiga ni una gota", comenta el meteorólogo.
Como se comentaba previamente, el segundo factor clave es que la predicción del tiempo está basada en probabilidad. Y la probabilidad, en porcentajes. Lo que quiere decir que cuando vemos el icono de un sol, de nubes o de lluvia en nuestra ciudad no significa que ese vaya a ser el clima, sino que es el tiempo más probable.
Lo ilustra Del Campo: "Metemos 50 datos atmosféricos en un súper ordenador, para tener una representación más completa de la situación de la atmósfera. Y como resultado, el ordenador nos devuelve 50 predicciones meteorológicas diferentes. Si de todas ellas en 25 nos dice que llueve en Madrid, significa que hay un 50% de probabilidades de que llueva en la capital. Si nos pone que sólo lloverá en 5 casos de los 50 posibles, la predicción de lluvia será del 10%".
De tal manera que si la probabilidad de lluvia en una ciudad es de un 60% y finalmente no llueve no quiere decir que Aemet halla errado en su pronóstico. Por eso es importante fijarse en los porcentajes. "Por desgracia la ciencia meteorológica no es exacta y nunca puede asegurar el tiempo que habrá. Pero eso da mucho juego al usuario para tomar las decisiones que considere. Si hay un 80% de probabilidades de que llueva el día de tu boda seguramente quieras celebrar el banquete en un sitio cubierto. Y si hay un 10% de probabilidades de que llueva un día que vas a hacer rafting lo mismo hay gente que no se la juega".
Predicciones estacionales
La cosa se complica aún más en las predicciones estacionales, que son las que se hacen para pronosticar el tiempo de los próximos tres meses. Aunque este verano Amet considera que será más cálido y más lluvioso de lo normal en España, las coordenadas geográficas de nuestro país hacen más complicado el pronóstico.
"En nuestra latitud, así como en el resto de los países mediterráneos y del Norte de Europa, es más complicado hacer pronósticos que, por ejemplo, en los países cercanos a los trópicos, donde el tiempo está muy influenciado por la temperatura del agua del mar y fenómenos como El Niño. En esos países con cuatro cosas se puede predecir el tiempo con más exactitud", comenta Del Campo.
En resumen, cerca del trópico el tiempo es mucho más previsible. Y en nuestras latitudes, en cambio, influyen muchos más factores. Y si a eso se le suma que se desconoce cómo nos afectan fenómenos como El Niño la incertidumbre crece aún más. Por eso es más fácil pronosticar el tiempo que hará en Canarias que el que hará en la Península.
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