"El planteamiento es fácil de entender: los resultados del 28-M cayeron como una losa sobre el PSOE y se vio cómo Bildu, la presunta compra de votos... se adueñaron de la campaña y se llevó por delante la gestión del Gobierno. A la gente no le llegó el mensaje y la situación real del país. Así ahora hay que hablar con la gente, llegar a la gente. Y no puedes ir solo a los medios más próximos, porque a esos votantes ya los tienes. Tienes que ir a otros, que te vean que vas a batallar y que no te rindes".
Esa es la filosofía que subyace en el diseño estratégico de la campaña de las generales del 23-J de Pedro Sánchez, tal y como relatan desde el entorno del presidente. Una campaña que será, forzosamente, muy distinta a la anterior, como reconocen sin ambages en Ferraz. Mucho más mediática, más a la ofensiva, y con menos mítines. No solo por la dificultad de organizar actos a diario en toda España en pleno mes de julio, sino porque cunde cierto desánimo en el partido después del shock inesperado de las autonómicas y municipales, en las que bases y cuadros se implicaron a tope. Ahora se trata, incluso, de que el electorado y la militancia y dirigencia del PSOE cojan ánimos a través de su líder. No se renunciará a la doble fórmula de mítines y medios —de hecho, este domingo retoma la agenda de actos en Dos Hermanas (Sevilla), plaza fetiche para sí mismo y para su partido—, pero la presencia del jefe del Ejecutivo y candidato se multiplicará exponencialmente, hasta "inundar" la campaña y sin renunciar de entrada a ninguna ventana, incluso la de medios más hostiles.
El candidato se multiplicará exponencialmente, hasta "inundar" la campaña y sin renunciar de entrada a ninguna ventana, incluso la de medios más hostiles
El PSOE ha ido atravesando distintas fases tras los pésimos resultados del 28-M, en los que, a pesar de haberse dejado 400.000 papeletas y verse superado por el PP en 3,4 puntos —una diferencia remontable, creen en la cúpula—, perdió casi todo su poder territorial. Al trauma inicial, la desolación y la rabia, siguió la conflictiva composición de las listas y su aprobación por el comité federal. Ahora, con el partido algo más en calma, presentadas las prioridades de la presidencia española de la UE y saboreando la miel de los pactos de PP y Vox, la dirección activa la siguiente etapa. La de exposición mediática de Sánchez. Este domingo, se prevé la publicación de la primera entrevista en un rotativo de tirada nacional. El lunes, el lunes pasará por los micrófonos de Más de uno (Onda Cero), con Carlos Alsina, un periodista correoso al que no se había enfrentado en toda la legislatura. Volverán a verse cara a cara por primera vez desde la última campaña de las generales. Y solo ese gesto es significativo. Porque igual que sus ministros y dirigentes del PSOE sí han acudido a medios conservadores, Sánchez, en estos cuatro años, ha concedido pocas entrevistas y a un pequeño número de radios, televisiones y periódicos.
Que ahora se deje entrevistar por Alsina confirma que el presidente, como admiten fuentes próximas, está dispuesto a ir a todo tipo de plazas, por difíciles que sean. Por eso, se cuenta con que podría acudir a El programa de Ana Rosa (Telecinco), Espejo público o El hormiguero (Antena 3). Por lo pronto, lo que ya está agendado y anunciado es su entrevista en Onda Cero del lunes 19 de junio y en El intermedio (La Sexta), el martes 20.
El ejemplo de Zapatero
"Si ahora está en minoría y en peligro, quiere decir que tu gente, la que puede llegar a votarte, no está solo en El País, en la SER o en La Sexta. Está en otros sitios y no reciben el contraste de tu mensaje. Y si tú no vas, no hay posibilidad de llegar a la gente. Pero hay que ir. Serán medios más duros, pero la gente tiene que verte batallar y que no te rindes. Hay que ir donde está la gente, ser más abiertos, salir del arrinconamiento. Ir a la ofensiva", explican fuentes cercanas a Sánchez, que ponen el ejemplo de la catártica entrevista de José Luis Rodríguez Zapatero el pasado lunes en la Cope, en la que defendió con vehemencia cómo fue su Gobierno el que acabó con ETA en 2011. Una entrevista que se viralizó y que ha dado "mucha moral" al PSOE. "Se trata de dar la cara, aunque en algún momento te la puedan partir —prosiguen las mismas fuentes—, y que tu gente coja espíritu, discurso, capacidad de pelear".
No hay un problema de suelo electoral, sino de atracción de más electores. Y se analiza que los pactos de PP y Vox pueden ayudar a movilizar a los electores dormidos de la izquierda
Como razonan quienes interlocutan con Sánchez, el PSOE no tiene un problema de suelo electoral, porque el 28-M cosechó el 28,12% de las papeletas, porcentaje semejante al de las generales de noviembre de 2019 (28%), aunque algo más de un punto por debajo que las municipales de hace cuatro años (29,38%). Le hace falta crecer, estirarse, para contrarrestar la subida del PP producto de su absorción de Ciudadanos. De ahí que luche por activar a los abstencionistas y por concentrar en torno así al voto útil de la izquierda. Y necesita que Sumar no se desplome.
"Necesitamos que funcionen varias cosas a la vez, y no es fácil, pero por ejemplo lo de los pactos del PP y Vox han venido muy bien. Quizá al 95% del electorado de la derecha no le afecta, pero a los votantes más templados quizá no, y quizá puede haber electores de izquierda que se activen". Así que la prioridad de los socialistas no es solo amarrar a sus votantes fieles, sino ir a los que se hallan más alejados o desmotivados, o cabreados con ciertos aspectos de su gestión. En la Moncloa, de hecho, se asume que el 28-M los ciudadanos castigaron las alianzas del Ejecutivo con sus socios de ERC o Bildu, y también la toxicidad del ruido constante de la coalición con Podemos y polémicas graves como la ley del sí es sí.
"Se va a medir un Pedro Sánchez que no habíamos visto", advierten en su entorno. En las generales de 2019, el presidente también se volcó en los medios y concedió infinidad de entrevistas en medios nacionales y regionales, más cercanos y otros más lejanos. Ahora repetirá la estrategia, pero con varias diferencias. La primera es que esta vez también prevé acudir a formatos de entretenimiento y no solo a informativos. Por ejemplo, se baraja que acuda a El hormiguero, programa líder de la tele española muy crítico con el Gobierno. Sánchez ya fue al plató de Pablo Motos cuando era solo secretario general del PSOE, para darse a conocer —como entró en directo en Sálvame (Telecinco)—, abriendo un camino que otros líderes siguieron, incluido Mariano Rajoy. Pero rechazó la invitación que recibió de la productora en las elecciones de 2019. En aquel momento, explican quienes estaban en la sala de máquinas de la campaña, el presidente decidió no ir porque quería primar su faceta presidencialista.
El presidente busca contrastar el discurso que se ha impuesto en ciertos medios y exponerse en todo tipo de formatos
Ahora, en cambio, se trata de "recuperar empatía y cercanía", y eso implica no solo aparecer en los informativos, sino también en los shows de entretenimiento o magacines de máxima audiencia, sea en El intermedio como en Espejo público o en El programa de Ana Rosa. ¿Y puede ser creíble? Entre sus colaboradores se admite que corre riesgos, pero que al preverse un buen número de entrevistas es difícil que tenga un mal desempeño en todas ellas. Cada una "será un mundo", y en algunas hasta podrá tropezar, pero el objetivo, creen, el de ir a la ofensiva, estará más garantizado.
Sin avances en los debates
"De cara a la campaña vamos a combinar todos los formatos, sin renunciar a ninguno, para hacer llegar nuestro mensaje, aunque es cierto que haremos menos mítines y serán más grandes, y también habrá más presencia del audiovisual, entendido como radio, televisión, y formatos propios producidos por Ferraz", rubrican desde el cuartel general del partido.
El PSOE mantendrá la presión sobre el PP con los debates: Feijóo "no quiere" los cara a cara, y eso, creen, sí que tiene "coste electoral"
En esa estrategia, obviamente, también entran los debates. Los socialistas mantienen la presión, pero aún sin respuesta. Sánchez ha aceptado los cuatro a cara con Alberto Núñez Feijóo propuestos por los grandes grupos mediáticos —Atresmedia, RTVE, Mediaset y Prisa—, mostrándose dispuesto a dos más, y los debates a cuatro, con Vox y Sumar. Pero no se ha avanzado nada aún. El miércoles, el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, llegó a hablar con el interlocutor del PP, el dirigente Esteban González Pons, pero no concretaron nada: le emplazó a hablar a su vuelta a España, este viernes.
Ferraz y la Moncloa se malician que si el PP rechaza exponer a su candidato es porque sabe que "no funciona" en los debates. "Claramente Feijóo, si ya sufre en los mítines con errores no forzados, no quiere debatir. No por ello vamos a dejar de recordarle que a la presidencia del PP se puede llegar de puntillas, pero no a la presidencia del Gobierno. Esto tiene coste electoral, porque a los ciudadanos no les gusta que les roben la posibilidad de tener varios cara a cara. A día de hoy, el PP sigue sin darnos fecha ni para una reunión. Queda claro que van a tratar de que Feijóo no pase por ese suplicio", arguyen en el comité electoral del partido.
Mítines habrá menos de aquí al 23-J. Por las dificultades obvias de movilización y por coincidir con julio, mes de vacaciones para parte de España. Este domingo, no obstante, se celebrará el primer acto, y será en Dos Hermanas (Sevilla), el municipio más grande que ahora está en manos de los socialistas y en el que estos conservaron su mayoría absoluta, mayoría absoluta que el partido ha revalidado una y otra vez desde 1983, cuando arrebató la alcaldía al PCE. Dos Hermanas funciona en la memoria colectiva del PSOE como su santuario, el templo clásico de sus campañas, donde celebraron mítines gigantes. Pero fue allí donde Sánchez comenzó su resurrección personal, cuando se lanzó a la carrera de las primarias contra Susana Díaz en enero de 2017. Y el punto adonde regresa ahora para intentar insuflar épica a esta campaña en la que se la juega a todo o nada. La plaza en la que busca sacar a su partido del abatimiento e impulsarle de cara al 23-J. Al acto del domingo están llamados los cabezas de lista de las generales.
Los socialistas llevan a la JEC las encuestas publicadas por 'Abc', 'El Mundo' y 'El Español' por omitir datos técnicos importantes
Entrevistas, debates, mítines. Y también encuestas. Este jueves, el PSOE llevó a la Junta Electoral Central (JEC) las empresas que han realizado encuestas recientes: GAD3 para Abc, Sigma Dos para El Mundo y Sociométrica para El Español. El partido entiende que vulneraron el artículo 69 de la ley electoral al omitir datos de elaboración de los propios sondeos. Así, denuncia que, por ejemplo, en la de Sigma Dos faltan la denominación y domicilio de la empresa encuestadora, las preguntas íntegras, el margen de error, el procedimiento de selección de los encuestados o la fecha de realización del trabajo de campo. En la de GAD3 faltarían, dice el PSOE, la denominación y domicilio de la compañía, el texto íntegro de las cuestiones formuladas y el número de personas que no ha contestado a cada una de ellas. Mismos fallos que consigna en la que publicó El Español.
Ferraz se dirige a la JEC porque esta, según la ley, puede recabar de quien haya realizado una encuesta la "información técnica complementaria que juzgue oportuno". Y entiende que los medios que han difundido estos sondeos —todos publicados el pasado domingo, 11 de junio— están "obligados" a dar cuenta, en el plazo de tres días, de las rectificaciones requeridas por la JEC. El PSOE requiere al organismo arbitral que se pronuncie "a la mayor brevedad".
El partido seguirá con su línea de combate de los pactos del PP con los ultras: el sábado se constituirán todos los ayuntamientos
Y la otra vía de ataque al PP está, claro, en el combate a sus pactos con la ultraderecha de Vox. Una línea que intensificará en las próximas horas, porque será el sábado cuando se constituyan los ayuntamientos de toda España, la jornada en la que el país se pintará de azul y en la que se confirmará cómo los populares arrebatan alcaldías a los socialistas valiéndose del apoyo de Vox. Es el caso de Valladolid, Burgos, Toledo, o Elche (Alicante). Y aunque quedan negociaciones por delante, el cierre de alianzas entre las dos derechas suministran argumentos a los socialistas para esta primera parte de la precampaña.
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