El no tiene duda. Si tuviera la oportunidad de entrevistar a Josu Urrutikoetxea, alias 'Josu Ternera', lo haría. No sería el primer etarra al que se enfrentaría cara a cara, pregunta a pregunta. Iñaki Arteta (Bilbao, 1959) tiene claro que su primera pregunta sería conocer si "recuerda a todas las víctimas a las que ordenó matar" y la segunda "cómo vive con ello".
Arteta conoce bien lo que fue, ha sido y el rastro que ha dejado ETA. Reconoce que lee, ve y escucha todo lo que sale relacionado con ello. Su trayectoria como director es un reflejo de ello. Ha dirigido hasta siete largometrajes relacionados con ETA, sus víctimas y el impacto social del terrorismo. No oculta la curiosidad por ver 'No me llames Ternera', el documental de Jordi Évole que se estrenará la próxima semana en el Festival de San Sebastián. En 2020 Arteta quiso estrenar 'Bajo el silencio', un trabajo que aborda el fenómeno del terrorismo, pero ni siquiera su amistad con el director, José Luis Rebordinos, lo facilitó: no fue seleccionado.
Subraya que la clave en este tipo de trabajos es querer buscar "la verdad" de lo sucedido y para ello también el testimonio de quienes ejercieron el terror puede ser válido. Añade que la sensibilidad hacia las víctimas es esencial y conocer el contexto y las circunstancias en las que se vivieron aquellos años completan el abordaje de un fenómeno que califica de especialmente "complejo".
Comprende que entre algunos colectivos, en particular de víctimas, la proyección de este nuevo largometraje pueda provocar recelo o rechazo. El protagonista, el líder de una banda que la lideró durante muchos años, el escenario, "un Festival que no ha sido ejemplar por su sensibilidad hacia las víctimas o en contra del terrorismo" y la ciudad, San Sebastián, "donde se ha matado y han salido terroristas" son componentes suficientes para justificar ese malestar expresado por algunos colectivos.
Pregunta.- Si tuviera la oportunidad de hacer un documental en el que poder entrevistar a Josu Ternera, ¿lo haría?
Respuesta.- Yo hice una película en 2020, ‘Bajo el silencio’, en la que entrevistaba a etarras. Era un documental de dos horas y media. En su momento quise poder presentarlo en el Festival de San Sebastián pero no me dieron ni una explicación, pese a que conozco a su director, a Rebordinos desde hace 20 años. Por supuesto que le hubiera entrevistado a ‘Josu Ternera’. En el tiempo que grabamos ‘Bajo el silencio’ estaba fugado. En mi recorrido con las películas me faltaba ir ‘al otro lado’, saber por qué habían hecho lo que habían hecho y ver cómo viven con ello. Es muy interesante todo eso, pero si se hace buscando la verdad. Si Évole, que aún no hemos visto la película, nos acerca a la verdad de lo que es un líder de una banda terrorista durante una época en la que encargó matar a casi 400 personas… estaré de acuerdo. Hay muchos documentales sobre asesinos, no es el primero.
P.- ¿Cuál sería la primera pregunta que le haría a ‘Josu Ternera’?
R.- Recuerdo la primera pregunta que le hicimos a un etarra que mató a un guardia civil cuando aún era sacerdote. Luego se salió del sacerdocio en la cárcel. La primera pregunta fue si él había matado. Contestó que ‘según el juez sí’. Yo a ‘Ternera’ le preguntaría si se acuerda de todas las personas a las que ha asesinado, si se acuerda de todas las órdenes que ha dado para asesinar, para dirigir una persecución… También cómo se vive con eso y qué razones tuvo para hacerlo. Estamos aburridos de oír el discurso oficial de esta gente, por eso acercarse a quienes han empleado así la violencia es otra cosa.
P.- ¿Debe haber algún límite, prevención o ‘línea roja’ en una entrevista a un personaje así, al responsable de cientos de asesinatos?
R.- Es una cuestión difícil. Que cada uno haga lo que quiera. Hay quien aborda ciertos temas sin mucho conocimiento y otros con algo de frivolidad o sin sensibilidad. En este caso sin sensibilidad hacia las víctimas. La mecánica de la entrevista es una suerte de duelo psicológico que varía en función del entrevistador y del entrevistado. Cada uno puede poner sus límites en una entrevista, otra cuestión es cómo la recibirá la sociedad.
P.- ¿Qué le gustaría encontrar en el documental ‘No me llames Ternera’?
R.- Yo lo veré como una película más, veo cientos al año. Este es un tema que me interesa por mi actividad y porque me he documentado mucho, me he leído todo sobre este tema. No sé lo que ha leído Évole. Es un tema complejo. Es fácil adivinar las cosas que hace Évole. No es director de cine, no sé si es periodista. Hace entrevistas bien fotografiadas para televisión pero no sé qué pinta una cosa así en un festival de cine si es un producto televisivo. ¿Puede aportar cosas? Veremos. A mi me interesa todo.
"En Euskadi todos los mayores de 35 años tenemos en la memoria un armario lleno de ‘cadáveres’ que no queremos recordar"
P.- ¿Entiende las críticas que se han producido antes de su estreno? ¿Comparte que se critique un documental sin haberlo visto?
R.- Allá cada uno, yo no me atrevo a opinar sobre algo que no he visto. Cuando lo vea tendré una opinión. Nadie opinaría de un libro sin leerlo. Quizá la cuestión es que sabemos quién es Évole y quién es ‘Josu Ternera’ y si a ello sumas que la película se estrena en San Sebastián, un lugar de donde han salido terroristas y han matado... Y además el Festival de San Sebastián no ha sido ejemplar en la sensibilidad con las víctimas o frente al terrorismo. Son muchos ingredientes que rodean este asunto y por eso al final para mucha gente verlo o no es lo de menos a la hora de opinar. Si eres víctimas, que te pongan esto en tu ciudad… Llueve sobre mojado para las víctimas cansadas de la falta de sensibilidad hacia ellas. Al final, tal y como ha dicho Rebordinos, una vez visto el documental no pase nada. Veremos. A Netflix toda esta polémica es a quien mejor le viene.
P.- Desde que ETA anunció su disolución asistimos a una sobreproducción de libros, ensayos, series, documentales y películas sobre la banda terrorista. Hemos pasado de un silencio casi absoluto durante décadas a una sobreproducción. ¿Ayudará a construir bien el relato de lo sucedido?
R.- Todo lo que se haga con sentido de Justicia hacia las víctimas, con respeto a lo sucedido, y en profundidad está bien. Debe quedar claro quienes son ‘los nazis’ y quiénes sus víctimas. Cualquier película, libro o serie que intente explorar la verdad, el mal que se ha hecho, es interesante. Cuanto más producciones así existan, mejor. Pero no todo es válido. Algunas producciones hacen daño por contener mensajes ambiguos, como las que hacen sobre los presos, que muchas veces son pura propaganda. Lo tendencioso, lo ambiguo o lo que alude sólo al sentimentalismo creo que hace daño. El ‘pobres victimas’ no ayuda.
P.- ¿Cuál diría que es la clave de una buena producción sobre lo sucedido?
R.- Hay que explicar todo en su contexto. Profundizar en las causas que llevaron al miedo, a cómo este enraizó en la sociedad. Los jóvenes deben aprender a entender dónde está el mal y dónde el bien. Saber que unos hicieron el mal cuando según sus ideales creyeron que hacían el bien y otros sufrieron injustamente. Debe quedar claro que no fueron unos locos, que detrás había una ideología. Poder llegar a explicar todo eso y subrayar lo pernicioso que pueden ser algunas ideologías es lo que se debería trasladar a las futuras generaciones. Lograr ese relato es algo complicado.
P.- ¿Echa algo de menos? ¿Algún enfoque, mirada o trabajo sobre lo mucho que sucedió durante casi seis décadas de dolor?
"Debe quedar claro quiénes son ‘los nazis’ y quiénes sus víctimas. Cualquier película, libro o serie que explore la verdad, el mal que se ha hecho, es interesante"
R.- Faltan muchas cosas. Hay muchos enfoques. Me interesa mucho la idea de cómo se transmitió aquella ideología que llevó a organizar un grupo terrorista cada vez más salvaje y agresivo. También descubrir cómo todo aquello influyó en cada uno de los ciudadanos del País Vasco. Aún queda responder y profundizar sobre muchos spectos ¿Cómo se vivió de modo aparentemente tan normal en aquellos años pasando lo que estaba pasando? ¿Cómo se comportaron los vecinos con las víctimas? ¿Cómo una sociedad se puede ver atravesada por la violencia? La convivencia con el terror, el dilema que crea en cada uno de nosotros.
P.- Se acusa a la sociedad vasca de tener ganas de pasar página, de tener prisa por olvidar. ¿Estamos en una carrera contra la amnesia social?
R.- La amnesia corresponde de manera lógica al periodo que vivimos. Cuando se sufre no se suele querer transmitir a las siguientes generaciones. Los que perdieron la Guerra Civil no quisieron transmitir el odio. Lo mismo ocurrió con los nazis en Alemania, donde los judíos no hablaron casi hasta la década de los 70. En este momento pasa algo de eso. En Euskadi todos tenemos un armario lleno de ‘cadáveres’, todos los que tenemos más de 35 años tenemos un armario en la memoria repleta de ellos. Ese es un aspecto de nuestra memoria algo oscuro y tenebroso y no es apetecible.
P.- Si echa la mirada atrás, ¿qué le hubiera gustado que fuera diferente?
R.- Me hubiera gustado que hubiera habido una resistencia cívica más grande. Por miedo no fue así. A nadie le gusta reconocer que tuvo miedo. Peleamos el euro en el supermercado pero con las cosas importantes nos hemos achantado mucho. Eso es lo que ha dado forma a la sociedad en la que vivimos. Desde ese punto de vista puede ser lógico que atravesemos un periodo amnésico. Esto cambiará, la esperanza está en los jóvenes. Cuando muramos los que vivimos todo esto habremos dejado elementos informativos, documentación que recogerán generaciones siguientes para entender este episodio que en el fondo es sencillo; no hay que matar a nadie por mera ideología. En España la amnesia es otra, se quedó tranquila cuando vieron que los vascos ya no se mataban, que ya no metían tanto ruido… por eso se ha olvidado el tema. A ello ayuda que hay un amodorramiento general, falta coraje cívico, etc.
P.- ¿Habrá una película más de Iñaki Arteta que aborde esta cuestión?
R.- Si, tengo en mente una que va a ser la bomba. Por ahora no puedo adelantar nada, pero confío en que sea un tema muy impactante.
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hace 1 año
Gracias por el artículo. Y gracias también a Pilar Albericio por su comentario. Ambos me representan completamente.
hace 1 año
Creo que lo sucedido en el País Vasco podría haberse dado en cualquier otro sitio. Dicho de otro modo, muchos que no somos de allí y que vemos con horror lo sucedido, podríamos haber participado en él de haber vivido en ese momento y en ese lugar. Y viceversa. Asesinos confesos etarras podrían estar en mi lugar pensando algo similar. No es una disculpa para nada ni para nadie. Ni un falso ejercicio de empatía hacia el criminal. Al contrario. Quiero poner en valor a gente como Iñaki Arteta y todos los que no sucumbieron a lo fácil, que es apoyar, votar y justificar el terror y la violencia vestida de justicia y de romanticismo. Hay que ser muy valiente y tener las ideas muy claras para ir contracorriente, y seguir haciéndolo todos los días de tu vida todavía y en especial en su tierra. Un saludo. Gracias por esta entrevista.
hace 1 año
Le aseguro, Sr. Arteta, que algunos españoles no hemos olvidado. Que reconocemos cada huella dejada por el terrorismo etarra y que se manifiesta en todos los aspectos de la vida social. El miedo forma ub sustrato permanente. Sólo la erosión de la memoria logra acabar con él. Y hay mucho miedo y mucho silencio y mucha violencia soterrada en Euskadi porque, los que detentan el poder en la actualidad conocen muy bien qué ocurrió y cual fue el papel de cada uno en esa función sangrienta que su fanatismo convirtió en auto sacramental. Y se callan, y siguen alterando el relato, y siguen mintiendo, y siguen tolerando la atrocidad de los homenajes a los victimarios, y ensucian todo lo que tocan porque su ideario ya nace sucio en origen y no pueden evitarlo. No, no hemos olvidado.