El 23-J, para bien o para mal, no se ventilará en las páginas de los programas electorales. La campaña, desde el principio, bascula sobre otras cuestiones. La fuerza del antisanchismo, el efecto de los pactos del PP con Vox y de la censura cultural, la disyuntiva entre avanzar o retroceder, la posibilidad de que la derecha y la extrema derecha se acerquen a la mayoría absoluta o se produzca una "remontada" de la izquierda. El PSOE lo asume también y sabe que seguramente su carta para intentar movilizar a los suyos y atraer a más votantes no será la del programa. La dirección, y el propio Pedro Sánchez, aprendieron la lección de las autonómicas y municipales del 28 de mayo, diseñada a golpe de anuncios de nuevas medidas que iban directamente al Consejo de Ministros y que, a la postre, no sirvieron para dar la vuelta a una campaña adversa.

La filosofía, pues, es obligadamente distinta para estas generales. El PSOE ha confeccionado un programa [aquí en PDF] sin aristas, sin apenas carga ideológica, continuista con la línea de acción del Ejecutivo en los últimos cinco años. Por varias razones, porque el principal aval para Sánchez es su gestión, de la que está sacando pecho en esta campaña, porque busca no proporcionar munición a la derecha, ningún asidero al que pueda agarrarse, y porque ambiciona convencer no solo a los votantes tradicionales del PSOE, sino también a los más templados e incluso a los que apostaron por el PP y ahora están, como él mismo dijo, "avergonzados de los pactos" con Vox. El líder persigue la centralidad, la moderación. El partido ha eludido incluir medidas de impacto o controvertidas, ni tampoco hace guiños al independentismo, más allá de la reivindicación de la "recuperación de la convivencia" en Cataluña.

El texto no hace guiños al independentismo, aunque sí reconoce la "valentía" con la que el Gobierno ha afrontado la crisis en Cataluña

El propio Sánchez, durante la presentación del manifiesto electoral este viernes en Madrid —en el espacio Próxima Estación, lo que le dio a pie a bromear con el próximo destino de su programa y del partido, el BOE y la Moncloa—, adoptó más tono de mitin en el arranque de su intervención, aprovechando además la ola de optimismo que atraviesa a los cuadros por la tendencia al alza en las encuestas. Porque ahora necesita ejercer de coach con los suyos y denunciar que frente al avance que asegura el PSOE, y de ahí su lema este 23-J, Adelante, se sitúa el "retroceso" que encarnan PP y Vox, Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal.

"El 23-J ganará el futuro y perderá el pasado. Ganará el avance y perderá el retroceso. Ganará el PSOE y perderán Feijóo y Abascal", clamó. España, dijo, "es mucho mejor" que ellos, y sus ciudadanos optarán por caminar "hacia delante, como siempre han hecho". "¡Vamos a ganar, y no vamos a ganar por nosotros, sino por los derechos de los trabajadores, por la dignidad de los pensionistas, por la cultura, por las mujeres, por la convivencia, por nuestros dependientes, por el respeto, por la tolerancia!, gritó ante un público —ministros y cabezas de lista de las generales— puesto en pie.

Sánchez reiteró que estas no son unas elecciones más, que se decide "qué dirección toma España", si camina hacia delante o da marcha atrás, que PP y Vox, con su "intercambio impúdico de derechos por votos y de principios por sillones, están protagonizando el "tráiler de una película tenebrosa" y los españoles no quieren ver "la película entera". Dirán "sí al avance, no a Abascal, así no a Feijóo, con Abascal nunca".

"España rural y urbana"

Ya en la apertura de campaña, la víspera, Sánchez se había dirigido a los votantes moderados. Pero este viernes, ya en campaña oficial (y con la posibilidad de pedir el voto sin subterfugios), el presidente fue aún más explícito: "Pido humildemente el voto al PSOE, a quienes siempre han votado al PSOE. Gracias de corazón, siempre habéis estado ahí. Pero en esta contienda necesitamos muchos más apoyos. Con todo respeto a otros partidos políticos, pido el voto de la España rural y urbana, a quienes votaron a otras opciones políticas, a quienes votaron al PP y se sienten avergonzados de los pactos de Feijóo con Abascal".

Pido el voto a quienes votaron a otras opciones políticas, a quienes votaron al PP y se sienten avergonzados de los pactos de Feijóo con Abascal"

pedro sánchez, presidente del gobierno y candidato del psoe a la reelección

El marco que busca instalar el PSOE es básico: se trata de que el mayor número de ciudadanos se una en torno a "lo más importante", que "España avance". Así, "cuanto más rotundo sea el apoyo al PSOE, más fuerte será el avance y más dura la derrota de los que solo ofrecen retroceso". "Unánomos todos en torno al PSOE", rogó. El presidente subrayó que la "gran responsabilidad" y a la vez "enorme oportunidad" de los españoles es demostrar a la sociedad y a Europa "que se puede", que es posible vencer a la ultraderecha.

Asentados los pilares del discurso del 23-J, Sánchez entró ya en materia y destacó las medidas principales del programa, el documento que en su integridad [aquí en PDF] la dirección remitió a los medios entrada la tarde. A las ya avanzadas en los últimos días —objetivo de pleno empleo, ampliación de los permisos de paternidad y maternidad de 16 a 20 semanas, limitación por ley de las listas de espera, ingresar cada año 5.000 millones en la hucha de las pensiones, alivio hipotecario para las rentas familiares de hasta 37.800 euros, blindar en el Estatuto de los Trabajadores que el salario mínimo no baje del 60% del salario medio—, añadió otras nuevas.

El PSOE promete estudios universitarios y de FP superior gratuitos para aquellos que aprueben a la primera, transporte público libre para niños y estudiantes de hasta 24 años, cuenta de ahorro bonificada para la compra de vivienda de jóvenes de hasta 39 años que permita ahorrar hasta 30.000 euros exentos de tributación, 250.000 plazas nuevas de FP, una estrategia nacional para favorecer la flexibilidad en el trabajo y la conciliación familiar, la ampliación de la cartera de servicios sanitarios, más protección para las mujeres, recuperación de la ley de paridad, adaptación de las ciudades al cambio climático, la garantía de acceso al agua o una ley que involucre a los vecinos de un municipio con la localización de plantas de renovables y les permita participar en la copropiedad del 10% de los beneficios que generen. Se seguirá con la construcción de la alta velocidad ferroviaria a Extremadura y de los corredores que conectan Navarra, La Rioja o Cantabria, así como en la Y vasca o se impulsará un plan de electrificación de la Red de Carreteras del Estado, "que asegurará que cualquier vehículo eléctrico pueda circular sin limitaciones por nuestra red".

En fiscalidad, el PSOE plantea evaluar los resultados de los impuestos a la banca y a las grandes fortunas

El documento no persigue epatar con medidas de fuegos artificiales. En fiscalidad, por ejemplo, el compromiso simplemente es "evaluar la prórroga" y los ajustes a los gravámenes temporales a la banca y a las energéticas, y "evaluar" también los resultados del impuesto temporal a las grandes fortunas, aunque el PSOE aquí se abre a "avanzar en el debate sobre la tributación de la riqueza en el marco del modelo de financiación autonómica" para acabar con el dumping fiscal entre territorios. También se apuesta por "avanzar en la fiscalidad verde".

No está la denuncia de los Acuerdos con la Iglesia, ni la 'ley mordaza'

El texto incluye iniciativas de nuevo cuño (debates electorales obligatorios), recoge compromisos asentados como la abolición de la prostitución, retoma algunos decaídos por la disolución de las Cortes —como el desalojo de los okupas ilegales en un plazo máximo de 48 horas—, recupera otros que ya estaban olvidados (como la supresión de los aforamientos, que se congeló con el Gobierno de coalición y que no dio más de sí porque requiere de cambio constitucional), y sin embargo aparca otros como la derogación de la ley mordaza. Tampoco hay ya ni rastro de un clásico de los programas socialistas, la denuncia de los Acuerdos con la Santa Sede.

No hacen falta propuestas rupturistas", dicen en Ferraz, "solo hay que proteger lo que tenemos y aumentarlo, porque todo eso está amenazado por PPVox"

El PSOE vadea otro pantano: Cataluña. Sí reconoce que el Gobierno "ha trabajado para "recuperar la convivencia con diálogo y respeto, en el marco constitucional". Sí remarca que "España está hoy más cohesionada, unida e integrada que en 2018, y sí incide en que "el Gobierno socialista ha afrontado con valentía el grave conflicto que se generó durante el Gobierno del PP en España", y ha trabajado para recuperar la convivencia y construir un proyecto de país en el que tengan cabida todos los territorios". Pero hasta ahí. No se menciona la mesa de diálogo que se puso en marcha a petición de ERC, ni se repesca la Agenda para el reencuentro que el presidente ofreció al Govern. no hay más compromisos en esta materia: los socialistas consideran que el conflicto en Cataluña está cerrado tras la reforma de la malversación y la eliminación de la sedición.

El programa, pues, pone sobre todo el acento en la mejora y el robustecimiento de los servicios públicos, una cuestión transversal y que afecta al día a día de los ciudadanos, y se fija en los jóvenes, un nicho de votantes poderoso y que ahora está instalado en la derecha. El propósito es "consolidar" los avances, como decía el presidente, afianzar lo conquistado, impedir una involución, blindar derechos. No es un texto rupturista, ni revolucionario, ni quiere serlo. "Es un programa electoral que viene precedido de una buena gestión en un contexto muy duro —argumentan fuentes de Ferraz—. No hacen falta propuestas rupturistas, solo proteger lo que tenemos y aumentarlo, porque todo eso, todo, está amenazado por PPVox". Como también representó en una lona en el centro de Madrid. El mensaje del 23-J es claro y la dirección pretende que todo, hasta el programa, empuje en el mismo sentido.