Alberto Núñez Feijóo pasará esta jornada de reflexión en La Coruña junto a su familia. Ahí cerró la noche de este viernes la campaña electoral, contra la inveterada costumbre de sus antecesores de celebrar su último acto público en Madrid, lista que siempre han encabezado los candidatos a la presidencia del Gobierno. A partir de ahora la suerte está echada. No se puede pedir el voto ni publicar sondeos, aunque las empresas demoscópicas los siguen haciendo. Y los cálculos que hace el PP para esta cita ante las urnas es quedar "más cerca de los 160 escaños que de los 150", aunque hasta ahora no ha habido sondeo que les haya situado tan altos.

Génova confía en un pequeño empujón final, hasta situarse muy por encima del PSOE y Sumar juntos. Las encuestas llevan mucho tiempo detectando como un amplio sector de votantes no se decide hasta la última semana de campaña, otros en la jornada de reflexión e, incluso, en el mismo día de votación.

El CIS, antes de la "cocina" de José Félix Tezanos, detectó que más del 25 por ciento del electorado en las elecciones locales y autonómicas del 28-M decidió el destino de su voto la última semana de campaña electoral, un 12,7 por ciento tomó la decisión el día de reflexión y otro 12,3, el mismísimo 28 de mayo. Con estos datos, los populares esperan un corrimiento de voto final que ponga a su candidato en condiciones de gobernar en solitario, frente a un Vox que quiere poner caro su apoyo.

Muchos electores no deciden su voto hasta la última semana de campaña, la jornada de reflexión e incluso el día de las elecciones

En el PP anhelan el "efecto Andalucía", pero no tanto porque vean posible emular una mayoría absoluta como la de Juan Manuel Moreno, como por creer que el escrutinio de las papeletas será mejor que la foto fija de los distintos sondeos con intención de voto. De hecho, estiman que puede haber un trasvase final de voto socialista del entorno de 12,5 por ciento, más de 800.000 votos, según indican fuentes populares a El Independiente.

No obstante, uno de los sociólogos de referencia para el PP, Narciso Michavila, presidente de Gad3, quiso mostrarse muy cauto este jueves al rebajar las expectativas de los populares. En una entrevista en EsRadio, advirtió que "hay que reconocer que hay unos millones de españoles que están votando para que Sánchez siga en el poder", lo que significa que "el partido, hasta que no se cuenta el último voto, no está decidido". No cabe duda que sus palabras fueron un antídoto contra el exceso de confianza. Como dice Feijóo, las elecciones se pierden por dos motivos, por darlas por ganadas o por darlas por perdidas.

En todo caso, el líder del PP se ciñe al guion y este viernes, desde Málaga, subrayó que su modelo es la "mayoría de Andalucía", todo ello acompañado de un llamamiento a votar "masivamente" este 23 de julio para tener en España un Gobierno "sin chantajes" ni "ataduras", informa Europa Press. "El presidente del Gobierno no puede ser aquel que pierde las elecciones", afirmó en otro momento de su discurso, no sin dejar de recordar que al igual que en otros momentos de nuestra reciente historia fue necesaria la alternancia política, éste lo es para "abrir un camino de confianza" en la nación.

Cambio de ciclo político

"Lo fue cuando ganó González ante la descomposición de la UCD. Lo fue cuando ganó Aznar después de 14 años de socialismo. Lo fue cuando ganó Rajoy para evitar la intervención de España. Y lo vuelve a ser ahora para que los españoles mandemos en España y los independentistas que no creen en España no nos chantajeen todos los días con sus planteamientos" proclamó en un mitin en Baños del Carmen (Málaga) junto al presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, y el coordinador general del PP y candidato número uno al Congreso por Málaga, Elías Bendodo.

Se pone fin a una campaña popular de altibajos marcada en su arranque por los pactos con Vox en Comunidad Valenciana y Extremadura, el choque con los de Santiago Abascal en Murcia, el triunfo de Feijóo en su "cara a cara" con Pedro Sánchez y los repetidos mensajes hacia la concentración de voto útil en tono al PP como el único capaz de sacar al socialista de la Moncloa.

Todo ello mientras PSOE y Sumar han intentado ponerle contra las cuerdas a cuenta de su vieja relación con el narcotraficante Marcial Dorado o cuestionando de nuevo su solvencia y preparación entre acusaciones de "mentiroso". Estrategia "propia del nerviosismo del bloque de la izquierda", aducen en Génova una vez que ha arrancado la cuenta atrás hasta la cita con las urnas.