El protocolo quiso que este viernes se sentaran juntos en la Puerta del Sol, codo con codo, para asistir a la toma de posesión de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Tan juntos y tan lejos. Él, el próximo presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón; ella, la candidata popular a presidir el gobierno de Extremadura, María Guardiola. Dos maneras muy distintas de entender las relaciones con el partido de Santiago Abascal, aunque uno y otro tienen varias cosas en común además de su militancia y de haber sido elegidos por el dedo del anterior secretario general popular, Teodoro García Egea, esto es, haber movido las placas tectónicas del PP de Alberto Núñez Feijóo, inmerso en lo que Mariano Rajoy hubiera calificado de "lío colosal".
"Nadie dijo que esto iba a ser fácil", justifica un dirigente popular respecto al escenario postelectoral abierto tras los comicios locales y autonómicos del 28-M. De hecho, esa fue una de las razones que barajó Moncloa para forzar el adelanto de las generales, coger a los populares inmersos en unas negociaciones ingratas por las que se verían obligados a hacer cesiones. No se equivocaron.
Mazón y Guardiola son la cara y cruz de la contradicción interna de no haber resuelto el modelo de relaciones con Vox unido a las escaramuzas de un partido donde los "duros" entre los "duros", esto es, Jorge Buxadé y compañía, han tomado las riendas para ir a la confrontación a campo abierto. El valenciano Mazón quizá lo intuyó desde el principio. Por eso se mostró cauto cuando durante la campaña era interrogado respecto a si contaría con ellos para la hipotética conformación de su gobierno. "Son los ciudadanos los que van a decidir si sumo con Vox. A ellos me someto", dijo en entrevista con El Independiente.
Muy al contrario, la candidata extremeña comprometió su palabra durante la campaña electoral respecto a sus nulas intenciones de dar cabida a los voxistas en un hipotético ejecutivo popular. "Ha cumplido lo que dijo", defienden en su entorno. Quizá ella también lo intuyó desde el principio. Extremadura es una tierra sociológicamente de izquierdas. Todo lo que oliera a Vox podía ser kriptonita para sus opciones electorales y no erró en la estrategia al empatar en escaños con el socialista Guillermo Fernández Vara. Ahora bien, fue incapaz de prever que, contra la filosofía inicial de Vox, éstos no van a dar gratis ni un voto aunque en esa resistencia coincidan con PSOE y Unidas Podemos o arrastren a los extremeños -y también a los murcianos- a unas nuevas elecciones autonómicas. Apoyo a cambio de sillones.
Hay quien dice de Guardiola que podría haber sido una perfecta candidata socialista
Tiene además Guardiola un perfil socialmente muy comprometido. Feminista declarada, partidaria de los derechos LGTBi, defensora del aborto... Hay quien dice de ella que podría haber sido una perfecta candidata socialista. Ha heredado a pulso el sobrenombre que se ganó el único presidente del PP que ha tenido esta tierra, José Antonio Monago, más conocido como el "barón rojo". Existen más concomitancias entre esta licenciada en Ciencias Empresariales y su antecesor y es que ambos se pusieron en manos de dos expertos en comunicación algo disruptivos. Uno, se confió a Iván Redondo, años más tarde director de Gabinete de Pedro Sánchez, luego defenestrado; ella a Santiago Martínez-Vares, CEO de Rebellious Words, y un rostro frecuente en tertulias televisivas.
La decisión de Guardiola de quemar los puentes con Vox venía precedida de un pacto exprés de Mazón con los mismos a los que la extremeña ha calificado de machistas, homófobos y racistas por cuestionar la violencia de género, los derechos LGTBi y deshumanizar a los inmigrantes. Un movimiento pendular que Génova ha tenido que justificar bajo el argumento de la autonomía de sus barones territoriales y una confusa explicación por parte de Feijóo respecto a cuál es el mínimo de porcentaje exigible para que Vox se le abran las puertas o no de una coalición.
Feijóo ha quedado atrapado entre dos fuegos, del los que tampoco salen bien parados el resto de baronías
El líder del PP ha quedado atrapado entre dos fuegos, de los que tampoco salen bien parados el resto de baronías que, tanto en Baleares como en Aragón, siguen sentadas a la mes de negociación con una Vox muy crecida, convencida de su poder para dar y quitar presidencias.
En Génova intentan aplicar la teoría de Iván Redondo de hacer limonada si la vida te da limones. Guardiola compensa lo de Mazón y Mazón lo de Guardiola. Ni el PP es un partido entregado a Vox ni le cierra la puerta de pleno por lo que pueda pasar a partir del 23-J. Porque en el fondo "lo que aquí se dirime no es tanto el poder territorial como el de la nación", dicen en el número 13 de Génova. Si la política de pactos tras el 28-M no estuviera condicionada por las generales no existiría la enorme presión que subordina también la actuación de los de Abascal, necesitados de trasladar el mensaje respecto a que apoyar a Vox en las urnas es votar "útil".
Ahí reside la gran batalla de fondo. El mensaje recurrente de Feijóo. Lo reiteró este viernes desde la Puerta de Sol tras la toma de posesión de Ayuso. «Es más necesario que nunca un cambio político con un gobierno fuerte que salga directamente de las urnas».
El modelo de las mayorías absolutas
Su modelo, dijo, «es el de Madrid, el de Andalucía, el de Galicia y el de la Rioja, el de los gobiernos sólidos, fuertes, sin intermediarios, de los que salen de las urnas directamente y obedecen a su mandato directo». Los populares depositan su esperanza en un corrimiento de voto útil hacia el PP, como ocurrió en Andalucía o Madrid. Serán los próximos sondeos con intención de voto los que permitan evaluar el impacto de la bronca del bloque de centro-derecha
Mientras tanto, Guardiola y Mazón se dieron una tegua este viernes en Madrid. "Enhorabuena a @IdiazAyuso, una mujer valiente y libre a la que respeto y admiro y la mejor presidenta que pueden tener los madrileños. Estoy orgullosa de compartir con ella militancia en un partido plural y abierto como el @ppopular". Escribió Guardiola en Twitter tras asistir a la toma de posesión de Ayuso. "Enhorabuena @IdiazAyuso. Las relaciones entre Madrid y la Comunitat Valenciana son fundamentales para nuestras Comunidades Autónomas y para toda España", expresó el valenciano. Mientras tanto los populares intentan apagar los incendios post 28-M.
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