Mientras Alberto Núñez Feijóo reitera su voluntad de abrir una ronda de conversaciones con distintos grupos políticos para negociar su investidura a pesar de los portazos recibidos, se van abriendo otros frentes con fecha en el calendario. Es el caso de la constitución de las Cámaras el 17 de agosto y, aunque los populares tienen un panorama poco alentador, se resisten a dar ninguna batalla por perdida, entre ellas, las de la presidencia del Congreso y del Senado.

Si bien en Génova aseguran que aún no han comenzado las negociaciones con otros grupos parlamentarios, el PP quiere poner en valor su condición "de partido más votado", recuerdan en el cuartel general de los populares, aspirando a elegir el sustituto de la socialista Meritxell Batet. Sin embargo, para ello deberá buscar aliados en otras fuerzas políticas y no sería la primera vez que siendo el partido más votado no tiene la presidencia de la Cámara.

El antecedente Patxi López

Ocurrió tras las elecciones de diciembre de 2015, en las que Mariano Rajoy consiguió los mismos diputados que tiene ahora Pedro Sánchez, 122, y Sánchez 90. Eran los tiempos en que el actual inquilino de la Moncloa y el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, con 40 escaños, mantenían una excelente interlocución, la misma que comenzó con un pacto para dar la presidencia de la Cámara Baja a Patxi López. Curiosamente, los populares desistieron de presentar candidato alternativo para la que se considera la tercera autoridad del Estado, pero, eso sí, a cambio de tener la mayoría en la Mesa.

Fue la de López una de las presidencias más efímeras, pues solo le duró desde enero de 2016 a julio del mismo año, cuando tras la repetición de elecciones en junio de 2016, fue sustituido por Ana Pastor.

En todo caso, la vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, dejó claro este martes que la intención de los socialistas es retener la presidencia del Congreso, un puesto que ocupa la catalana Meritxell Batet desde abril de 2019, informa Europa Press. Sea de un partido u otro, la constitución de las Cámaras permitirá tener la primera foto de los pactos que Pedro Sánchez o Alberto Núñez Feijóo sean capaces de tejer con otros Grupos parlamentarios y, muy probablemente, la pista definitiva de quién gobernará la próxima legislatura.

Mecanismo de papeleta y urna

Para la elección de quien ocupe la presidencia, cada diputado debe elegir, en sobre cerrado y urna, un nombre de los propuestos por los Grupos Parlamentarios. Resulta elegido quien saque mayoría absoluta. Si nadie lo consigue se va a una segunda vuelta entre los dos más votados. En ausencia de mayorías absolutas lo normal es llegar a esa cita con pactos entre varios grupos para ir sacando adelante los distintos puestos del órgano de gobierno del Congreso, donde es tanto o más importante quien tiene la mayoría de bloqueo.

Además, según establece el reglamento del Congreso en su artículo 37.2 los cuatro vicepresidentes se eligen de forma simultánea con el mismo método y solo un nombre por papeleta, al igual, que posteriormente, los secretarios.

Con la única excepción de López, la presidencia del Congreso siempre ha recaído en el partido más votado que era, a fin de cuentas, el que gobernaba, parece que hasta ahora. Sin embargo, viendo los antecedentes en muchos parlamentos autonómicos donde, por ejemplo, el PP ha cedido la presidencia de los mismos a Vox como parte de un acuerdo parlamentario o de gobierno -es el caso de Aragón o Comunidad Valenciana- no es de descartar una innovación, otra más, de la que ha venido siendo la tradición hasta ahora.

Los populares tienen mayoría absoluta en el Senado para escoger presidencia y mayoría

Los populares no tienen, en cambio, ningún problema en el Senado donde disfrutan de una comodísima mayoría absoluta. De los 208 que se elegían este domingo, tienen acta de senador del PP 120, pero también la mayoría de los designados por los parlamentos autonómicos dado el ingente poder territorial conseguido el 28-M. Desde ahí podrían vetar los Presupuestos y poner palos en las ruedas a algunas leyes en caso de volver a gobernar Pedro Sánchez, pero en la práctica, su efecto es más de dilación que de otra cosa. No cabe duda que Génova sustituirá al socialista Ander Gil.

De momento Alberto Núñez Feijóo mantiene su intención de hablar con otros grupos políticos a pesar del portazo recibido del PNV, de CC y hasta del propio Pedro Sánchez, que no tiene intención alguna de reunirse con el ganador de las elecciones. Un panorama poco alentador para los populares. En todo caso, desde Santiago de Compostela, a donde acudió este martes para participar en la ofrenda al Apóstol, Feijóo resaltó que "a mí sí me interesa España y acabo de recibir un mandato de las urnas de intentar conformar una mayoría estable para que haya un Gobierno en España y no un desgobierno".

Y en un claro guiño al PSOE, -que incluso hay quien ha interpretado como un llamamiento a un gobierno de concentración entre los dos grandes "partidos de Estado" -ha alertado respecto la necesidad de "estabilidad, europeísmo y mucha centralidad. Y creo que sería un error, un inmenso error, que en España gobernasen los independentistas".