Una de la madrugada del pasado domingo en Chiclana, Cádiz. Un hombre de 26 años se acerca a la ventilla de entrada del cuartel de la Guardia Civil. Llegó en un ciclomotor, con el casco en la mano. Notablemente excitado, vocifera con que quiere poner una denuncia. El agente que lo recibe, le dice que se le atenderá pero que tiene que calmarse. No atiende a razones y comienza una brutal agresión.

El individuo, que no contaba con antecedentes, consigue abrir la ventanilla. Le quita la defensa extensible al policía y le agrede en la cabeza hasta dos veces. En una de ellas le abre una brecha en la ceja, por lo que la sangre le empieza a brotar. En el momento en el que se disponía a asestarle un tercer golpe, un segundo guardia entra en la escena. Intenta reducirle, pero sólo consigue llevarse una muñeca fracturada.

Aparece un tercer agente, con la mala fortuna de que se tropieza y se hace un esguince en el tobillo derecho. Habían caído ya tres miembros de la Benemérita, pero la acción no había hecho más que empezar.

Ataque en la gasolinera

Acto seguido, el hombre se dirige a una gasolinera. Por el camino rompió los cristales de varios coches. Una vez el establecimiento, rompió la luna de un taxi y agredió a la dependienta. Allí, con la defensa robada al primer guardia, siguió agrediendo a guardias. Hasta cinco más hasta que consiguieron reducirle con ayuda de la Policía local. En total, ocho guardias civiles agredidos, dos de ellos de gravedad.

Algunas de las fuentes consultadas apuntan a que la denuncia que quería poner en un primer momento estaba relacionada con algún problema en su casa. También que cuando llegó podría estar bajo los efectos de las drogas o el alcohol, aunque lo describen como "una persona normal" sin antecedentes.

El hombre fue identificado con las iniciales A.M.T., vecino de Chiclana, y se le ha detenido acusado de un delito de homicidio en grado de tentativa, dos de lesiones graves, cinco de lesiones leves, atentado a la autoridad y dos de daños en vehículos particulares.

Tras llevarlo al cuartel, pasó a disposición judicial este domingo. En la mañana de este lunes ingresó en prisión. "En Chiclana hemos visto bastantes episodios parecidos, aunque no de la violencia de este casi. El principio de autoridad esta totalmente roto, la gente tiene una falsa sensación de impunidad", resume un agente de la zona.

Profesión de riesgo

La agresión de este fin de semana ha encendido las críticas en las asociaciones de la Guardia Civil. Jucil, Asociación Unificada de Guardias Civiles e Independiente de la Guardia Civil (IGC) condenaron los hechos y han reclamado que el Ministerio del Interior les considere profesión de riesgo. También han petido que se les dote de pistolas táser "inmediatamente".

Todos los cuerpos policiales, desde los agentes de los Mossos d'Esquadra, la Ertzaintza o la Foral de Navarra a los agentes de policías locales, cuentan con el reconocimiento como profesión de riesgo, una reivindicación que el instituto armado comparte con la Policía Nacional.

"Es hora de que se haga justicia y se brinde el reconocimiento y apoyo que los guardias civiles merecen. La seguridad de España depende de ellos, y es nuestro deber asegurarnos de que reciban el trato y la protección que necesitan y merecen", reclamaban desde AUGC. Aprovecharon para recordar que Interior prometió la "implantación de las denominadas zonas de especial singularidad".

Por su parte, JUCIL ha anunciado que se "personará como acusación popular ante un delito de atentado a la autoridad y lesiones", y ha acompañado su mensaje en Twitter del lema "profesión de riesgo ya".