—Entiendo, ministra, que venga con el freno de mano, pero déjeme repreguntarle si hay margen para hacer algún tipo de concesión sobre Cataluña de cara a una futura investidura.
—Pero, señor [José Luis] Sastre, creo que le he contestado con mucha claridad respecto a cuáles son los límites que el PSOE siempre ha tenido. Sí le digo que somos el partido que mejor ha entendido siempre el mensaje de las urnas y de arbitrar acuerdos y consensos que benefician a la mayoría de los ciudadanos, impulsan la convivencia en nuestro país y la consolidación de nuestros valores democráticos.
Habían corrido unos 10 minutos de entrevista del periodista José Luis Sastre, conductor de Hoy por hoy, en la SER, con la titular de Hacienda en funciones y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero. Diez minutos intentando desentrañar cómo Pedro Sánchez intentará armar su investidura con la necesaria abstención de Junts per Catalunya. Pero la ministra midió este martes cada una de sus palabras, y apenas reiteró la línea roja del Gobierno y de su partido en respuesta a la petición del partido de Carles Puigdemont de amnistía y referéndum de autodeterminación: "Somos un partido constitucionalista, cualquier cuestión que abordemos tiene que estar en ese marco constitucional".
El Ejecutivo pone límites al entendimiento con Junts: el diálogo no puede desbordar en ningún caso el perímetro constitucional, insisten Montero y la portavoz
Lo mismo ocurrió en la comparecencia posterior al Consejo de Ministros de este martes de la portavoz, Isabel Rodríguez. No hubo más pistas. Sí la declaración de que "si algo ha quedado demostrado en estos años de Gobierno del presidente Pedro Sánchez es que en Cataluña como en el conjunto de España solo cabe el marco constitucional, y también a tenor de la expresión de la ciudadanía catalana parece claro que eso ha gustado también en Cataluña".
No habrá muchas más explicaciones en los próximos días y semanas. El presidente en funciones ha rogado a su Ejecutivo y al partido que asuman un perfil bajo, muy bajo, que desconecten, que vayan de vacaciones, que no anticipen escenarios ni tengan prisa. Ahora no es su momento, es el de Alberto Núñez Feijóo. Sánchez quiere que el líder del PP siga braceando para conquistar una investidura que a todas luces es imposible porque no dispone de apoyos parlamentarios suficientes, salvo que el voto de los españoles residentes en el exterior (CERA), que empieza a contabilizarse el viernes, arroje un cambio sustancial en la atribución de escaños del 23-J. Quiere que se vaya abrasando, "cociendo en su propia salsa", reconocen en Ferraz, que ya después reaparecerá el PSOE. Por ahora, los socialistas no buscan protagonismo ni foco. Todo lo contrario. Esperan que la situación interna en el PP se vaya agrietando, y este martes ya eclosionó una primera crítica pública, la de la expresidenta Esperanza Aguirre, que criticó la campaña de Feijóo contra Vox y sugirió que el futuro pasa por Isabel Díaz Ayuso.
La consigna es "descanso"
De hecho, este martes se reunió por primera vez el Gobierno de coalición en funciones en Consejo de Ministros —la Moncloa distribuyó las imágenes, que mostraban el saludo cómplice de Sánchez con su vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, con la que en principio podrá seguir gobernando—, y ya no habrá más citas hasta dentro de tres o cuatro semanas. Porque no habrá más Consejos de Ministros hasta el martes 22 de agosto, aunque puede que incluso se reanude la actividad del Ejecutivo la semana siguiente, la del 29. No es habitual un paréntesis tan largo, pero es que ahora el Gabinete tiene muy recortados sus poderes al estar en funciones. La consigna es "descanso". Para todos, incluidos los ciudadanos. Más tras el encadenamiento de dos campañas electorales seguidas.
En 2016 Rajoy no fue a Marivent, pero en 2019 Sánchez sí, y ambos en aquellos momentos estaban en funciones
El presidente intervino por la tarde en el acto de inauguración de la Galería de las Colecciones Reales, presidido por los Reyes —para España "no hay marcha atrás", aseveró—, y aunque continuará con su agenda institucional, no tiene previstas en los próximos días entrevistas con medios de comunicación. Tampoco hará rueda de prensa de balance del primer semestre del año, dado que en la Moncloa entienden que el examen ya se lo han hecho los ciudadanos al Gobierno en las urnas del 23-J.
Sánchez no se reunirá esta vez con el Rey en Marivent, en Palma. Esa cita será sustituida por un despacho ordinario en el palacio de la Zarzuela, en Madrid, igual que los que se hacen semanalmente. Sin cámaras, sin focos y sin comparecencia posterior en los jardines de la residencia real. En la Moncloa explican que el Gobierno está en funciones y que está hablado con la Casa del Rey. En 2016, con el Ejecutivo en funciones tras la repetición electoral del 26 de junio de ese año, ocurrió lo mismo: Mariano Rajoy se citó con Felipe VI en la Zarzuela, no en Palma. En agosto de 2019, Sánchez ya estaba en el poder y acababa de fracasar en su investidura por el rechazo de Podemos: estaba en funciones y sí mantuvo el despacho en Baleares. Es decir, que hay precedentes en los dos sentidos. Como diputado por Madrid elegido el pasado domingo, Sánchez sí tendrá que recoger su credencial en el Congreso antes del 17 de agosto, fecha de constitución de las nuevas Cortes, pero es un trámite que no tiene por qué cumplimentar personalmente en la Cámara baja, recuerdan en su equipo.
Los socialistas no quieren adelantar escenarios futuros. "Cada cosa tiene su tiempo y ahora corresponde la formación del Congreso de los Diputados —sostuvo Montero en la SER—. Para llevar una negociación a buen puerto hay que tener discreción. Con discreción seguiremos trabajando". El 17 de agosto se constituirán las nuevas Cortes y esa será la visualización de las nuevas mayorías. El PSOE pretende retener la jefatura del Congreso, según aseguró la ministra de Hacienda, pero perderá la del Senado, ya que en la nueva Cámara alta tiene mayoría absoluta el PP. A continuación se conformarán los grupos —y ahí ERC y Junts necesitan manga ancha de la Mesa del Congreso para disponer de grupo propio, porque no cumplen los requisitos exigidos al cien por cien— y arrancará la ronda de consultas del Rey con los líderes políticos con representación parlamentaria, previsiblemente a finales de agosto.
"Máxima confianza" en el Rey
La portavoz expresó este martes su "máxima confianza" en el jefe del Estado. El Gobierno, por tanto, no quiere pronunciarse sobre la hipótesis de que Felipe VI designe a Feijóo como candidato a la investidura, aunque no dispone de los apoyos parlamentarios suficientes, ya que a sus 136 diputados solo podrían unirse los 33 de Vox y el representante de UPN, dado que la parlamentaria de Coalición Canaria ya ha reiterado que su partido no respaldará al candidato que integre ni a la ultraderecha (Feijóo) ni a Sumar (Sánchez) en su Ejecutivo, porque rechaza "los extremos". El PNV (5) dio ayer un sonoro portazo al jefe del PP, al trasladarse que ni siquiera iniciará conversaciones con él.
En la Moncloa recuerdan que Sánchez no se comprometió con Feijóo a ningún tipo de contacto para cuando se haya recontado el voto de los residentes ausentes
Feijóo no ha confirmado aún si se someterá a una investidura, pese a ser consciente de que no será elegido presidente, pero en Ferraz dudan de que finalmente dé el paso. Si fuera al debate, la primera votación fallida pondrá en marcha la cuenta atrás hacia las nuevas elecciones: desde entonces, el Congreso solo dispondrá de dos meses para elegir jefe del Ejecutivo, y si no es posible, las Cortes se disolverán y las nuevas generales se celebrarán a los 47 días, dado que se trata de una repetición electoral, con lo que la campaña oficial solo durará una semana, y no 15 días.
En todo caso, Sánchez no agendará ninguna reunión próxima con Feijóo. El dirigente gallego aseguraba este martes desde Santiago de Compostela que hablará con el PSOE en agosto, y también con Vox, para a partir de ahí "ir trabajando" su investidura. En Ferraz y en la Moncloa insisten en que esa cita con el presidente en funciones no está prevista ni tampoco se comprometió a tenerla tras el recuento del voto CERA en los mensajes que ambos se cruzaron la noche del 23-J. Los socialistas tienen muy claro que no se abstendrán para facilitar la investidura del líder del PP. Esa reunión entre los dos líderes se celebraría, si llega, más adelante, "ya veremos si en septiembre". Si los populares, apuntan en el equipo del jefe del Ejecutivo, están "dispuestos a desbloquear el Poder Judicial y otras instituciones, si las elecciones han provocado que sean conscientes que no pueden bloquear, bienvenido sea".
En el PSOE, esperan que la investidura de Sánchez, si consigue cerrarse la nada fácil abstención de Junts, se pueda culminar en el otoño, hacia octubre-noviembre. Las negociaciones formales no comenzarán hasta después de la constitución de las Cámaras, aunque los contactos podrían haber arrancado. El presidente de Canarias y líder de CC, Fernando Clavijo, aseguró el lunes que había recibido una llamada del ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, mano derecha de Sánchez —también conversó con el jefe del PP, su socio en el recién formado Ejecutivo de las islas—, y Arnaldo Otegi (EH Bildu) también reconoció contactos. Pero desde la Moncloa no confirman ni desmienten conversaciones.
Montero sí había recalcado en la SER que para que las negociaciones lleguen a buen puerto se deben conducir con "discreción", y así será. Se impone, pues, un apagón informativo, como ocurrió a finales de 2019 cuando el PSOE fue acercando posiciones con ERC hasta conseguir su abstención en la investidura de Sánchez. Para la Moncloa, que Yolanda Díaz, como responsable de Sumar, haya designado a Jaume Asens, expresidente del grupo de Unidas Podemos en el Congreso, como emisario para hablar con Junts, no es significativo. No es, recuerdan, ningún interlocutor ni del Gobierno ni del PSOE, que será quien pilote las negociaciones.
En el Gobierno precisan que Asens, elegido por Díaz para la interlocución con Junts, no es emisario de Sánchez ni del PSOE
El presidente deberá combinar las conversaciones para procurar su reelección con su agenda institucional. Como presidente de turno del Consejo de la UE, por ejemplo, debe acudir a explicar las prioridades de España al pleno de la Eurocámara, en Estrasburgo. La comparecencia estaba prevista para julio, pero al coincidir con la campaña se levantó y ahora correspondería llevarla a septiembre, pero todo dependerá de las negociaciones de investidura, precisan fuentes gubernamentales.
El paisaje contiene muchas incertidumbres. Quizá demasiadas. Pero Sánchez prefiere que primero soporte el sol abrasador el PP, para después recuperar foco. Paso a paso. "Cada cosa a su tiempo".
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