Al tiempo que los partidos encaran la recta final de campaña, en la sede nacional de los populares cunde el convencimiento de que el resultado del 23-J será tan incontestable que les permitirá un gobierno en solitario, aún sin alcanzar la mayoría absoluta. Ese es el objetivo marcado por Alberto Núñez Feijóo y así lo reconoció este sábado en una charla informal con los periodistas que cubren su campaña. No obstante, asume con cierta resignación un escenario el que se verá obligado a pasar por la ventanilla de Vox para sacar adelante algunos de sus compromisos electorales.
Por ejemplo, el candidato popular ha puesto sobre la mesa la derogación de la Ley de Memoria Democrática, de la LGTBi, así como de la llamada "ley del sólo sí es sí", a pesar de considerar muchos en el PP la derogación de facto de la misma una vez se aprobó, con los votos de PSOE y PP, una reforma penalógica destinada a evitar que los nuevos delitos se beneficiaran de penas más bajas.
El líder del PP podría necesitar a Vox para derogar la ley LGTBi y de Memoria Democrática
Para dichas derogaciones es muy probable que tuviera que sostenerse en Vox, aunque la visión del partido de Santiago Abascal sobre los derechos LGTBi, por ejemplo, dista mucho de la del PP, partidario de una ley que afine el tema de los menores y de la autodeterminación de género. Para Vox, la mejor ley LGTBi es la que no existe.
Feijóo no le pide a Abascal que le regale la investidura, pero tampoco que la bloquee siguiendo el modelo de Murcia, donde el barón popular Fernando López Miras suma más que toda la izquierda de calle. En todo caso, en el PP no quieren mirar sólo a Vox. Creen que con otras fuerzas menores como PNV, Coalición Canaria y hasta UPN pueden ahormar una mayoría reforzada que le permita la investidura. Pero incluso meten en la ecuación al que puede considerarse en "plan a" del PP, esto es, conseguir la abstención de todo o parte del Grupo socialista, anhelo muy probablemente condenado a la melancolía.
Seguro Feijóo de su acierto de no acudir al debate a cuatro de este jueves en RTVE para impedir la imagen indeseada de dos presidentes con sus hipotéticos vicepresidentes -esto es, Pedro Sánchez con Yolanda Díaz y el propio Feijóo con Santiago Abascal- el gallego avanza en la configuración de su Ejecutivo, del que no ofrece, sin embargo ningún nombre propio.
Más de una vicepresidencia
En esa conversación con los periodistas durante una jornada maratoniana que empezó en Vitoria, siguió en Logroño para acabar en Pamplona, explicó que, de llegar al Gobierno, es posible que nombre más de una vicepresidencia y ya tiene en mente dos o tres ministros más, entre ellos el de Justicia. En cambio, para Exteriores duda entre una terna y respecto a si será paritario, no ha echado la cuenta, aseguró. Igualmente, volvió a confirmar que las competencias en Igualdad dependerán orgánicamente de presidencia del Gobierno, aunque funcionalmente está por ver.
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