Carles Puigdemont ha confirmado que el escolta de los Mossos d'Esquadra Lluís Escolà le acompañó en su viaje de huida a Bélgica en octubre de 2017. Pero ha advertido que "en ningún momento le pedí que me ayudara a eludir ninguna acción de la justicia, porque no había ninguna orden contra mi cuando abandoné España".

Puigdemont sí ha reconocido que Escolà "me ayudó en ese viaje hasta Bélgica", pero ha negado que ese periplo pasara por coger un avión en Marsella destino a Bruselas, como se ha relatado. "Me sorprende que alguien pueda decir esto" ha afirmado en un interrogatorio marcado por los problemas de traducción al francés reclamada por las funcionarias de la justicia belga que acompañaban a Puigdemont.

Se trata de la primera comparecencia de Puigdemont ante la justicia española desde que huyó a Bélgica en octubre de 2017 tras proclamar la independencia de Cataluña. Puigdemont comparece en calidad de testigo de la defensa, en el juicio contra el ex conseller de Interior, Miquel Buch, y Escolà, por la escolta del ex president tras su huida.

Escolà, un patriota

Puigdemont ha definido a Escolà como "un amigo que me merece toda la confianza" y "un patriota que está en este juicio por prestar un servicio al país. Lo he visto sufrir mucho, sacrificar su vida privada y acompañarme desde el momento en que autoridades españolas renuncian a cumplir la ley y ofrecerme protección".

Ha sido una queja reiterada del ex president, el supuesto incumplimiento del Gobierno al denegar la petición de escolta de Puigdemont en Bélgica. En este contexto, ha asegurado que la "escolta extraoficial" de la que habla el periodista Xevi Xirgu en su libro sobre el periplo del ex presidente "es una licencia periodística".

Puigdemont ha definido a Escolà y los otros mossos que le "visitaron" en Waterloo o participaron en sus viajes como "personas que me acompañan. Los escoltas llevan armas, chaleco antibalas, porras extensibles y tienen permiso de las autoridades españolas para actuar como escolta y esto no ha pasado nunca incumpliendo las leyes vigentes" se ha lamentado a preguntas del abogado defensor del mosso, Gonzalo Boye.

Prisión para Buch y Escolà

La Fiscalía pide seis años de prisión y 27 de inhabilitación para el ex consejero de Interior de la Generalitat por los delitos de malversación y prevaricación. Le acusa de nombrar a Escolà cargo de confianza para facilitar que escoltara a Puigdemont en el extranjero, pese a la orden de detención dictada por el Tribunal Supremo tras la declaración unilateral de independencia de octubre de 2017.

Para Escolà la Fiscalía solicita cuatro años y medio de cárcel y 23 de inhabilitación. El agente de los mossos, ex jefe operativo de la unidad de escoltas de Presidencia de la Generalitat durante el mandato de Puigdemont, es considerado por la acusación como cooperador necesario de los delitos imputados a Buch.

La Fiscalía sostiene que el sargento, que efectuó numerosos viajes al extranjero para acompañar a Puigdemont, "aparentó" la elaboración de estudios e informes como asesor, aunque todos sobre una "miscelánea de temas absolutamente variada y dispar", "plagados de generalidades" y con material "fácilmente" obtenible en internet, al contener información de "carácter básico".

Por el contrario, a falta de que Buch y Escolà declaren el próximo 13 de julio ante el tribunal, la cúpula de Interior de la época, que compareció ayer jueves en el juicio, defiende su nombramiento y alega que acataron la orden del Gobierno para no dotar de escolta a Puigdemont tras el 155 y que los viajes del sargento para acompañar al expresidente, cuando le nombraron asesor, eran "a título personal".