Cerró campaña fiándolo todo a la remontada y reivindicando a Sumar como la fuerza decisiva para “colocar a Feijóo y a la extrema derecha en la oposición". Penalizada por el voto útil al PSOE, la coalición a contrarreloj de Yolanda Díaz, la enésima reinvención de la izquierda a la izquierda del PSOE, no ha logrado este domingo uno de sus objetivos, ser tercera fuerza por delante de Vox, pero la suma de sus 31 escaños y los de un PSOE que contra pronóstico ha mejorado resultados abren la puerta a una reedición del Gobierno de coalición, con el apoyo de las fuerzas independentistas.

PSOE y Sumar obtienen juntos 153 escaños frente a los 169 que cosechan el PP y Vox, lejos del umbral de los 176 que marca la mayoría absoluta. Sumar se ha dejado 7 diputados respecto a los diputados que consiguieron Unidas Podemos, Más País y Compromís en 2019. Pero los resultados saben a victoria en la sede que Sumar ha instalado en Espacio Larra, en el centro de Madrid. Díaz ha llegado pasada las 11 de la noche junto a su hija y el portavoz de la coalición Ernest Urtasun entre los aplausos y los gritos de "Presidenta" de los voluntarios de campaña.

Con la "voz escacharrada", la gallega ha analizado los resultados al borde la medianoche. "Había gente que estaba muy preocupada en nuestro país. La gente va a dormir hoy más tranquila", ha declarado Díaz, quien se ha jactado de haber cambiado "el guión que decían que iban a ganar las elecciones". "La democracia ha ganado hoy y sale fortalecida. Hemos ganado", ha subrayado antes de asegurar que "la esperanza venció al miedo". "Me pongo desde ya a dialogar con todas las fuerzas progresistas y demócratas para garantizar el gobierno en España", ha agregado acompañada de Ione Belarra y Alberto Garzón, entre otros. "Hoy España y Europa respiran mejor". A las puertas de la sede, los congregados han coreado "¿Adónde está que no se ve ese tsunami del PP?".

Se deja 7 escaños respecto a los resultados de UP, MP y Compromís en 2019

Díaz, cuya coalición se queda a 20.000 votos de la de Abascal, ya barruntó la remontada al final de la campaña. En su último mitin fiesta, celebrado el viernes en el parque Tierno Galván de Madrid, Díaz -fiel a su estilo y a unas de las frases más manidas que ha explotado se equipo en pegatinas y mercadotecnia- compartió un dato: el de unas encuestas que comenzaban a dibujar un quiebro.

“Salimos a derrotar democráticamente a Feijóo y a los ultras. Y ese voto se llama Sumar, Sumar y Sumar. Vamos a ganarles las elecciones”, prometió entre aplausos. Se jactó entonces de que Feijóo lo estaba “pasando mal” y se encontraba “nervioso porque las encuestas le van mal”. Crecida por un debate a tres en el que tuvo el protagonismo frente a Sánchez y Abascal, Díaz aseguró: “Creedme, podemos ganar, salid a votar el 23J, por favor, tomad la democracia en vuestra mano. Creed que podemos ganar porque, aunque no se publiquen las encuestas, hay datos”.

Pierde 7 escaños respecto a las generales de noviembre de 2019

No obstante, los resultados obtenidos este domingo por Sumar -31 diputados y cerca de 3 millones de sufragios- son inferiores a los que cosechó Unidas Podemos en la repetición electoral de noviembre de 2019. Fueron entonces 3,1 millones de sufragios y 35 escaños entre la marca federal de Unidas Podemos, la catalana de En Común Podem y la fórmula gallega de En Común. Por su parte, Más País superó los 330.000 votos y arañó 2 diputados por Madrid mientras que Més Compromís obtuvo uno por Valencia. En su conjunto las fuerzas integradas ahora en Sumar tenían 38 representantes en el Congreso de los Diputados.

En la cita de abril de aquel año, Unidas Podemos logró 3,7 millones de sufragios y 42 escaños. Compromís, por su parte, cosechó uno. Los comicios de 2016, marcados por la expectación de un sorpasso al PSOE que finalmente no se produjo, Unidas Podemos alcanzó su cima, con 6,2 millones de votos y 62 años.

A primera hora de la noche, minutos antes de que los colegios electorales cerraran en Canarias y se publicaran los primeros resultados del recuento, el portavoz de Sumar Ernest Urtasun llamaba a la “prudencia” desde la sala de prensa habilitada en Espacio Larra, la antigua sede de los diarios El Sol o Arriba convertida en el cuartel general de la coalición en el centro de Madrid. “Ni con las encuestas que tenemos ni los diferenciales de participación que estamos viendo en algunos territorios podemos anticipar ningún escenario claro”, detalló. “Hay optimismo y confianza. Va a ser una noche larga”, pronosticó.  

Una coalición a contrarreloj

Contra vientos y mareas internas, Díaz -que fue rostro de la marea gallega en la década en la que España se alejó del bipartidismo- armó Sumar en tiempo récord. Ungida como heredera por Pablo Iglesias tras una retirada de la política activa precipitada por el batacazo en las autonómicas madrileñas de 2021, se desmarcó del desgaste mediático de Podemos y supo aprovechar su valoración como ministra de Trabajo para aglutinar el espacio a la izquierda del PSOE, cada vez más atomizado por las trifulcas y purgas que jalonaron el asalto a los cielos de la formación morada y su posterior caída. En mayo de 2022 Díaz anunció las siglas y en julio hizo su presentación en sociedad en el espacio Matadero de Madrid. “Los procesos de escucha”, como los bautizó la vicepresidenta, se desplegaron durante meses entre la indecisión de Díaz y la impaciencia de sus correligionarios.

Díaz no confirmó su decisión de liderar la coalición hasta el pasado 2 de abril. “En casa me enseñaron que no había que elegir entre la igualdad y la libertad. He dicho que me iba a tomar un tiempo, que lo importante era levantar un proyecto de país, que iba a recorrer toda España y lo hemos conseguido. He conocido todo tipo de experiencias. Os sentí y sentí la ilusión y la esperanza. Gente que cree en la cosa pública. Me tomé mi tiempo, sé que a veces no me comprendíais, soy una mujer que duda mucho, pero creo que dudar es importante para tomar decisiones importantes”, dijo entonces en un multitudinario acto en el polideportivo Antonio Magariños (Madrid). Fue allí donde acabó de deshojar la margarita. “Reivindico la duda. Y hoy, humildemente, voy a dar un paso adelante y decir que quiero ser la primera presidenta del país, de España, porque es el tiempo para las mujeres porque la España de las mujeres es imparable, no hay marcha atrás, el futuro es hoy y se llama Sumar. ¡Adelante y a sumar!”.

Desde entonces, el camino no ha sido precisamente de rosas. La formación, que optó por el color magenta que había dejado libre la extinta UPYD de Rosa Díez, ha tenido que forjarse a contracorriente y entre las dudas y los recelos de quienes debían sumarse en su ruta hacia las urnas. El adelanto electoral dictado por Pedro Sánchez pilló en pañales a Sumar, que ni siquiera había participado como marca en los comicios municipales y autonómicos del 28-M en los que la izquierda alternativa al PSOE compareció malvenida, en coaliciones de última hora o divisiones como la que se vivió en el ayuntamiento de Huesca, donde hasta cuatro propuestas electorales de izquierda se quedaron a las puertas de acceder al consistorio -cosecharon alrededor del 4% respectivamente-.

Por encima del techo histórico de IU

Los 31 diputados obtenidos por Sumar mejoran, no obstante, las cifras históricas obtenidas por Izquierda Unida, sobre la que junto a Comisiones Obreras se ha asentado la coalición durante estas semanas, especialmente en aquellos territorios como Andalucía o Asturias donde las siglas siguen gozando de músculo e implantación.

IU alcanzó su techo electoral en las generales de 1996 -10,54% y 21 diputados-, favorecida por la agonía y fin de Felipe González y el triunfo de Jose María Aznar. En su primera comparecencia en solitario, Podemos cosechó el 12,67% y los 42 diputados en las generales de finales de 2015. La confluencia de ambas fuerzas superó el 21% y los 71 diputados en los comicios de junio de 2016, propulsados por el clamor del movimiento del 15-M que estalló en 2011 y puso en jaque el bipartidismo.

Vetos y recelos no disipados en campaña

El 31 de mayo, dos días después de convocarse las generales, el Movimiento Sumar quedó registrado como partido político. Arrancó entonces una auténtica contrarreloj para buscar adhesiones. Lograron las de Izquierda Unida, Verdes Equo, Compromís, Alianza Verde, Más Madrid o Chunta Aragonesista. Podemos se terminó sumando el 9 de junio cuando expiraba el plazo para la constitución de coaliciones en un proceso de negociación que dejó al descubierto la intención de Sumar de marcar diferencias con la labor de Unidas Podemos. Fue la decimoquinta y última incorporación de Sumar.

La formación de Iglesias reprochó el veto a Irene Montero -artífice de la controvertida ley del Sí es Sí, luego enmendada por el PSOE con apoyo del PP, y la ley Trans- en la conformación de las listas en las que el partido morado ha quedado diluido y con su secretaria general Ione Belarra, quinta por Madrid, y la secretaria de organización Lilith Verstrynge, cuarta por Barcelona.

La campaña electoral tampoco ha ayudado para ocultar las distancias que separan al núcleo duro de Podemos con la dirigencia de Sumar. El movimiento atrajo a figuras de Podemos como Nacho Álvarez, portavoz económico, o Alejandra Jacinto, portavoz en materia de Vivienda, pero fue "una fusión en frío en el plazo de una semana sin un proceso previo de buen rollo", como vaticinó a este diario Gaspar Llamazares. muy crítico con "el populismo de izquierdas" que representó la irrupción de Podemos.

La cúpula morada apenas ha participado en los actos de la alianza de izquierdas y se ha atrincherado en Canal Red, la nueva plataforma mediática de Pablo Iglesias desde la que ha guiado los designios y la narrativa imperante en la formación que ayudó a cofundar. En las redes sociales sus partidarios más acérrimos no han dejado de censurar los que han considerado movimientos de Díaz para enterrar el legado de Podemos y deshacerse de figuras como Montero o Pablo Echenique.  

Belarra, tras quedar relegada en la lista inmediatamente por detrás de Íñigo Errejón, ha sido la que ha ofrecido un apoyo más visible a Sumar aunque ciertamente discreto. Durante estas dos semanas de campaña compartió cartel con Díaz en Pamplona y en el cierre en la capital. Su intervención en Madrid la dedicó a agradecer a las bases de Podemos sus renuncias y "su responsabilidad histórico sin precedentes" para apostar por la integración en Sumar y reivindicó la figura de la ministra de Igualdad, sin la que -a su juicio- no hubieran sido posibles los derechos feministas conseguidos a lo largo de la legislatura. En su breve intervención este domingo, Yolanda Díaz ha reconocido que la singladura de la coalición es breve: "Sumar tiene poco tiempo de vida. Hemos hecho lo imposible. A partir de mañana vamos a gobernar mejor. Vamos a colmar la insuficiencias, vamos a dar tranquilidad a nuestro país y ensanchar derechos".