Por muchos actos de rebeldía interna que protagonicen los cinco diputados electos de Podemos su destino está vinculado al Grupo Parlamentario de Sumar. Pero no sólo por la existencia de una cláusula interna que intenta atarles en corto y cercenar cualquier fuga, que también, sino por la misma aplicación del Reglamento de la Cámara Baja, según recuerdan algunos socios de Sumar. Así aunque Pablo Iglesias defienda que los 31 diputados del partido instrumental de Yolanda Díaz responden a las consignas de cada una de sus formaciones políticas (Podemos, IU, Más País. Comunes, Compromis...) lo cierto es que estarán sujetos a la disciplina de la dirección del Grupo que Díaz pacte con todos ellos.
Precisamente, ante el temor de que los parlamentarios morados se vieran tentados a romper dicha disciplina de voto o tensar las relaciones internas hasta la ruptura, tal y como adelantó este medio, se creó una cláusula interna de funcionamiento. Pero lo más significativo de los acuerdos es el capítulo económico y Podemos no salió en absoluto mal parada. Recibirá un 23 por ciento de la subvención destinada al Grupo, muy por encima de su representación real que es de poco más del 15 por ciento. Si se van, dejan de percibir dicha asignación.
El único destino de los diputados de Podemos fuera de Sumar es el Grupo Mixto
Además, Podemos no podría tener grupo parlamentario propio por muchos motivos, entre ellos, no haberse presentado con sus siglas a las elecciones y tener sólo cinco representantes, esto es, Ione Belarra, Lilith Verstrynge, Martina Velarde, Noemí Santana y Javier Sánchez. No lo dicen Díaz y los suyos, sino el artículo 23 del Reglamento del Congreso de los Diputados.
En su apartado primero establece que los diputados, en número no inferior a quince, podrán constituirse en Grupo. También aquellos de varias formaciones políticas que, aun sin reunir dicho mínimo, hubieren obtenido un número de escaños no inferior a cinco y el quince por ciento de voto en las circunscripciones en que hubieren presentado candidatura o el cinco en el conjunto de la Nación.
Y en su segundo apartado eleva el listón de las exigencias, dado que subraya que, "en ningún caso", pueden constituir Grupo separado diputados de un mismo partido o "que no se hayan enfrentado ante el electorado", esto es, que no hayan concurrido a las elecciones con sus siglas.
En definitiva, su único destino extramuros de Sumar es el Grupo Mixto, donde el reparto de subvenciones, -que se traduce en asesores, personal de prensa y otros cargos de confianza- no sería tan generoso ni de lejos para los morados. De hecho, muchos de los socios de Sumar, que no les querían en la alianza electoral, se malician respecto a que sólo se integraron "para mantener la subvención".
Sumar aspira a tener dos asientos en el órgano de gobierno de la Cámara Baja
El próximo hito del calendario postelectoral es el 17 de agosto. Ese día deben constituirse el Congreso y el Senado. Sumar aspira a tener dos asientos en el órgano de gobierno de la Cámara Baja. Esta legislatura Unidas Podemos tenía tres representantes, a saber, Gloria Elizo, Gerardo Pisarello y Javier Sánchez, a todas luces sobrerepresentados si atendemos a su número de diputados. Admiten ahora en Sumar que muy probablemente el PSOE deba ceder un puesto a alguna otra formación de la mayoría de la investudira.
De hecho, la constitución de las Cámaras ofrecerá las primeras pistas de por dónde pueden ir los pactos postelectorales, tanto en el bloque de la izquierda como de la derecha. Cinco días después le toca el turno a los Grupos Parlamentarios, otra prueba de fuego para Yolanda Díaz, quien ostentará la presidencia del mismo. Pero hay que pactar la portavocía, las portavocías adjuntas y la secretaría del Grupo de Sumar. En ese momento quedará retratado el papel que se le quiera dar a Podemos. Lo mismo cuando se repartan las comisiones parlamentarias.
Curiosamente, ninguno de los más estrechos colaboradores de Díaz ha entrado en las listas electorales, por lo que quedan descartados para la dirección del Grupo. Es el caso de Ernest Urtasun, eurodiputado y portavoz de Sumar. Pero no sólo. Porque el jefe de gabinete de la vicepresidenta, Josep Vendrell, tampoco ha concurrido a las elecciones al igual que Pablo Bustinduy o la eurodiputado María Eugenia Rodríguez Palop, nombres anunciados en su momento como grandes fichajes.
Íñigo Errejón, Marta Lois, Manuel Lago y Enrique Santiago, las grandes bazas para el Grupo y el Gobierno
Así, Íñigo Errejón se configura como una de las grandes bazas de Díaz, tanto para el Grupo parlamentario, primero, como para una coalición de gobierno después. Sin olvidar los nombres de Marta Lois, -cabeza de lista por La Coruña, estrechísima colaboradora de la vicepresidenta segunda y la persona en quien confió para inscribir en el registro la marca Sumar-, ni el de Manuel Lago, asesor económico de Díaz en el Ministerio.
En el cupo de Izquierda Unida, todos apuntan al secretario general del PCE, Enrique Santiago, que pasó de ser una persona de las más estricta confianza de Pablo Iglesias -al que llegó a asesorar jurídicamente- a romper Podemos con él de forma abrupta tras expresar su adhesión a Díaz. De hecho, Ione Belarra le cesó como secretario de Estado de la Agenda 2030. Y es, precisamente, la ministra de Derechos Sociales la más difícil de encajar en el sudoku del partido magenta. Ni siquiera para un hipotético Ejecutivo, donde Podemos no tiene asegurada su entrada, tal y como adelantó ayer El Independiente.
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