Si hay un escenario político que beneficia con notoriedad a Vox, ese es el de la cuestión territorial y el de la confrontación con el independentismo; enarbolando un nacionalismo español contra los periféricos. Y ese planteamiento se encaja a la perfección con el debate candente en el Congreso de los Diputados a cuenta de las lenguas cooficiales y su uso en sede parlamentaria. Una reforma del reglamento de las Cortes que se aprobará definitivamente, al estar ya en proceso de tramitación urgente, mañana en pleno.
Si bien el momento cubre del procés y su judicialización posterior dio alas a Santiago Abascal y a su partido para irrumpir progresivamente en los parlamentos regionales y en la cámara baja entre 2018 y 2019, las cesiones del PSOE y Sumar al resto de socios de investidura, como el planteamiento de una ley de amnistía y las primeras desarrolladas ya como la reforma para el empleo del gallego, el euskera y el catalán, hacen del hemiciclo la arena idónea para la cúpula de Bambú. Más con la posibilidad de elecciones en el horizonte si los socialistas fracasan en su intento lograr el nombramiento de Pedro Sánchez, algo que desde Ferraz, al menos no se contempla.
Esta faceta buscada por Vox, no obstante, deja daños colaterales: el PP y Alberto Núñez Feijóo. La escenificación de parte de sus diputados este martes, abandonando el hemiciclo nada más arrancar el pleno de lenguas cooficiales y dejando los auriculares proporcionados por la cámara en el escaño de Sánchez, es el último ejemplo. Todo al escuchar al representante del PSOE designado para la defensa de la medida, José Ramón Gómez Besteiro, hablar en su gallego natal y al negarse la demanda de la portavoz de Vox, Pepa Millán, de que el pleno se abordara en castellano al no estar aprobada aún la reforma. La misma exigencia la hizo Cuca Gamarra sin éxito al inicio del pleno.
Vox sigue con el compromiso vigente de apoyar al candidato y presidente popular en debate de investidura, al menos no han anunciado un cambio de postura. Votarán afirmativamente a su nombramiento los 33 parlamentarios cosechados tras el 23-J, pero ello en un ambiente de progresiva tensión de esa "nueva etapa" de la que presumían hace algo menos de un mes. Los dirigentes de Vox llevan abonando desde el inicio del curso político, de manera oficial en septiembre, un marco que busca perfilar que Génova persigue un pacto con Junts.
Ello cimentado en las palabras de Esteban González Pons, que avaló la "legalidad" y la "tradición" de los exconvergentes. También, y especialmente en las últimas fechas, por el reconocimiento desde sectores del PP de que ha habido conversaciones con miembros de Junts, aunque por "canales informales". Y todo antes de que los populares cerraran la puerta de Carles Puigdemont en las Cortes tras exponer este sus exigencias desde Waterloo. En especial Ignacio Garriga, el secretario general de Vox y portavoz del partido en el Congreso. Millán, la portavoz en el Congreso también agitaba recientemente que el PP, mientras denuncia la cesión de diputados socialistas y de Sumar a Junts y ERC para que cuente con grupo parlamentario propio, que conlleva financiación adicional, "lo permite" en el Senado. Allí los populares tienen mayoría.
El desplante a Sémper agranda la brecha
Hasta ahora, el PP no ha entrado el trapo y ha esquivado los órdagos lanzados desde Bambú, apostando por centrarse en la investidura y rechazar cualquier posibilidad para una amnistía. Pero el desplante parlamentario -similar al del principio- a Sémper por usar el euskera en momentos puntuales de su intervención este martes, que iba destinada a cuestionar la implementación total de las lenguas cooficiales en la actividad, eleva el grado de distanciamiento. Y así lo perciben en privado fuentes parlamentarias del PP consultadas. Aunque ven cierto punto de normalización al respecto, especialmente si la deriva resulta siendo la electoral de nuevo.
Desde el grueso de Vox se niegan a hacer valoraciones al respecto en privado, y se limitan a las declaraciones de Abascal al término del pleno en relación a Sémper: "Me ha sorprendido que se llame canelo a sí mismo, porque precisamente dijo que el uso de las lenguas regionales en la cámara sería como hacer el canelo y que ellos no iban a hacerlo". Pero sí comentan lo sucedido fuentes parlamentarias de las siglas de Vox. Precisan que "carece de toda lógica" que Sémper hable en euskera haciendo precisamente lo que la ley quiere permitir y a lo que el PP se opone. "No tiene sentido" este planteamiento del PP, aseguran, aunque lo achacan al "exquisito pedigrí progresista" de Sémper. "Y ese, desde Vox, apuntan que "no es" el camino.
Vox recuerda al PP que es el único partido amplio comprometido con la investidura de Feijóo"
Reprochan al PP que, después de que Vox abandonase el pleno, Sémper, avalado por Génova actuase así. "Parece que se han olvidado de cuál es el único partido -sumado a Coalición Canaria y UPN- que a día de hoy está comprometido con su investidura", afirman fuentes del grupo. Pese a todo, evitan "utilizar" la palabra "rivalidad" en lo que respecta a su relación con el PP, aunque sí determinan que es más complicada que el mes pasado por un problema de indefinición de los de Feijóo.
Incluso desde el PP de Cataluña, como representante del ala más crítico con ese aperturismo catalanista de Feijóo, ha habido críticas veladas al respecto de la intervención de Sémper. A golpe de tuit -renombrada X la plataforma-, como viene acostumbrando en las últimas semanas y para cuestionar el acercamiento a Junts, Alejandro Fernández, barón popular catalán, ha dicho: "Hay un concepto en el tenis muy útil para cualquier ámbito de la vida: evitar los 'errores no forzados'".
Dentro del propio PP, la intervención de Sémper, que ha estado avalada por el propio Feijóo, no ha gustado. De hecho, se sigue ese mismo argumento expresado por Vox: no podemos cuestionar una medida aplicándola.
Primer órdago directo al PP, en el Senado
Vox ya anunció con anterioridad una batería de medidas contra la aproximación del Gobierno, nuevamente, al independentismo. Entre ellas, una solicitud de comparecencia de Yolanda Díaz en la cámara para rendir cuentas de su reunión con Puigdemont -añadido a otra en el Tribunal Supremo- o una PNL para prohibir que los miembros de un gobierno lleguen a acuerdos con prófugos de la justicia. Respecto al tema de la lengua, Vox ha anunciado una enmienda a la totalidad, que se registrará hasta hoy a las 18:00 horas, así como una reforma del reglamento propia que preserve el castellano y el modelo clásico de acatamiento de la Constitución.
De cara al público, el propio Abascal tras el pleno de lenguas anunció el registro de una iniciativa en el Senado para suprimir el uso de los idiomas cooficiales en la cámara alta, vigente desde 2011. Necesariamente, por la leve presencia de Vox con 3 escaños de los 259 totales, ésta deberá ir de la mano del PP. Y ahí está el objetivo. Vox sabe que, como ha ocurrido en el Congreso -el PP no enmendará a la totalidad la reforma del reglamento- los populares no se mojarán. Más cuando el funcionamiento en el Senado es correcto.
Vox persigue diferenciarse en ese objetivo electoral o de oposición todo lo posible del PP, más con una investidura fallida. La movilización para el 8 de octubre en Cataluña es un ejemplo más: se cuestionan los actos de partido, como el del PP este domingo, y se aboga por estar más del lado de la sociedad civil.
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hace 1 año
Y luego dirán que VOX les roba los votos.
hace 1 año
VOX debería distanciarse del PP y dejar de apoyarle en todos los gobiernos en los que forma parte.
A VOX no le conviene ser la muleta del PP tiene que marcar su territorio propio.
Basta ya de desprecios en esta investidura con una abstención será más que suficiente.