La complejidad del escenario político abierto por las elecciones del 23-J es de tal calibre que apenas uno o dos votos pueden marcar una diferencia sustancial en el devenir político del país. Es el caso de Coalición Canaria, que con un diputado se antoja fundamental. Cortejada tanto por el PSOE como por el PP, un "sí" de la parlamentaria Cristina Valido liberaría a Pedro Sánchez de depender del voto afirmativo de los siete diputados del partido de Carles Puigdemont. Sin embargo, parece que los canarios, al igual que en enero de 2020, podrían inclinarse más por la abstención que por el "sí", aunque entonces, la diputada Ana Oramas se saltó las instrucciones de su partido y lanzó un sonoro "no" desde la tribuna del Congreso.

En caso de abstenerse los canarios, la investidura del inquilino de La Moncloa no saldría adelante ni siquiera en segunda ronda si al menos un diputado de Junts no le apoya, puesto que se produciría un empate a 171 votos entre ambos bloques. Sánchez presumiblemente contaría con los diputados de su partido (121), de Sumar (31), de ERC (7), de Bildu (6), del PNV (5) y del BNG (1), esto es, 171 síes, frente al "no" de los 171 escaños de PP (137), Vox (33) y UPN (1). Mientras, Junts y CC sumarían 8 abstenciones.

Con la abstención de CC y de Junts habría un empate de 171 síes y otros tantos noes

Unas cuentas imposibles para el candidato socialista, que necesita en segunda ronda más votos a favor que en contra sin necesidad de llegar a la mayoría absoluta. Por eso la pérdida de un escaño por Madrid a favor del PP tras el recuento del voto CERA les ha llevó a pedir a la Junta Electoral Provincial primero y, ante su negativa, a la Junta Electoral Central, una revisión de cerca de 30.000 votos nulos. La junta de zona argumentó que en ningún momento hubo indicios de irregularidades o disconformidad con los votos anulados. El PSOE se defiende poco menos que apelando a una supuesta vulneración de la Constitución, aunque insisten una y otra vez en que no cuestionan el garantista sistema electoral de nuestro país.

Lo cierto es que sin el respaldo de Coalición Canaria, el precio a pagar por parte de Sánchez a Puigdemont puede ser mucho más alto, aunque el resultado de las urnas el 23-J, brindándole la posibilidad de volver a sumar una mayoría alternativa al PP, le da en muy buena medida un amplísimo margen de maniobra, una legitimidad para ceder en lo que considere conveniente. En todo caso, no se le están poniendo las cosas fáciles.

Compromís y Podemos amagan con amargar la investidura del socialista

ERC también sube su precio para no ser acusado por Junts de entregarse a Sánchez con armas y bagajes. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, exige "el fin del déficit fiscal y de la represión y que Cataluña vote la independencia". La predisposición del Ministerio de María Jesús Montero a pactar un nuevo modelo de financiación o hacer una quita en el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), ha alertado a otras formaciones como Compromís, integrada en Sumar. La diputada Àgueda Micó amenazó ayer en declaraciones a la SER con no apoyar la investidura si no se eleva la financiación que recibe esta Comunidad y no se condona la deuda autonómica.

Podemos, por su parte, viene recordando que sus cinco diputados son fundamentales para la investidura del socialista, a la que ponen precio sobre todo ante las sospechas de que Yolanda Díaz puede no tenerles en cuenta a la hora de firmar con Sánchez una nueva coalición gubernamental y les deje sin ministerio.

Bien es cierto que en enero de 2020, el jefe del Ejecutivo en funciones sacó la investidura apenas por dos votos de diferencia, esto es, 167 síes frente a 165 noes y 18 abstenciones, entre ellas las de ERC y EH-Bildu que acabaron siendo socios preferentes del Gobierno de coalición no sin conflictos y enfrentamientos puntuales por parte sobre todo de la formación de Gabriel Rufián.

Presiones a Oramas y a Guitarte

No faltaron entonces todo tipo de presiones sobre todo en torno a dos diputados: Tomás Guitarte, de Teruel Existe, y Ana Oramas, de Coalición Canaria. El primero recibió amenazas de sectores de la derecha por votar la investidura de Sánchez; la segunda, de sectores de izquierda por votar en contra.

Oramas se salto la decisión del Consejo Político de su partido en una intervención antológica: "Me han presionado de todas las maneras posibles para que los traicionara, pero no lo voy a hacer porque son mi gente y en su nombre le digo, no, no y mil veces no. No pienso traicionar a este país ni a sus ciudadanos (...) Su ambición de poder es inmensa, lo está demostrando" Y agregó ante un Sánchez que no daba crédito que "está dispuesto a traicionar a toda la sociedad española a cambio de un puñado de votos, lamentable. (...) Hoy se está inaugurando la demolición del estado que conocemos".

Las exigencias de Canarias

No parece que su sucesora esté dispuesta a saltarse las instrucciones del partido pero mucho tendrán que esforzarse Sánchez y los suyos para que una posible abstención derive en un voto afirmativo que le libere del sí del prófugo de Waterloo. Valido lo explicó ayer en "Las mañana de RNE". Los canarios quieren "un documento firme con plazo y con fechas" que recoja propuestas de ejecución de un nuevo modelo de financiación autonómica, cumplimiento del Régimen Económico y Fiscal de Canarias, desarrollo del Estatuto y comisión bilateral para afrontar el fenómeno migratorio. Y aún así, no está asegurado el voto afirmativo.