Las exigencias de Junts y Carles Puigdemont para apoyar una investidura a derechas o a izquierdas, sitúan en un complicado escenario a los dos principales partidos nacionales. Descartada ya la vía popular, pese a los contactos a nivel municipal y por "canales informales" que han reconocido los de Alberto Núñez Feijóo, el balón queda sobre el tejado de Pedro Sánchez y el PSOE, que pese a guardar silencio no ha descartado aún que baraje la posibilidad de acatar la demanda inicial de los exconvergentes: una ley de amnistía. A pesar de ello, entre las filas de Génova y Bambú ya alejan esa posibilidad.
Fuentes consultadas de ambos partidos creen que de admitirse, aparte de que salga de los marcos constitucionales, como juristas entre otras personalidades públicas y políticas -entre ellas históricos del PSOE como Felipe González o barones críticos como Emiliano García-Page- vienen denunciando, hundirían definitivamente la imagen de Sánchez. Algo que le impediría levantar cabeza a medio plazo, más ante la posibilidad de que, de salir investido, pueda prolongar más de un año el nuevo mandato. Y es que la demanda de negociación constante con un amplio abanico de partidos desgastaría la capacidad de gestión, se estima. Mucho más que en esta última legislatura al incorporar a partidos tan opuestos.
Fuentes populares, aunque advierten que a Sánchez "le hemos visto hacer de todo", entienden que es "muy difícil" que se arriesgue a "vender los principios e ir contra los pilares de la Constitución". Aunque se muestran prudentes porque "aún no sabemos lo que se está negociando". El propio PSOE, no obstante, insiste en que "el espacio para el encuentro y el diálogo" con fuerzas como Junts solo se hará dentro de ese marco constitucional, pese a todo. Y deja en el aire la convocatoria si son incapaces de encontrar consenso para un pacto. Asimismo, empiezan a aproximar igualmente "complicada" la elección de Sánchez como la designación de Feijóo. Ese término usó Feijóo para referirse a su 'examen' parlamentario en la Junta Directiva del PP el pasado lunes, a puerta cerrada.
Por su parte, desde Vox siguen abonando la tesis interna de que solo Puigdemont será quien decida si hay o no repetición electoral. "Él será quien tire de la palanca electoral". Fuentes nacionales indican que el próximo escenario electoral cada ve está más clarificado. Y apuntan que Junts ampliará sus exigencias conforme se agote el plazo que iniciará el fracaso de la investidura de Feijóo el 29 de septiembre en segunda votación -se requiere mayoría simple tras fracasar 48 horas antes una absoluta-. El alto "precio" será inasumible hasta para Sánchez, aseguran.
Vox entiende que Junts no seguirá los pasos de ERC si quiere tener buenos resultados en las elecciones europeas del año que viene"
"El horizonte de Junts son las elecciones europeas" del próximo año, añaden desde Vox. Inciden en la competencia que existe en Cataluña entre Junts y ERC por liderar la corriente más "radical" del independentismo para lograr la hegemonía del movimiento tras el desgaste experimentado. Y, precisamente por ambos factores, que convergen en ese objetivo electoral externo, apuntan a que se antoja complicado que Junts quiera seguir los pasos de colaboración con el PSOE que han perjudicado a los republicanos estos últimos años y aupado al PSC.
Preguntados, además, por la posibilidad de que "un Tamayazo" en las filas socialistas de a Feijóo la presidencia como muestra de rechazo, se limitan a emplear el término "imposible". Aluden a la precisión de las listas de Ferraz, con gente de confianza y de lealtad a Sánchez. Todo, pese a que su ya exportavoz parlamentario Iván Espinosa de los Monteros, en julio, apuntaba a esa posibilidad de pronunciamiento de "algunos socialistas buenos".
Peligra la distensión entre Génova y Bambú
Precisamente ese escenario electoral previsto pone en riesgo la fase de distensión de relaciones; la "nueva etapa", abierta entre las directivas popular y ultraconservadora. La posición oficial de Vox respecto a este asunto, de mantenimiento del 'buen trato' entre formaciones, es favorable. "Por nuestra parte no será", apuntan ante la posibilidad de un nuevo distanciamiento similar al previo del ciclo electoral. Vox criticó la tibieza de los populares al abogar por esperar a las elecciones para desbancar a Sánchez y no consiguió el apoyo de Génova para su moción de censura. El PP, no obstante, guarda silencio y pide estar centrado en los plazos. Un calendario en el que ahora toca la investidura de Feijóo.
Fuentes de la formación popular, sin embargo, dejan abierta la posibilidad de deterioro en el camino andado, al menos en el nacional, y que responde solo al deseo de apoyo de investidura. Lógicamente el PP defenderá, de nuevo, la utilidad del voto en unos sufragios, mientras que Vox podría cargar otra vez contra esa estrategia, que en la noche electoral tachó de "inútil".
Vox cuestiona al PP que permita en el Senado la cesión de diputados del PSOE a Junts, PNV y Sumar para contar con grupo propio"
De momento, hay un claro movimiento por constituirse como oposición política a Sánchez y sus socios. Mientras que el PP lo es sobre el papel del escrutinio de generales, al ganarlas frente al PSOE por dieciséis escaños, Vox iniciaba esta semana acciones políticas contra el Ejecutivo en funciones. Tras la reunión de la semana pasada entre la vicepresidencia segunda Yolanda Díaz y Puigdemont en Bruselas, Vox ha registrado en las Cortes una petición para la comparecencia de la también ministra de Trabajo, así como un informe en el que se detalle la cita con el expresident. A ello se añade una batería de preguntas. Previamente, la sección jurídica del partido de Abascal presentó ante el Tribunal Supremo la declaración de Díaz y el exdiputado Jaume Asens en el marco de la causa abierta con el responsable del 'procés', fugado tras el referéndum del 1 de octubre de 2017 y la Declaración Unilateral de Independencia (DUI).
Otra de las acciones previstas por Bambú, dando por hecho ese escenario electoral, aunque también la posibilidad de acuerdo e investidura y con una intencionalidad de denuncia en base a ello, es la celebración un mitin amplio en algún enclave importante como Vistalegre. Aunque el PP ya ha movido ficha siguiendo el paso marcado por José María Aznar -aunque desde Génova afirman que ya estaba decidido un día antes- y convocando un acto multitudinario de denuncia a la predisposición de aprobar una amnistía. Miembros de PP y Vox, por su parte, participarán en la convocatoria, para el mismo cometido, de Sociedad Civil Catalana (SCC) para el 6 de octubre en Barcelona.
La ofensiva directa de Vox con el PP radica en el cuestionamiento al aperturismo gestado en agosto con Junts, antes de conocer las condiciones. Este lunes, Vox criticaba la disposición mostrada en un inicio por Esteban González Pons, vicesecretario de Institucional, que alejaba "la tradición" del partido de los actos cometidos "por cuatro, cinco o diez personas" en referencia a los líderes del procés. A raíz de ese cuestionamiento a los populares por la tibieza con los partidos nacionalistas como el PNV, en añadido, Vox lo ha abonado rechazando la permisividad del PP en el Senado, tras estudiar el caso los letrados, para que "PNV, Junts y Sumar tengan grupo parlamentario propio con la cesión de senadores del PSOE" cuando se ha negado a lo contrario en el Congreso. "¿A qué está jugando el PP? Vox hará todo lo posible para impedir este fraude a los electores", han trasladado fuentes de Vox.
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