Enésimo capítulo del Manual de resistencia de Pedro Sánchez. Del 'no es no' a la abstención del PSOE que le llevaron a recorrer España en coche y a ganar de nuevo las primarias del partido, a la reformulación de la cúpula socialista, la victoria de una moción de censura y su consolidación en el Gobierno durante cuatro años con dos victorias electorales en 2019. Tras el desgaste de la pandemia, las alianzas con sus socios y las encuestas que apuntaban a un fin de ciclo, el secretario general socialista y presidente en funciones aspira a reeditar su coalición pese al gran impedimento a priori que supone Junts, el partido de Carles Puigdemont.
Independientemente del cúmulo de factores que han permitido esa resistencia de Sánchez, la 'victoria' del PSOE, por detrás del PP a doce escaños -ha pasado de 120 a 122- no podría haberse logrado sin Cataluña precisamente. Allí el PSC ha pasado de doce a 19 escaños. Una representación que, de no haberse conseguido, habría dejado al PSOE con 115 diputados y la incapacidad de intentar conformar un nuevo Ejecutivo. Frente a la suma de 172 escaños con sus socios actuales y el BNG, menos cotidiano, Sánchez solo habría aspirado a 165 representantes. Destacar, igualmente, que los comunes han aguantado el tirón con sus mismos siete representantes ahora dentro de Sumar.
Los datos en la región son los siguientes. Cataluña venía de una desmovilización notable similar a otros puntos geográficos como País Vasco tras las elecciones municipales -no celebró autonómicas, tocan en 2024- y pese a ganar el proceso e incrementar puntos porcentuales, el PSC se dejó voto por el camino. Algo menos de la mitad ERC, quien lidera el Govern. Solo salió beneficiado en datos, no tanto en representación, el PP y Vox. La participación fue entonces del 55,55% frente al 64,81% de las locales de 2019.
El resultado del PSC en Cataluña es el mejor en 15 años, desde los 25 escaños de Carme Chacón en 2008 en beneficio del segundo mandato de Zapatero"
De cara a las generales, esa desmovilización de casi diez puntos quedó reducida dos meses después a solo tres puntos negativos: del 31,45% al 34,57% de abstenciones. ERC perdió 58.000 votos respecto a las municipales y 411.976 en comparación con el proceso anterior. Precisamente el PSC ha sumado 418.340 en estas elecciones, para pasar del 794.666 a 1.213.006 y el 34,49% del apoyo electoral. Una cifra muy cercana a la de las pérdidas republicanas. Se aprecia, paralelamente, un transvase claro de Ciudadanos al PP y algo a Vox desde ambas formaciones. Y una pérdida de 137.591 votos en Junts, de los que 30.000 han ido al PDeCAT y el resto probablemente a la abstención, que ha engrosado su espacio en 108.674 votos, hasta 1,8 millones.
Ensanchamiento de las bases
El PSOE, a escala nacional general, ha sumado cerca de un millón de votos: 968.771. El 43,18% de ese ascenso viene potenciado desde Cataluña por factores como el voto útil frente a un gobierno de la derecha con Vox como sostén. Precisamente, El Independiente publicaba la semana pasada un artículo sobre la previsión de las encuestas electorales con estudios sobre Cataluña. En las que el PSC apuntaba a partido hegemónico catalán como finalmente ha sucedido. De estos estudios, en los que SigmaDos y GAD3, que se quedaron cortas en su previsión nacional, tiraban por lo bajo con un máximo de 16 escaños. Pero era el sondeo del Centro de Estudios de Opinión (CEO) y GESOP el único que esbozaba en su oleada del segundo trimestre, una aproximación hasta 18 diputados y reflejaba transferencia de votos. La conclusión: el PSC aspiraba a lograr hasta 1,3 millones de votos. La cifra fue finalmente de 1,2 millones. Este es el resultado global en votos de las generales del domingo:
¿De dónde proceden los nuevos votos del PSC? El CEO atribuía una resistencia de 8 de cada 10 votantes a los socialistas en esta nueva edición de generales. Y de las pérdidas, de ese 20% exacto restante, un 4% se habría dirigido al PP, un 2% a Vox, un 3% a Sumar, otro 3% a ERC, un 2% a Junts, un 1% a la CUP, un 1% a otras candidaturas secundarias y un 4% a la abstención. 158.933 votos totales perdidos. Ese dato se compensa con los votantes arrebatados a ERC [105.000] y a Junts [70.000], y se implementa hasta los 1,2 millones totales con 88.000 votos de los comunes; 34.800 del PP; 30.000 de la CUP; 19.500 de Vox, y 344.000 personas de la abstención.
Junto al PP, segundo gran beneficiado de la noche, el PSC es quien más voto a sacado de la abstención. Según el CEO sería de un 20%, mientras que el PP lo habría hecho en un 11%. El PSC dobla los resultados de todo el independentismo, el mejor resultado en Cataluña en 15 años, desde los 25 escaños de 2008 y Carme Chacón.
Valencia y País Vasco, los otros grandes nichos de voto
En su ascenso de 968.771 hasta los 7,76 millones de votos, la Comunidad Valenciana ha tenido parte que ver. Cree allí el PSOE 145.000 votos exactos hasta los 845.159. El resultado del 28-M en la región fue de 691.861. Es una movilización extra de votantes de un 18% frente a la papeleta de Ximo Puig, y que puede tener una lectura de reacción al gobierno de PP y Vox con Carlos Mazón a la cabeza. Junto a Cataluña, la suma de nuevos votantes asciende en estas dos comunidades a 563.340. Los 405.431 restantes vienen sobre todo del resto de feudos socialistas perdidos frente al PP. En Extremadura el voto sube en 16.509 personas hasta un total de 243.956, ligeramente superior a los 242.659 votos de las autonómicas que no sirvieron a Guillermo Fernández Vara para superar a Guardiola y su suma con Vox.
30.000 votos más ha obtenido en Andalucía -hasta 1.459.264- el PSOE respecto a 2019; 575.557 más en comparación con las elecciones andaluzas de 2022, cuando el apoyo a Juan Espadas fue de 883.707. Esas las ganó el PP por 1.582.412, lo que habría reducido a poco más de 120.000 votos la brecha con Juanma Moreno. En Murcia, con 187.971, suman algo más de 10.000 que el 10N, y 16.000 más que hace dos meses en las autonómicas. Por último, en Castilla-La Mancha, el único feudo con mayoría absoluta del PSOE con Emiliano García-Page, pese a acumular casi 29.000 votos más para afianzar una mayoría de 389.751 papeletas, Sánchez no llega al nivel aglutinado por su barón: 483.500.
En Navarra se ha ensanchado el espacio en 9.000 votos hasta los 92.798. Pero si hay una victoria relevante junto a la de Cataluña, más teniendo en cuenta las elecciones autonómicas del próximo año allí, es la producida en el País Vasco. 62.430 votos más que en 2019 para el PSE-PSOE. Gana en Álava y sobre pasa en totales en 114.000 votos al PNV. Se pasa de una proporción de 6-4 para los jeltzale a un 5-5 en escaños, y de 379.002-227.396 sufragios de PNV y PSE-PSOE a una diferencia reducida de 289.826-275.782 para los socialistas. Con este panorama, el PNV no puede permitirse apoyar al PP, y menos con Vox como socio prioritario. Sobre todo, tras la crecida de EH Bildu, quien está a 1.100 votos de diferencia por debajo.
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