El relevo del líder del PP catalán, Alejandro Fernández, llevaba pendiente desde hace tiempo, pero el calendario electoral apremiaba y Génova decidió no abrir ese melón hasta pasadas las citas ante las urnas de los comicios autonómicos y locales primero y, después, de las generales. Pero la crisis ha estallado con toda su crudeza a raíz de la estrategia de Alberto Núñez Feijóo de incluir a Junts (JxCat) en su ronda de contactos previa a su debate de investidura de los días 26 y 27, provocando el rechazo de plano de Fernández con el apoyo explícito de la diputada Cayetana Álvarez de Toledo.

Y aunque el líder del PP ya ha desistido de esos contactos con Junts tras conocer las exigencias, por otro lado, previsibles, de Carles Puigdemont, el malestar con Fernández es más que evidente en el cuartel general de los populares. Toca pues, convocar congreso territorial, y no son pocos los dirigentes que quieren que sea "más pronto que tarde", aunque todo deprende de que se despeje la gobernabilidad del país sin descartar nueva convocatoria ante las urnas.

En el PP catalán han cuestionado las formas de Fernández replicando a Feijóo. "JUNTS sí es mi RIVAL, un partido cuya tesis esencial es que España es una dictadura dirigida por un Rey fascista, con el que se niegan a "hablar". Que alguien me diga de qué hay que "hablar" con ellos...", escribió en su cuenta de Twitter el pasado 27 de agosto. El diputado popular por Barcelona Nacho Martín Blanco, rescatado de Ciudadanos, consideró ayer comprensible dicho mensaje ya que Fernández "lleva muchos años sufriendo los excesos de los partidos nacionalistas".

Pero del mismo modo cree razonable que Feijóo quisiera explicar al partido del prófugo de la justicia su plan para la investidura. Un buen ejemplo de cómo este enfrentamiento ha dejado a los dirigentes catalanes del PP entre dos aguas.

No deja de ser paradójico que las dificultades con Fernández -por otro lado, un brillante parlamentario- se hayan agudizado justo en el momento en que el PP catalán comienza a recuperar el pulso después de años de sequía política que le llevaron al borde de la desaparición parlamentaria. Este mismo lunes, Feijóo recordaba en Antena3 cómo los populares sacaron el 23-J más votos que ERC y que Junts. Apenas dos meses antes, en las municipales, consiguieron la alcaldía de cuatro localidades catalanas,-entre ellas la populosa Badalona- y ser determinantes en Barcelona, donde hicieron posible la alcaldía del socialista Jaume Collboni.

Manu Reyes y Daniel Sirera son dos de los nombres que se barajan para el relevo

Para su relevo suenan los nombres de Manu Reyes, alcalde de Castelldefels y secretario del partido en Barcelona, y el de Daniel Sirera, quien ya fuera líder de los populares catalanes durante un año tras la dimisión del fallecido Josep Piqué. Fernández, que fue casadista de primera hora, ya cayó en desgracia con el anterior secretario general del PP, Teodoro García Egea, obsesionado con controlar con mano de hierro todos los territorios. Pero las cosas no le fueron mejor con Feijóo, a pesar de sumarse a la asonada que destronó a Casado.

En principio, la intención de Génova es hacer coincidir los cuatro congresos regionales que quedan pendientes, evitando que el foco se centre en exclusiva en Cataluña. Toca cita congresual también en el País Vasco, aunque la relación de Feijóo con Carlos Iturgáiz es excelente. "Carlos será lo que quiera ser", dicen en la dirección del PP y en el entorno del vasco dicen con un punto de humor que "él está a disposición de las autoridades competentes".

Tanto en Cataluña como en Eukadi el calendario apremia. En el primer caso porque la legislatura, si echa a andar con un gobierno de coalición PSOE-Sumar, va a estar centrada en la política de concesiones al independentismo en general y al prófugo Carles Puigdemont, en particular, con el foco puesto en la amnistía de todos aquellos imputados por actuaciones relacionadas con la asonada independentista. Y en el caso del País Vasco, porque en julio del año que viene se celebran elecciones autonómicas y hay que poner el partido a punto tras presentarse en 2020 en coalición con la casi extinta Ciudadanos.

Menos prisa corren los cónclaves de La Rioja y de Asturias, donde tampoco hubo procesos congresuales y se impusieron nuevos candidatos autonómicos el 28-M manu militari desde Génova, como fue el caso del riojano Gonzalo Capellán. No obstante, la idea "es darle continuidad al proceso congresual", dice un dirigente popular respecto a la intención de agrupar las citas pendientes. Por otro lado, los populares llevan desde 2017 sin organizar un congreso ordinario, seis años en los que no se han debatido ponencias políticas ni estatutarias más allá de la renovación de los equipos directivos en 2018 y en 2022.