Último gran hito de la campaña del 23-J: el debate a tres en RTVE. Entre Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y Santiago Abascal. Sin Alberto Núñez Feijóo, que solo estuvo dispuesto a llegar a las urnas con un solo choque televisado, un único cara a cara con el presidente del Gobierno, al principio de la campaña y en una casa privada, en Atresmedia. El debate final, así lo ha bautizado la corporación pública, será un dos contra uno. Los cabezas de la coalición progresista que quiere seguir al frente del Ejecutivo frente a una foto coja de la derecha. Pero el líder del PP estará virtualmente en el estudio 6 de Prado del Rey de Televisión Española. Porque será citado constantemente. Porque Sánchez y Díaz le dispararán una y otra vez. Porque ambos actuarán, previsiblemente, como un equipo coordinado, aunque con voces distintas.
Los debates son un riesgo para los candidatos, y de hecho lo fue para Sánchez la semana pasada, hasta el punto de que perdió la partida, pero ahora los socialistas consideran que el encuentro a tres en la tele pública, moderado por el periodista Xabier Fortes —que también dirigió la confrontación a siete el miércoles pasado—, es de nuevo una "oportunidad más para contrastar modelos" y para lanzar su mensaje a "grandes audiencias". "Así diseñamos la campaña electoral, con una combinación de mítines y formatos audiovisuales buscando la máxima eficiencia para llegar a millones de ciudadanos en un tiempo muy corto. Y el debate es uno de ellos, que nos va a permitir contrastar el modelo con la ultraderecha", aseveran fuentes de Ferraz.
El debate nos va a permitir contrastar el modelo con la ultraderecha y dirigirnos a grandes audiencias", sostienen en Ferraz
El presidente tuvo que asumir una dura derrota ante Feijóo en el cara a cara en Atresmedia, al verse sobrepasado prácticamente desde el primer momento y no lograr dominar ninguno de los bloques. La dirigencia socialista se deprimió durante días y achacaba el mal desempeño de Sánchez, además de a una errada gestión de expectativas, al nerviosismo del candidato, a que no tuvo "su mejor día", a que perdió el control ante un Feijóo que, como él mismo reconoció, resultó mucho más "bronco" de lo que esperaba y que le impidió colar sus mensajes.
Pero las heridas que dejó el cuerpo a cuerpo de los dos líderes comenzaron a cerrarse durante el fin de semana: la dirección considera que el PSOE ha pasado página y se concentra ahora en asestar el golpe definitivo al PP en el debate con Díaz y Abascal. El golpe, añaden a este diario fuentes muy próximas al jefe del Ejecutivo, que afiance la "remontada" que él ya empieza a sentir y de la que está absolutamente convencido. Un debate, no obstante, también entraña riesgos y el de este a tres es evidente: que se perciba como el encuentro de tres candidatos a los que las encuestas señalan como perdedores del 23-J. En el partido hay dudas, pero la sensación más dominante es que hay que vencer el regusto amargo del cara a cara. "Quien pierde es Feijóo", responden de manera rotunda en el círculo del líder socialista. "La mayoría pensamos que no se puede entrar poniendo pucheros antes de ir. Si lo hacen bien, harán caja los tres. Lo de Feijóo como Pinocho afianza. ¿Acaso puede ir peor que el otro día?", reflexiona una responsable territorial.
Cancelada la jornada de Feijóo en Canarias
Sánchez, cierto, no tendrá delante a un rival fuerte que ha huido de esa foto precisamente para que no se consolide la imagen de una entente con Vox, justo el retrato que evocan el líder del Gobierno y su vicepresidenta segunda en sus discursos y entrevistas. El político gallego, favorito en las encuestas, rechazó la invitación de RTVE y para este miércoles acabó suspendiendo su agenda: tenía previsto acudir a la isla de La Palma para visitar a los vecinos afectados por el fuego para luego volar hasta Tenerife para un acto electoral, pero la evolución del incendio hizo al PP cancelar toda su jornada en el archipiélago, y por ahora no ha organizado ninguna alternativa.
El presidente ha venido reiterando que solo hay dos alternativas: o una coalición progresista de PSOE y Sumar o una de la derecha de PP y Vox, intentando desmontar la idea de un Ejecutivo en solitario de Feijóo
Que Feijóo no esté físicamente en el plató de TVE no hará que desaparezca de la conversación de los candidatos. Sánchez ha enfatizado durante todo este viaje hasta las generales del domingo que solo hay dos alternativas: o un Gobierno de coalición progresista con él al frente y Díaz como su vicepresidenta, o bien un Ejecutivo "de ultraderecha" con Feijóo y Abascal como número dos. El PP ha intentado alimentar el mensaje de que su aspirante está ya próximo a la mayoría absoluta o a una mayoría suficiente, del entorno de los 168 diputados, que le permitiría prescindir de Vox. Pero ninguna encuesta avala esa hipótesis, ya que todos los estudios pintan un PP con entre 124 y 156 escaños. Y los socialistas en modo alguno piensan en abstenerse para facilitar el Ejecutivo a la derecha.
La izquierda ha visto el cielo abierto con el patinazo de Feijóo este lunes en TVE, cuando insistió ante la periodista Silvia Intxaurrondo que su partido había revalorizado "siempre" las pensiones conforme al IPC, un dato incorrecto y que afianza el mensaje de PSOE y de Sumar de que el candidato del PP es un "mentiroso compulsivo" que no merece llegar a la Moncloa. "Una vez visto que la mentira es el modelo del candidato Feijóo, está claro que es un modelo que no soporta dos debates. Sus sobresueldos, su amistad con el narcotraficante [Marcial Dorado]… son preguntas complicadas que no quiere escuchar. Por eso no aparecerá por TVE. Estaba claro. Le dejará la representación a su vicepresidente de facto, Santiago Abascal, y será él el que hable por los dos", apuntan desde el comité electoral socialista.
Para Díaz, como ella misma dijo este martes en RNE, las "mentiras reiteradas" y "persistentes" del político gallego han "cambiado completamente" la campaña. "Miente sin rubor", "no le conocemos una propuesta política al señor Feijóo", "no quiere debatir en una televisión pública y someterse al escrutinio de todos los españoles", apuntaló.
Sumar quiere exponer sus propuestas para "mejorar las vidas de los ciudadanos" e incidir en que es "el mejor antídoto para frenar gobierno de la derecha". Su pelea con Vox por la tercera plaza es decisiva este 23-J
Y es que Sumar cree que el choque a tres en RTVE es la oportunidad definitiva para afianzar la tercera plaza que, según todos los sondeos, se disputa con Vox. Y que Díaz se sitúe tercera es clave para que se pueda reeditar el Gobierno de coalición. La estrategia de la vicepresidenta es aprovechar el debate para exponer las propuestas de su formación. "La ciudadanía tiene que saber que Sumar va de propuestas para mejorar sus vidas —indican fuentes del partido liderado por la titular de Trabajo—. Somos las únicas que estamos hablando de propuestas como la reducción de la jornada laboral, una reindustrialización verde o la reforma fiscal justa. Vamos a demostrar que Sumar es el mejor antídoto para frenar gobiernos de derecha, que es el voto decisivo para que Abascal siga en la oposición, y por eso necesitamos tener más fuerza para tener un Gobierno mejor".
"Somos partidos distintos"
Díaz también es plenamente consciente de que Sánchez quedó desarbolado la semana pasada en Atresmedia, y cree que su error fue subestimar al dirigente gallego, un político correoso, experimentado y con cuatro mayorías absolutas a sus espaldas. Dado que el presidente no pudo desarmar el relato de su oponente, la líder de Sumar enfoca este debate como la ocasión para rebatir con datos el discurso de la derecha.
Nada más convocar los comicios, Sánchez pasó a ignorar su coalición con Unidas Podemos para centrarse en el voto útil pero después ha reivindicado su tándem con Díaz y ha apuntado que la convivencia será más fácil con ella, y ella también lo ha prometido
Así como será importante el combate de presidente y vicepresidenta contra el PP, con Abascal como oponente real y físico, también será crucial cómo los dos se interrelacionen en plató. Los dos ya han lanzado señales de que quieren dirigir una coalición más armónica y cohesionada que la que en los últimos cuatro años han conducido el PSOE y Unidas Podemos. "Respecto a Sumar", señalan desde Ferraz, "partimos del convencimiento de que nos unen muchas cosas, además de la gestión de un Gobierno que ha puesto al país a crecer y generar empleo tras dos crisis mundiales. Pero, evidentemente, somos partidos distintos".
Nada más convocar elecciones, y cuando aún no se sabía si Díaz lograría armar una coalición electoral con Podemos dentro, Sánchez buscó poner tierra de por medio, ignorar a los morados, pidiendo el voto útil en torno a sus siglas. Pero una vez que la vicepresidenta cerró su alianza con la formación de Ione Belarra —casi sobre la bocina y no sin muchísimas dificultades— y fueron corriendo las semanas, el presidente siguió pidiendo disculpas por el "error" de la ley del sí es sí y puso en valor su tándem con la vicepresidenta segunda y, en sus mítines y entrevistas, repite que la fórmula que quiere reeditar es la de un Gobierno de coalición progresista con ella. Pero advierte de que esa convivencia será mucho más virtuosa que la que ha mantenido en esta última legislatura con sus socios. Porque hasta ahora el peso de Unidas Podemos recaía en los morados, en Podemos, en Ione Belarra e Irene Montero, mientras que, si se reproduce el Ejecutivo de izquierdas, la batuta la llevará, a su izquierda, Díaz, empoderada como jefa de Sumar.
El líder socialista ha reiterado en estas últimas semanas que una coalición con Díaz será "más fácil y más funcional", porque los dos han trabajado "de manera leal y eficaz en todas las leyes" que han tenido que ver con ella y con lo que hoy representa el espacio de Sumar. "Vamos a gobernar con el PSOE y, además, vamos a gobernar mejor —convergía la vicepresidenta este pasado domingo en una entrevista en El País—. Los progresistas y las progresistas quieren un cambio a mejor. Y no hablo de la gestión. Hablo de cómo vamos a caminar en esa coalición, cómo nos vamos a dirigir a la sociedad española y cómo vamos, metodológicamente, a hacer las cosas".
Sánchez reta a Feijóo a "aclarar" sus "mentiras" en RTVE y subraya que mientras que la derecha está "instalada en la mentira" el PSOE ya cabalga sobre la "remontada"
Así, la ministra buscará la forma de diferenciarse de su socio, por tanto, pero sin que gane el ruido. Los dos, Sánchez y Díaz, son conscientes de que el Gobierno se ha visto devorado por el enorme barullo en su interior y por el pulso explicitado y aireado por Podemos. Y esa es la lección de cara al futuro. La vicepresidenta ha subrayado a menudo que ella es exigente y dura negociando, pero prefiere conducir la discusión con discreción. El método contrario al de los morados.
Sánchez se refirió al debate a tres en RTVE durante su mitin este martes en San Sebastián, ante unas 1.500 personas, según la organización. Un acto al que llegó con retraso directo en avión privado desde Bruselas, donde tenía previsto comparecer al término de la cumbre UE-CELAC, rueda de prensa que anuló para poder llegar a tiempo a su compromiso de partido en la capital guipuzcoana. El presidente de nuevo reprochó a Feijóo sus "mentiras": que haya afirmado que el PP revalorizó siempre las pensiones conforme al IPC, cuando "no todos los años" lo hizo, o que diga que no pacta con Vox cuando "tienen gobiernos de coalición". Lo que practica el dirigente gallego es "la política del embuste", resolvió. "El señor Feijóo tiene mañana [por este miércoles] una oportunidad de aclarar estas mentiras yendo al debate a cuatro en TVE [...] en la televisión pública".
De nuevo, se vio a un presidente algo más entonado, siguiendo la misma senda de los mítines del fin de semana. Aseguró que la victoria del 23-J está "más cerca" y "va a saber estupendamente", ya que es "una victoria del progreso frente al retroceso, del futuro frente al pasado, de la verdad frente a la mentira". "El minuto y resultado de esta campaña electoral está claro: la derecha instalada en la mentira y nosotros en la remontada", agregó, para advertir de que el PSOE es el "único partido" que puede "frenar a la derecha y ultraderecha". El plató de RTVE es ahora donde se vuelcan las expectativas.
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