Tras algo más de un año de investigación, la Audiencia Nacional decidió esta semana archivar una de las causas que más ha removido los cimientos del Estado en la última década: el caso 'Pegasus'. El titular del Juzgado central de instrucción número 4, José Luis Calama, llegó a un punto de "impotencia investigadora" en el que no podía avanzar más y culpó a Israel, si bien dejó un recado para el Gobierno -víctima del espionaje- señalando que era la vía diplomática la que debían activar si realmente querían descubrir quién estuvo detrás del spyware que atacó los móviles de tres ministros y del presidente del Gobierno.
Las informaciones publicadas estos días por El Independiente revelan las conexiones de Marruecos detrás del espionaje a España y evidencian una forma distinta de indagar en el caso en Francia. El archivo se produjo este lunes, en un escrito de 15 páginas del juez que deja en el aire casi las mismas incógnitas que cuando inició las pesquisas tras una denuncia de la Abogacía del Estado en nombre del Ejecutivo.
Cuántos ataques de 'Pegasus'
Esta es una de las incógnitas mejores resueltas porque, si bien la investigación se abrió creyendo que había dos ataques al presidente Pedro Sánchez y alguno más por cada ministros, las pesquisas revelaron varios más. En total, los móviles de miembros destacados del Gobierno registraron 14 ataques.
El móvil de Sánchez fue infectado en cinco ocasiones. entre octubre de 2020 y diciembre de 2021 (el 13 de octubre de 2020, el 19 de mayo de 2021, el 12 de junio de 2021 y el 27 de diciembre de 2021).
El teléfono de la ministra de Defensa, Margarita Robles, fue espiado en cuatro ocasiones, entre mayo y octubre de 2021. Concretamente las fechas fueron el 5 de junio, el 10 de junio, el 18 de junio y el 23 de junio de 2021. En el caso del ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, las intervenciones fueron dos: el 2 y el 7 de junio de 2021.
Por último, el terminal del ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, sufrió un intento de infección con 'Pegasus' el 25 de junio de 2021, si bien la escasa cantidad de información enviada sugiere que el spyware no llegó a penetrar en el sistema. Planas tenía una aplicación "vacuna" en el sistema.
Cuánta información se sustrajo
La información que se sustrajo de los terminales no es para nada desdeñable. Según expertos informáticos consultados por este periódico cada giga de datos puede medirse en unos 1.000 documentos. Del terminal de Sánchez la sustracción fue de 2.57 gigabytes en una ocasión y 130 megabytes (una unidad menor) en otra.
Lo robado del móvil de Robles fue, en principio, menor (9 megabytes) si bien el auto explica que ella había restaurado el dispositivo en julio de 2021 por lo que se habían perdido datos. Como se eliminaron los registros no se puede asegurar que 'Pegasus' no se llevara más información.
El teléfono del responsable de Interior fue el que más información puso en peligro. En las fechas en las que estuvo comprometido se filtraron al menos 6,3 gigabytes.
Qué dejó sin contestar Israel
El juez hizo dos peticiones al país cuya empresa NSO Group es la responsable de la venta del software espía. El 10 de mayo de 2022 pidió un informe exhaustivo sobre aspectos que consideraba "esenciales" para le investigación. Adjuntó una lista de 10 preguntas que incluían: a qué tipo de comprador está permitido el programa; si en la compra-venta se estipula cuál debe ser el uso de 'Pegasus'; si el mal uso tiene alguna consecuencia en la licencia; si la empresa tenía la capacidad de avriguar si un comprador había espiado a personas españolas; si existe algún control remoto, etc.
Más tarde, el 6 de junio de 2022, Calama amplió la petición para que declarara el CEO de la empresa israelí y el propio juez proponía viajar a Tel Aviv.
Israel ni siquiera contestó con una negativa. Directamente no contestó. "Este silencio evidencia claramente una absoluta falta de cooperación jurídica por parte del Gobierno de Israel. Lo que permite presumir que la comisión rogatoria en cuestión, cuatro veces remitida, no va a ser cumplimentada nunca", resume el juez Calama.
El país debería haber argumentado, aunque sea, un no puesto que forma parte de una serie de convenios europeos en materia de cooperación judicial. "Esto debería obligar al Estado de Israel a exteriorizar las razones de la negativa a ejecutar la comisión rogatoria, así como justificar que estas tienen cabida dentro de los permitidos por la referida estipulación convencional", redacta la Audiencia Nacional. Pero ni el país contestó, ni España activó la vía diplomática para que lo hiciera.
La escasa colaboración del Gobierno
A pesar de que la denuncia inicial partió del propio Gobierno (rueda de prensa de Félix Bolaños mediante) y se presentó el 2 de mayo de 2022 a través de la Abogacía del Estado, fuentes de la investigación señalan que la colaboración del Ejecutivo no ha sido la más exahustiva. Algo que se desprende del escrito del juez quien deja algunos recados.
Por un lado, al ministro de la Presidencia Bolaños que fue el primero al que se citó a declarar porque en el momento del espionaje a Sánchez la seguridad del presidente dependía de él. Bolaños pidió que fuera por escrito y Calama, bastante contrario a este tipo de declaraciones en el que se pierden las repreguntas y los matices, ofreció la posibilidad de que se hiciera por videoconferencia. "El referido testigo dejó precluir el indicado plazo sin efectuar manifestación alguna al respecto. Tal postura condujo a entender tácitamente rechazada la opción ofrecida a los efectos de prestar declaración testifical a través de videoconferencia", apuntó el magistrado.
No sólo Bolaños, ni Robles ni Marlaska, que también fueron llamados a declarar, utilizaron la opción que Calama prefería para escucharlos. Todos declararon por escrito. La única excepción fue la de la exdirectora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Paz Esteban y uno de los trabajadores que había realizado el informe del 'Pegasus' en los distintos móviles.
Además, tal y como contó este periódico, al Gobierno decidió que no era necesario desclasificar ciertos documentos relacionados con este asunto porque no había en ellos secreto alguno.
Exteriores español guarda silencio
Frente a los movimientos de la diplomacia francesa para esclarecer los hechos mediante contactos diplomáticos con Israel y Marruecos -los países bajo sospecha por el origen del programa espía y el acto de espionaje en sí-, España guarda un denso silencio. Ante las preguntas de El Independiente, el ministerio que dirige el socialista José Manuel Albares evita detallar la interlocución con Tel Aviv y Rabat, si es que realmente se produjo tal intercambio.
El Gobierno evita responder a este diario alegando "la reserva en la que se desenvuelve la diplomacia"
"Las gestiones del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación con autoridades de otros países se enmarcan dentro del ámbito de la reserva en el que se desenvuelve la diplomacia", replican fuentes diplomáticas a la consulta de este diario, en línea con las respuestas que suele mantener en público Albares sobre los asuntos espinosos que han marcado su mandato al frente del ministerio.
A la pregunta de si ante la queja del juez por la absoluta falta de colaboración de Israel y su esperanza de que a través de cauces diplomáticos se obtenga la información solicitada, Exteriores español "reitera que la interlocución con cualquier país se produce a diferentes niveles y por los cauces establecidos a tal efecto cuyo contenido compete a la necesaria reserva a la que se debe la diplomacia". Misma respuesta al ser interrogado por la comunicación con Marruecos tras una serie de intromisiones en los móviles del presidente del Gobierno y los ministros que se produjeron en fechas vinculadas a la crisis diplomática entre ambos países.
Qué se ha hecho en Francia
El Ejecutivo francés también sufrió el ataque de Pegasus. En su caso, la investigación de Forbidden Stories apuntó directamente a los servicios de inteligencia marroquíes, que habían puesto en su radar a Emmanuel Macron y 14 de sus 20 ministros. A diferencia de la falta de cooperación que ha marcado la búsqueda de respuestas por parte del Gobierno de Sánchez, Macron ordenó la apertura de varias investigaciones que a día de hoy permanecen abiertas y pidió explicaciones tanto a Israel como Marruecos. Los movimientos fueron públicos y el entonces ministro de Exteriores israelí tuvo que viajar a París y abordó el asunto con el Elíseo y en una entrevista a Le Monde.
Luz y taquígrafos frente al oscurantismo al otro lado de los Pirineos. La investigación judicial ha desvelado nuevas infecciones y el asunto ha dañado notablemente las relaciones con Rabat. Macron no ha recibido a Mohamed VI y, tras estallar el escándalo en julio de 2021, mantuvo una tensa llamada telefónica con el monarca alauí, hasta entonces un estrecho aliado de París.
"Macron se quejó tras el asunto Pegasus, pero el rey le dio su palabra de honor de que aquello no es su estilo. Macron respondió de una manera muy torpe. No puedo decir lo que dijo. (…) Le faltó el respeto al rey de Marruecos y su relación se rompió", explicó recientemente el escritor marroquí Tahar Ben Jelloun.
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