Consuelo Ordóñez, presidenta de Covite (Colectivo de Víctimas del Terrorismo en el País Vasco), ha recordado este domingo a los 28 policías municipales asesinados por ETA, cuando se cumple el 44 aniversario del atentado que costó la vida al agente de la Guardia Urbana Manuel Ferreira en la localidad vizcaína de Portugalete el 13 de agosto de 1979.

También el Centro Memorial Víctimas del Terrorismo ha querido recordar, a través de las redes sociales, a Ferreira, que estaba regulando el tráfico cuando un encapuchado se apeó de un coche con una pistola y le disparó cuatro tiros.

Tanto Covite como el Centro Memorial han recordado que, casi 25 años después, la banda armada colocó una bomba-lapa en el coche de uno de sus hijos, el agente de la Policía Nacional Javier Ferreira, que salió ileso porque la bomba se activó cuando ya había aparcado el vehículo, con el que había recorrido 22 kilómetros.

Ordóñez ha pedido memoria para Manuel Ferreira, que antes de ser asesinado recibió amenazas en forma de esquelas que metían en su buzón o con pintadas frente a su casa. "¿Os imagináis vivir así? Esto era ETA hasta casi ayer", ha afirmado.

Además, ha pedido que no se olvide tampoco a los otros 27 policías municipales fallecidos a manos de la organización terrorista, que "se cebó con ellos".

La presidenta de Covite ha señalado, asimismo, que se llegó a localizar el vehículo que utilizaron los miembros de ETA para el atentado contra Ferreira, que había sido robado, y ha añadido que "no hubo investigación porque su causa judicial se archivó en 1987". "Nadie ha pagado por asesinarlo, aunque sería interesante estudiar su sumario", ha manifestado.

Según ha resaltado, "a más de la mitad de las víctimas del terrorismo en España, con independencia del grupo terrorista que haya perpetrado los atentados, se les han negado sus derechos a la justicia y a la verdad", y no solo a los asesinados, sino "también a los heridos en atentados".