El ahora ex diputado Víctor Sánchez del Real (Ceuta, 1969) fue un voxista de primera hornada, uno de los fundadores del partido liderado por Santiago Abascal "cuando no había nada que ganar y mucho que perder". Tras confesar que la dimisión de Iván Espinosa de los Monteros esta semana le provocó una "enorme tristeza", no duda en apuntar a Jorge Buxadé como el responsable, junto a su lugarteniente Ignacio Hoces, de "imponer" una nueva ortodoxia y línea ideológica en el partido, saldada con la pérdida de 19 escaños el 23-J.
"Cuando alguien se equivoca varias veces lo primero que hace es poner su cargo a disposición, si no es así, se le exigen resultados y si no los obtiene se le invita a dejar esa responsabilidad", afirma como una reflexión general al que sería el funcionamiento normal de una empresa. Y respecto a la actitud de Santiago Abascal, señala que, si en su entorno no le están "diciendo lo que han hecho mal, se lo diremos los demás", advierte.
Pregunta. -¿Como recibió la noticia de la marcha de Espinosa de los Monteros?
Respuesta. -Con enorme tristeza porque creo que es probablemente uno de los mejores políticos que ha tenido España en el último siglo.
P. -¿Cuáles han sido los elementos de esa decisión más allá de las cuestiones familiares?
R. - No voy a decir nada que no haya dicho Iván. Yo puedo hablar de la resultante de su decisión. Prefiero hablar de mi impresión respecto a la situación en la que queda el partido.
P. -¿Pero le consta que le quisieran sustituir de portavoz parlamentario?
R. - Esos movimientos me llegan de fuentes indirectas y no los puedo corroborar porque yo ya estaba fuera de las listas. Vacié mi despacho el 19 de junio. He vivido tensiones porque las he sufrido yo mismo con mi sustitución en mi provincia, después de diez años, por una persona que es una figura creciente de poder en el partido.
Hoces ha provocado "fricciones, no sólo con el portavoz sino con todos los diputados"
P- Que se trata de…
R. -Ignacio Hoces.
P. -Precisamente se habla de él como nuevo portavoz parlamentario.
R. -He sido testigo de cómo se convertía, en el último año y medio, de asesor a impositor de nuevos posicionamientos políticos en el Grupo Parlamentario. Eso ha llevado a fricciones no sólo con el portavoz sino con todos los diputados coordinadores y diputados de a pie. Se nos marcaba una nueva línea ideológica.
P. -¿En qué sentido?
R. - Vox ha sido estable en sus posicionamientos y sobre todo en la exposición de los mismos durante nueve años. Y, de repente, se ha pisado el acelerador en algunas cosas y el freno en otras, con unos posicionamientos que no surgían del Grupo, sino impuestos por el comité de Acción Política, que preside el señor Buxadé. Se ha pasado de una posición consultiva a una impositiva con el señor Hoces de guardián de esa nueva ortodoxia.
P. -¿Y esa nueva ortodoxia en qué se diferenciaba de lo anterior?
R. -Antes había un equilibrio entre diversas sensibilidades que ahora se niegan que existan. Se fueron diciendo cosas distintas y de una manera distinta y, a imitación de otros países, de otros contactos o importándolo de otros sitios, comenzaron a aplicar cosas que nunca se habían dicho o no se habían dicho así.
Antes había un equilibrio entre diversas sensibilidades que ahora se niegan que existan"
P. -¿Cómo qué?
R. -Posicionamientos con respecto a medios de comunicación y el control de los mismos, especialmente en el tema de los privados. Yo fui el ponente de la ley audiovisual sobre petición de trasparencia respecto a los fondos públicos que reciben, que me parece razonable, pero se fue dos grados más allá. No es una variación salvaje, pero si cambias dos grados en cien cosas, has cambiado mucho la temperatura y la orientación.
P. -¿Eso ha afectado también al discurso sobre violencia de género?
R. -El movimiento ha sido sobre todo en los tonos y en las formas, en la narrativa y en las actitudes. No es lo mismo decir una cosa sonriendo sabiendo que dices la verdad que enfadado o culpabilizando a alguien de algo. También se han reducido los temas de los que se hablaba y se ha hecho una aproximación, por ejemplo, a los temas de Exteriores que era más de Interior, sin escuchar a los diputados, verdaderos expertos en la materia. Hay equipos formados por diputados de amplísima experiencia, mucho más que nadie de un comité formado por una gente con muy poca experiencia previa, en cuestiones económicas, de Defensa o de seguridad nacional.
P. -¿Cómo se llevaron los pactos con el PP?
R. -Pactos como el de Extremadura han sido un verdadero desastre. La negociación ha sido bastante mala con un desembarco de personas que ni siquiera conocían la comunidad, sin consultar a los diputados que llevábamos trabajando el territorio 10 años. Ni se nos escuchó para decirles quién era quién.
P. -¿Ha habido algún análisis de cómo se han podido dejar 19 escaños por el camino?
R. -En las ruedas de prensa no se ha alegado ni un solo factor endógeno. Yo hago el símil con una compañía de bebidas. Supongamos que vendemos bebidas con gas y tenemos una fidelidad del 90 por ciento y, de repente empezamos, a cambiarle el gas y a reducir la botella. La gente ha dejado de beber lo tuyo. Yo creo que se está cambiando el sabor, se ha vuelto más amargo y la botella más pequeña con lo cual, además, está mas concentrado ese amargor.
P. -Usted defiende que buena parte del voto de Vox se ha ido a la abstención, por lo que es recuperable
R. -El porcentaje de voto más grande se va a la abstención. La fidelidad cae del 80 al 60 por ciento. Casi medio millón de votos se ha ido a la abstención y el único análisis público que da el partido es que los medios nos han tratado muy mal. ¿Eso significa que la hostilidad de los medios lleva a un público fiel a abstenerse? No parece. Hay una llamada al voto útil, pero es un porcentaje muy inferior en rango a los que se han abstenido.
Me comunicaron que no iba a ser diputado de forma lacónica con una llamada de dos minutos"
P. -¿Cómo le explican que no vuelve a ser diputado?
R. -No me lo han explicado. Me lo comunicaron de forma muy lacónica con una llamada de dos minutos. Un día me pidieron la firma del papel de aceptación (para ir en las listas) y a la ocho de la mañana del día siguiente me comunican exactamente lo contrario.
P. -¿Comparte el análisis de que se ha impuesto es sector más duro, vinculado al Yunque o a la Falange?
R. -Creo que no hay nadie de la Falange ni del Yunque. El común de los que hemos quedado fuera no es que seamos liberales, es que venimos de profesiones liberales, de la calle, del esfuerzo de levantar empresas, frente a los juristas teóricos o que vienen del sistema del Estado. Ha habido un cierto choque, más de filosofías que de ideas, entre el mercado y el Estado.
P. - Abascal ha aceptado el cambio del sabor del refresco.
R. - Es un consejero delegado que ha tenido un consejo de administración que le ha aconsejado hacer una serie de cosas. Espero que ahora le estén diciendo lo que han hecho mal, porque si no se lo están diciendo ellos se lo diremos los demás, que para eso somos los accionistas, sobre todo los que lo somos de primera hora.
P. -Algunos compañeros suyos han pedido la dimisión de Buxadé.
¿Se puede ir todo al carajo?, claro, siempre en cualquier momento"
R. -Creo que una vez analizados los resultados, cuando alguien se equivoca varias veces lo primero que hace es poner su cargo a disposición. Si no es así, se le exigen resultados y, si nos los obtiene, se le invita a dejar esa responsabilidad o se te busca otra en la que puedas aportar muchísimo.
P. - ¿Debe poner su cargo a disposición del partido?
R. -Esto es muy sencillo. Iván dejó de ser secretario general porque no podía dedicarle el tiempo y el esfuerzo que él pensaba para hacerlo correctamente y dimitió. Yo dimití como secretario de comunicación y miembro del comité de dirección. Puedo hablar desde el ejemplo. Yo sí he dimitido de puestos de alto nivel en Vox. Pido ejemplo, ejemplaridad y responsabilidad. Hemos perdido 19 diputados.
P. -¿Teme que Vox acabe como Ciudadanos o Podemos?
R. -Es una visión muy limitada, no por generalizada, debe ser general. Fracasos recientes no garantizan fracasos futuros. Si se vuelve a hacer la fórmula perfecta de la bebida se puede volver a estar en los números anteriores. Hombre, ¿se puede ir todo al carajo?, claro, siempre en cualquier momento, pero todo puede ir también hacia arriba.
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