No es la primera vez que ocurre. Cada vez que Génova, esté quien esté al frente, interpela a los barones del PSOE, cada vez que les azuza para que se levanten contra su líder, para que rompan con Pedro Sánchez, esos mismos barones se rebelan. Responden que no harán lo que la derecha quiere, que el PSOE es autónomo para tomar sus decisiones, que no se dejarán manipular. Y ahora ha vuelto a suceder. Alberto Núñez Feijóo les señaló para que empujen a Sánchez a abstenerse para facilitar su investidura si es que gana en las generales del 23 de julio. Y ellos, empezando por el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, replican que no, que les parece una "indecencia", una "ofensa" esa solicitud del líder del PP. Especialmente sangrante, creen, tras lo ocurrido en Extremadura, donde la popular María Guardiola, que ni siquiera fue la lista más votada, se convertirá en jefa de la Junta gracias a un pacto de gobierno con Vox, que desplazará al ganador del 28-M, el socialista Guillermo Fernández Vara. El clamor en el partido, en público y en privado, es total: "Al PP solo le interesa que gobierne la lista más votada si es la suya". Y recuerdan además un dato clave: una hipotética decisión de dejar gobernar al PP no la podría adoptar la dirección de Sánchez, ni el comité federal. Recae, desde 2017, en la militancia del PSOE.
Feijóo presentó su programa electoral en Madrid el martes y en ese acto se lanzó a pedir la abstención del PSOE en caso de una victoria del PP el 23-J. Y eso que 24 horas antes, en El programa de Ana Rosa (Telecinco), había reconocido que tendrá que gobernar con Vox si necesita su apoyo para resultar investido, ahora mismo la opción más probable, ya que las encuestas, incluso las más optimistas, sitúan al PP lejos de la mayoría absoluta, en el entorno de los 150 escaños (GAD3 para Abc).
Lo de la derecha en este país es una broma. Que apelen a la conciencia de los socialistas cuando ellos pactan con la ultraderecha sin respetar la lista más votada me parece una broma"
GUILLERMO FERNÁNDEZ VARA, PRESIDENTE EN FUNCIONES DE LA JUNTA DE EXTREMADURA
"Llamaré al líder del PSOE, sea quien sea, para que me deje gobernar y, si no lo hace, llamaré a todos y cada uno de sus barones para que le convenzan", porque quedan "algunos sensatos", aseguró el jefe de los populares el martes, añadiendo que tratará de encontrarse con "el PSOE que fue, con el que el sanchismo ha anulado" y que confía que regrese "con el sentido de Estado y la capacidad de llegar a acuerdos".
La sola proposición fue calificada apenas unas horas después de "indecencia" por parte de Fernández Vara en Hora 25 (Cadena SER), sobre todo tras ver lo ocurrido en su tierra, ya que María Guardiola se desdijo de sus palabras en menos de diez días y acabó pactando con Vox y metiendo a los ultras en su Gobierno, cuando había prometido que jamás lo haría. "Lo de la derecha en este país es una broma. Que apelen a la conciencia de los socialistas cuando ellos pactan con la ultraderecha sin respetar la lista más votada me parece una broma", sentenció.
La suya no era una opinión aislada ni particular. Reflejaba el sentir de las federaciones. Incluso de las más distantes de Ferraz. Esa era, precisamente, la prueba más elocuente. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, el barón con más fuerza electoral —un 45,06%, el único con mayoría absoluta—, y el más crítico con Sánchez, no dejó lugar a dudas cuando fue preguntado por los periodistas este miércoles, antes de su propia sesión de investidura en las Cortes regionales.
Los estatutos federales del PSOE desde el 39º Congreso, de 2017, hacen obligatorio que se consulte a las bases tanto las coaliciones como facilitar el gobierno a otro partido
"No vamos a fiar nuestra autonomía política a los intereses de ningún otro partido político", aseveró. Más aún: "Lo que tenga que hacer el PSOE, en un contexto o en otro, no será en ningún caso pensando ni en el PP, ni siquiera creo que tiene que ser en el propio PSOE, sino en el país, en España". Page agregó que si su partido tiene que pedir "opinión o consejo" a alguien sobre qué hacer lo hará a sus militantes, y "en ningún caso a ningún otro partido".
Las palabras del presidente castellanomanchego apuntaban un dato relevante, que era recordado también por otros barones consultados por este diario: desde el 39º Congreso Federal, el que entronizó de nuevo a Sánchez como secretario general tras arrasar a Susana Díaz en las primarias, se blindó el procedimiento y se hizo descansar en las bases cualquier decisión de este tipo. Así, el artículo 50.2 de los estatutos señala que "será obligatoria la consulta a la militancia, al nivel territorial que corresponda, sobre los acuerdos de gobierno en los que sea parte el PSOE o sobre el sentido del voto en sesiones de investidura que supongan facilitar el gobierno a otro partido político".
"No es honesto"
Es decir, que no se podría repetir lo que ocurrió en 2016, cuando el comité federal del PSOE primero defenestró a Sánchez y después decidió la abstención en la investidura de Mariano Rajoy, lo que forzó al Grupo Socialista en el Congreso a acatar la orden. Sánchez renunció a su escaño previamente para no romper su palabra y 15 diputados, entre ellos todos los del PSC, mantuvieron el no es no. Que una abstención tenga que pasar por el plácet de las bases es clave, porque estas suelen situarse más a la izquierda que sus cuadros. Y ese hecho explica precisamente la resurrección política de Sánchez en 2017.
Los líderes territoriales ven "imposible" una abstención al PP, porque la militancia "jamás" lo respaldaría
"A ver, Feijóo, ¿cómo te lo explico? —se preguntaba con ironía en Twitter Luis Tudanca, secretario general de los socialistas de Castilla y León—. 1º. ¿Ya no lo ves tan claro? 2º. Que gobierne siempre el PP, gane o pierda, no es democracia. 3º. Que gobierne la segunda lista más votada con Vox ya me lo sé. 4º. Ganará el PSOE y gobernará Pedro Sánchez. 5º. En todo caso, a mí no me llames". "Es que es absurdo el planteamiento. Totalmente. Primero, elecciones, y luego veremos. Pero yo veo imposible ahora ese escenario del PSOE apoyando al PP, la verdad", complementa otro máximo jefe autonómico.
El cabreo era generalizado entre los barones, se preguntara a quien se preguntara. "El PP siempre busca la fórmula que más le interesa. Si es primera fuerza porque es primera fuerza y si no lo es, porque suma con otros. Es lo que ha hecho en los ayuntamientos y en las comunidades. Pretende criticar y presionar al PSOE, por lo que ellos mismos practican. No es honesto", asevera a este diario una máxima responsable territorial. "En Extremadura y Canarias no va a gobernar el PSOE pese a ser la fuerza más votada, y así con decenas de municipios, como Toledo, Valladolid, Burgos, Guadalajara o Elche, en los que el PSOE ganó y fue desalojado por un pacto PP-Vox. Así que Feijóo lo lleva claro. Y desde el 39º Congreso la militancia es soberana para decidir si deja gobernar a otro partido que no sea el PSOE. Y eso [regalar la abstención] no va a respaldar jamás", señala otro. "Es ridículo, y nos ofende, claro que nos ofende. Y nos reagrupa", añade un tercer barón, también de mucho peso.
Una baronesa estalla contra Feijóo: "Decir eso es de sinvergüenzas. De creerse que puede seguir engañando con lemas y palabrería"
Otra líder autonómica estalla directamente contra Feijóo: "Decir eso es de sinvergüenzas, de tomar a la gente por tonta. De creerse que puede seguir engañando a la población con lemas y palabrería. ¡Me pone mala! O, como diría finamente Vara, es un indecente. Si por lo menos hubiera sido consecuente en los ayuntamientos o en las comunidades dejando gobernar al más votado... Pero no, y por eso queda en evidencia cuando hace esas declaraciones. Es todo el rato para crear opinión, ruido". En los territorios, además, duele que se haga ver que hay "dos PSOE", cuando esa división no es tal.
La dirección espolea la idea de "remontada"
Ahora el partido tiene como prioridad ganar las elecciones generales del 23-J o, al menos, evitar el hundimiento, y solo después de una hipotética derrota en las urnas, abrirá las hostilidades internas. Pero el ánimo, muy teñido de prudencia, va ganando, alimentado por la tendencia positiva de las encuestas, lo que permite a los escépticos creer que hay opciones de retener la Moncloa, aunque la batalla es muy difícil, y a la dirección espolear la idea de "remontada".
Los dirigentes protestan por la idea que el PP busca trasladar de que hay "dos PSOE". "Cuanto más quieran atacarnos, más nos unirán"
"Al PP solo le interesa que gobierne la lista más votada si es la suya. Y sigue creyendo que hay varios PSOE y con sus provocaciones y pactos con Vox cada vez une más a este partido", apostilla otro máximo responsable de una importante federación, que a su vez apunta al manifiesto firmado por varios ministros de Felipe González —el exlíder del PSOE Joaquín Almunia, José María Maravall, Josep Borrell, Carlos Solchaga, Luis María Atienza, Luis Carlos Croissier, Tomás de la Quadra-Salcedo y Juan Manuel Eguiagaray—: "Cuanto más quieran atacarnos, más nos unirán". El propio expresidente del Gobierno tampoco ha defendido dejar gobernar a la lista más votada: solo apuesta por esa salida para evitar el bloqueo y "cuando no haya otra opción". Dirigentes alineados con él insisten en que el PSOE no puede facilitar el Ejecutivo al PP a la primera de cambio, y que cuando lo hizo lo que estaba en el horizonte eran unas terceras elecciones.
"Busca que Vox tenga su espacio y después intenta que nuestro votante se desanime con esto de que nos abstengamos. Feijóo obvia que aunque la ultraderecha no entre en todos los gobiernos están pactando todo con ellos. Han comprado su discurso y están aceptando sus políticas", apunta un alto cargo socialista de Baleares, donde, recuerda, populares y Vox gobernarán juntos en consells insulares —con múltiples competencias y recursos— y ayuntamientos. "Feijóo ha sido menos duro con Vox que Pablo Casado, solo quiere la Moncloa, al precio que sea, sin principios, sin dignidad, sin respeto democrático, sin decencia", remacha.
La indignación en el PSOE con las palabras del líder del PP es, pues, total. Lo hacía palpable también este jueves el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, que está llevando el peso de la campaña socialista apenas un paso por detrás de Sánchez. Desde Sevilla, sancionó que el PP tiene que hacer un "examen de conciencia" a la hora de hablar de la lista más votada. Que Feijóo "diga ahora que llamará a los barones para que presionen y le dejen gobernar pone en evidencia que no sabe lo que es el PSOE y sus reglas de funcionamiento".
Zapatero recuerda que el único partido que se abstuvo fue el PSOE, y en 2016, con Rajoy
Zapatero recordó que su partido es el "único" de los grandes en la historia de la democracia que se abstuvo para que la otra gran fuerza, el PP, accediera al Gobierno, para que Rajoy fuera presidente y evitara unas terceras elecciones. Un gesto que el PP, dijo, ha olvidado, y ni ha reconocido ni retribuido y ni siquiera actuó con reciprocidad cuando en 2019 era el PSOE la primera fuerza y no se abstuvo para hacer presidente a Sánchez pese a que no había alternativa. Lo mismo subrayó Fernández Vara desde Twitter.
La ley del embudo
En la misma línea se pronunció, también desde Sevilla, la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera: "Creo que es un poco incomprensible reivindicar que gobierne la lista más votada solo si la lista más votada es la mía, que es lo que dice Feijóo. Hemos visto en demasiadas ocasiones que el PP aplica la ley del embudo sin ningún pudor".
Ferraz denuncia que PP y Vox han decidido que los españoles "no tienen derecho a más debates", lo que prueba que "cunde el miedo" en ellos ante la "remontada" socialista
En Ferraz, mientras, prefieren no dar más vuelo a unas palabras que, a su juicio, no tienen más recorrido porque el criterio es claro: no habrá abstención ante Feijóo si este gana el 23-J, y el Grupo Socialista responde con rotundidad a Sánchez y es fiel a él. Su línea argumental de este jueves es que "cunde el miedo" en la "coalición PPVox" ante la "remontada" del PSOE. Lo dice por la renuncia de la ultraderecha a participar en el debate a cuatro convocado por Prisa para el 14 de julio, al que en un principio dijo que sí.
"La derecha y la ultraderecha, en una estrategia perfectamente coordinada, han decidido que los españoles no tienen derecho a ver más debates para que podamos confrontar los dos modelos de país que se eligen el próximo 23 de julio: la España que avanza, o la que retrocede". La campaña sigue y la apelación a la abstención no tiene, como convergen los primeros espadas, de dentro y de fuera de Ferraz, ningún recorrido en el PSOE.
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