El nombre de Puigdemont parecía enterrado, pero ha vuelto como el fantasma de Waterloo para caer de lleno en el panorama político. Una persona que ha marcado la historia reciente de España. Que, pese a lo que muchos querrían, sigue haciéndolo. Un político que lleva seis años huido en Bélgica, con orden de detención por el juez Llanera, y que ahora mismo tiene la llave de la investidura de Sánchez a cientos de kilómetros de España.
El expresident catalán no es el único del que depende Sánchez para revalidar su investidura. La mirada está puesta en los independentistas catalanes, que se hundieron en las elecciones generales, pero son más determinantes que nunca. El PP, pese a haber ganado las elecciones, no cuenta a priori con apoyos suficientes para sacar adelante la investidura, y el gobierno de coalición tiene todas las papeletas para volver a quedarse en la Moncloa. Eso sí, todo depende de Junts, tanto si da el sí como si se abstiene.
Ya lo dijeron en un primer momento tras el resultado de las elecciones generales. No se lo iban a poner nada fácil a Sánchez. Y así lo han demostrado las últimas semanas, exigiendo amnistía y autodeterminación para Cataluña. De hecho, a tan solo un día de la constitución de la Mesa del Congreso y el Senado, el eurodiputado de Junts pidió "hechos comprobables" antes de brindar su apoyo a Sánchez, aunque finalmente dio su voto a la candidata socialista, Francina Armengol, para presidir la Mesa. Lo hizo a cambio de crear una comisión de investigación sobre "las cloacas del Estado y el caso Pegasus" de espionaje a dirigentes independentistas, crear una comisión de investigación sobre los atentados de Barcelona y Cambrils del 17 de agosto de 2017, e incluir las lenguas cooficiales en el Congreso, además de la petición al Consejo de Europa para que el catalán (así como el vasco y el gallego), sean consideradas como "lenguas oficiales" de la UE.
Aunque todo apunta a que el apoyo de Junts (y ERC) para que haya una mayoría del bloque progresista en la Mesa del Congreso se verá reflejado en un posible apoyo para la investidura, para Puigdemont nada cambia y "la investidura está exactamente donde estaba".
La cuenta atrás para que arranque una nueva investidura o haya una repetición electoral ha comenzado, y estos son los políticos que entran en juego en las negociaciones clave.
Miriam Nogueras (Junts)
Es la voz de Junts en el Congreso, pero también la sombra de Puigdemont. Para ella, el expresidente catalán es su referente político, forma parte de su círculo de confianza y se mantiene leal a él y a su estrategia de confrontación con el Estado.
Para algunos es la protegida de Puigdemont. De hecho, el expresidente de la Generalitat instó al exconseller Jaume Giró a retirarse de las primarias para que Nogueras tuviera el camino libre para ser la cabeza de lista de las elecciones del 23-J.
Aunque en gran parte las negociaciones dependen de su líder que se encuentra a cientos de kilómetros, Nogueras es la encargada para negociar con el PSOE. Es uno de los altavoces del sector más combativo de Junts, y desde el primer momento se lo puso difícil a Sánchez. "No haremos presidente a Sánchez a cambio de nada", avisó nada más celebrarse las elecciones. Desde entonces todo ha sido un tira y afloja.
Por ahora, Nogueras solo ha llegado a un acuerdo con los socialistas. Minutos antes de empezar la votación y tras varios días de negociaciones, decidieron darles su apoyo a la candidata del PSOE para presidir la Mesa del Congreso.
Jordi Turull (Junts)
El 1 de octubre vivió el referéndum en primera persona como conseller de la Presidencia y, tras eso, se pasó tres años y medio en prisión. Actualmente es el secretario general de Junts, y al igual que Nogueras, se ha mostrado muy reticente a la hora de apoyar una investidura de Sánchez. Turull es una de las voces más importantes del partido y uno de los políticos clave para llegar a un acuerdo.
Oriol Junqueras (ERC)
Es el Puigdemont de Esquerra Republicana (ERC). Su presidente y el que tiene la última palabra. Tras perder casi la mitad de sus diputados, ERC dio señales de querer mantener su apoyo a Sánchez y llamó a sus rivales de Junts a hacer lo mismo para evitar una repetición electoral.
A finales de julio Esquerra comunicó que preveía consultar a sus bases un eventual acuerdo para investir al presidente del Gobierno en funciones y candidato del PSOE a la Presidencia, Pedro Sánchez.
Gabriel Rufián y Teresa Jordà (ERC)
Gabriel Rufián, Teresa Jordà -números uno y dos en el Congreso- y la senadora Sara Bailac han sido los encargados de negociar la posición de los republicanos en la constitución de las Cortes. Es decir, el voto de ERC en la Mesa del Congreso, que se lo otorgó a la candidata socialista, y la constitución de grupo propio de los republicanos, si así lo acepta el PSOE.
Además, los republicanos no quieren ceder todo el protagonismo de la negociación de investidura a Junts, y para impedirlo se han fijado dos vías: marcar la agenda con la designación de sus negociadores, y buscar un acuerdo con Junts para compartir la negociación con el PSOE.
Félix Bolaños y María Jesús Montero (PSOE)
El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y la ministra de Hacienda en funciones y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, son los encargados de gestionar las negociaciones con los independentistas, que según dijo la ministra, se han hecho con máxima "discreción".
Fue Bolaños, el hombre de confianza de Sánchez quien, precisamente, negoció con Nogueras la Mesa del Congreso.
Jaume Asens (Sumar)
Aunque la vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, ha defendido que corresponde a los socialistas "la responsabilidad" de contactar con los diferentes grupos, incluido Junts, para recabar apoyos de cara a una investidura de Pedro Sánchez, Sumar ha encargado al exdiputado de los comunes Jaume Asens que lidere las negociaciones con las fuerzas independentistas catalanas (ERC y Junts) para conseguir la mayoría necesaria que permita reeditar un Gobierno de coalición.
Y es que el político de En Comú Podem mantiene una buena relación con Carles Puigdemont. Lideró la petición de los indultos y la reforma del código penal, e incluso asesoró a los líderes del 'procés' que decidieron marcharse a Bélgica en 2017 después de la declaración de independencia y en alguna ocasión fue a visitarlos a prisión.
Según cuenta El Periódico, la misma noche electoral ya se intercambió mensajes con Puigdemont, y los contactos se alargaron durante días. Su tarea actual puede ser fundamental para evitar un escenario de bloqueo y cerrar un acuerdo con Junts para reeditar el gobierno de coalición.
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hace 1 año
Don Felipe VI, el Rey de España debe proponer al Congreso de los Diputados a una persona decente, independiente, para que presida el Gobierno de España, pues los partidos políticos carecen de líderes dispuestos a emprender el camino de la regeneración