Pedro Sánchez ha retomado este sábado su discurso en Málaga en un acto del PSOE para arrancar el curso político en el que no ha pronunciado la palabra amnistía -la baza clave para sumar apoyos para su investidura- y se ha agarrado entre ovaciones al grito feminista de "¡Se acabó!" originado por la polémica de Luis Rubiales.

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno en funciones empezó dirigiéndose directamente "a la derecha económica" para resaltar que "la España progresista existe, que se manifestó y exige respeto. Quiere ser escuchada y merece estar representada".

Ha tacado asimismo con dureza al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo -con el que se reunió el pasado martes-, por pretender "una investidura fake que no va a ninguna parte haciendo perder el tiempo a España para ganar tiempo al frente del PP".

El líder socialista ha ensalzado la "ola imparable de mujeres que han decidido no volver a someterse a los hombres. Se acabó".

Ha agregado que "la marca España es la reacción ejemplar de las jugadoras de la selección española de fútbol y de la sociedad española. Ese "se acabó" es con todas las consecuencias, también para los dirigentes que se han visto involucrados".

El secretario general del PSOE ha resaltado que las mujeres cuentan con "millones de hombre comprometidos para lograr esa igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres", un ámbito en el que ha reconocido que "quedan muchísimas cosas por hacer" como, a su juicio, han demostrado los sucesos "absolutamente lamentables" relacionados con Rubiales, informa Europa Press.

El problema de la sequía

Asimismo, Sánchez se ha comprometido a que el Ejecutivo que dirige hará "todo lo que esté en su mano para lograr aplacar todas las dificultades de sequía y de abastecimiento de agua" que se dan actualmente en Andalucía, al tiempo que ha exigido a la Junta que sea "leal con los andaluces" y que "asuma sus competencias" en esta cuestión.

Pedro Sánchez ha defendido que España es un país "verde" y que "se toma en serio la transición ecológica, la emergencia climática", y ha dicho ser "consciente" de que en Andalucía, y "en particular" en la provincia de Málaga, se están sufriendo "con particular virulencia los efectos de una sequía".

Al respecto, el presidente en funciones ha querido "garantizar a la sociedad andaluza que el Gobierno de España va a hacer todo lo que esté en su mano para lograr aplacar todas las dificultades de sequía y de abastecimiento de agua" que tienen los andaluces.

No obstante, "con la misma contundencia", Sánchez ha exigido al Gobierno de la Junta de Andalucía, del PP-A, que "sea leal, no con el Gobierno de España, sino con los andaluces y andaluzas, y que asuma sus competencias" al respecto.