Este sábado la Fundación Carlos de Amberes acoge la presentación de Nexo, la nueva plataforma de centro que integran entre otros el procurador de Ciudadanos (CS) en Castilla y León Francisco Igea, el abogado del Estado y exportavoz naranja en el Congreso de los Diputados Edmundo Bal, y los exparlamentarios más afines de Bal que concurrieron con él en las últimas primarias del partido. Entre ellos Miguel Gutiérrez, María del Carmen Martínez, Sara Giménez o Juan Ignacio López-Bas. Este puede convertirse en el embrión de una nueva formación que reemplace a CS en la búsqueda de la 'Tercera Vía' política, aunque por el momento solo se habla de "espacio de debate".
Al unísono, figuras como Igea, Francesc de Carreras o Fernando Savater, entre otros intelectuales ligados a CS, han presentado un manifiesto abogando por la necesidad de que un nuevo partido moderado ocupe el hueco de la socialdemócrata que a su juicio ha quedado sin representación en España. No es un planteamiento de partido, sino una demanda. En la previa a la presentación de la plataforma, Igea habla por teléfono con El Independiente desde Valladolid.
Pregunta-. ¿Se está planteando explícitamente sustituir a CS por un nuevo ente, de momento de la sociedad civil?
Respuesta-. El espacio de CS desapareció al renunciar a las generales. Insistir en el asunto es insistir en la melancolía. Dentro queda mucha gente que comparten nuestras ideas y este 'nexo' también se dirige a ellos.
P-. Entiendo entonces que sí. ¿Ha habido interés de la actual directiva tanto en la plataforma como en el manifiesto planteado?
R-. De los dirigentes actuales, ninguna. Esperamos que lo hagan, porque [ambos planteamientos] están en la línea de lo que se ha declarado hace semanas y meses, de la necesidad de construir más allá de las siglas, y no pueden ser si no favorables. Aunque no me preocupa en exceso. Sí dirigirnos a los ciudadanos, dado que muchas veces en CS se ha hecho lo contrario.
P-. Nexo aboga por planteamientos de centro, abiertos a derechas e izquierdas, mientras que en el manifiesto firmado pide ocupar concretamente el espacio socialdemócrata. ¿No hay cierta incoherencia?
R-. No es incompatible. Nexo quiere sumar a toda la gente que ocupa el espacio de la igualdad, las reformas y el progresismo. Que cree en el Estado del bienestar, la independencia de los controladores, la transparencia, la reforma de la justicia, en la educación y la sanidad pública, y en el ascensor social. Básicamente es el mismo espacio de la socialdemocracia europea. Y estamos en esa tarea. Nexo pretende agrupar en torno al debate de esta necesidad entre quienes tenemos una misma conjunción y no un perfil liberal-conservador que ya se ha ido al PP. Y el manifiesto es un llamamiento a la creación de un partido. La parte reformista es la que nos sigue vinculando a CS, y no hay incompatibilidad entre Nexo o el manifiesto, como no la hay con otras formaciones que están moviéndose en ese espacio como El Jacobino.
P.- ¿Cuál es el objetivo que tiene que tener esa alternativa moderada?
R-. Tenemos que dirigirnos a quienes quedan huérfanos de un PSOE que defiende la impunidad de los poderosos, de la oligarquía y de los barrios altos de Barcelona [hace referencia al grueso de votantes de Junts]. El PSOE ha renunciado a los principios básicos de la socialdemocracia y abrazado el credo de sus socios. Lo que la socialdemocracia europea aporta forma parte de nuestro bagaje. Si entramos a definirnos con etiquetas, creemos en un Estado fuerte con políticas públicas eficaces e independientes por las que el acceso a la educación o la sanidad no sean impedimentos para construir una sociedad en la que la gente pueda llegar tan lejos como quiera con sus propios méritos. También en la defensa del Estado de derecho.
La gente que ha apoyado al PSOE ahora queda huérfana en beneficio de las oligarquías que respaldan a Junts o al PNV"
Es lo que se lleva haciendo en muchos países europeos hace mucho tiempo. Y está más cercano al centroizquierda que a los partidos que abogan por la eliminación de los impuestos o la desaparición del Estado. La gente que cree en eso estaba representada por el PSOE. Ahora la gente queda huérfana en beneficio de las oligarquías que respaldan a Junts o al PNV.
P-. La tarea es complicada. Primero por la extrema polarización existente, con PP y PSOE ya enlazados con los extremos del arco parlamentario. Y segundo porque la historia de los partidos centrados en España ha sido de ascenso y rápida caída: UCD, CDS, UPyD y por último CS.
R-. Déjennos que nazcamos y muramos aunque seamos pocos. Me apellido Sísifo [bromea]. Es el mito permanente, hay que subir la piedra y volver a caer. Ese trabajo es necesario, que haya gente independiente y crítica. Cuando se vive en una trinchera, bajo un cesarismo y aplaudiendo, hay menos posibilidades de morir que al aire libre. Hay que seguir saltando la trinchera y defender lo que uno cree y no sumarse al grupo de hooligans de turno [cree que la política está sujeta al argumentario único de los partidos, sin permisividad de pensamiento y lamenta el escaso margen de actuación individualizada, por ejemplo, en las votaciones del Congreso].
P-. ¿Por qué no se llega a acuerdos entre los dos grandes partidos? Feijóo ha propuesto a Sánchez un pacto de gobierno que daría estabilidad al menos dos años a España. Incluso podría abordarse como una gran coalición.
R-. Sánchez tiene una vanidad inconmensurable. Y es muy difícil que se produzca el diálogo porque la política actual se basa en desprestigiar al adversario. Hay que cambiar la disciplina parlamentaria, dirigirse a la del 'senador de Wisconsin' [ríe] y representar a tu territorio defendiendo a la vez los intereses de tu partido. Si fuera así igual se sumaban otras mayorías.
Igea pone como ejemplo a Borja Sémper, cuestionado en las filas del PP esta semana por emplear el euskera en el pleno de lenguas cooficiales de las Cortes.
Ahora mismo es urgente en un momento de polarización extrema. El martes veía con ternura cómo le atizaban a Sémper; quien tiende puentes, es sospechoso. El que cruza líneas siempre es un traidor. Tenemos falta de cultura democrática, y eso en los países del norte de Europa no pasa. Como decía Churchill, "un intolerante no es solo el que no cambia de opinión, sino el que tampoco lo hace de conversación".
P-. Hablando de cambios de opinión. ¿Qué valoración hace del uso de lenguas y de la posible ley amnistía que parece que se abre camino?
R-. Somos imparodiables. Me he pasado la vida en congresos de medicina y todos intentábamos comunicarnos en la lengua que entendíamos, el inglés. No nos hacía menos españoles. Si ya era difícil entenderse en el Congreso... Esto es crear un relato de balcanización que no es real. Todos nos entendemos en una lengua y es una bendición.
La amnistía quiebra el Estado de derecho. Uno puede ser generoso y perdonar a un delincuente porque se ha rehabilitado, pero no es el caso. Se decide el olvido de un delito porque unos señores tienen el poder de decidir un gobierno, y al final la gente que tiene poder acaba siendo impune. Es una barbaridad desde el punto de vista de la igualdad y no tiene cabida constitucional. Tampoco es válido desde el punto de vista moral, cuando se sigue apostando por la unilateralidad. Le dice a la gente que [en democracia] no se cometió un delito porque la circunstancias lo justificaban.
P-. Posicionando a Santiago Saura en la presidencia de Nexo y con la presencia de los parlamentarios afines a Bal, parece que se quiere replicar la estructura de partido que no fue tras las últimas primarias.
R-. No es una réplica. Es que Santiago es el mejor para hacer esto: una persona tranquila, con mucha capacidad, analítico, que sale de la universidad y tiene conocimientos. Lo que sería raro es que hubiera gente de la otra candidatura. Aunque sería bueno que se apuntasen. Somos los que queremos sumar, y no nos cogimos el nombre porque ya lo estaba.
P-. Como el mismo nombre indica, Nexo está abierto a la alianza con otras plataformas similares. ¿También a la Asociación Democrática Ciudadana? [es la nueva escisión civil de integrantes de Caminando Juntos, el partido de Macarena Olona, que antes pasaron por Vox y ahora buscan el centro].
R-. Estamos abiertos a todos menos a los despistados. Para militar en Vox y no darse cuenta de lo que es, esa gente más que seguir haciendo partidos debería estudiar. Están muy despistados.
Yo no quiero presidir un partido, ni ser portavoz ni candidato. Hay gente joven y preparada y hay que darles cobertura"
P-. ¿Tiene aspiraciones personales de cara a esa renovación del espacio?
R-. En mi caso, no tengo ninguna aspiración personal en esto. Tenemos aspiración en el sector crítico de CS. Yo no quiero presidir un partido, ni ser portavoz ni candidato. Hay gente joven y preparada que tiene ganas, y el objetivo es intentar confluir teniendo claro que tenemos que darle cobertura con el grado de conocimiento que tenemos. Queremos ayudar, no protagonizar; porque ese tiempo ya pasó. Continuaré ejerciendo como procurador en Castilla y León.
P-. ¿Se dará de baja de CS al final de la legislatura o si surge ese nuevo partido próximamente?
R-. Actualmente estoy suspendido de militancia, no puedo dejar lo que no tengo [ríe]. No sé cuando se resolverá, pero es curioso, en un partido firmemente creyente del Estado de derecho, tener a un señor suspendido privándole de sus derechos. Represento a CS y pago la cuota, porque no quiero que me pase como a Al Capone: que me acusen de evasión de impuestos [vuelve a reír].
P-. ¿Cuál es el nivel de contactos que mantiene, como procurador en Castilla y León, con la dirección nacional para la actuación del partido?
R-. Es inexistente. Tenemos un gran equipo en las Cortes: de prensa, asistentes, para el programa... No nos va mal [ríe]. No hemos tenido noticias del partido desde hace meses. No nos han llamado, no nos piden cosas, ni siquiera comparten nuestros contenidos en redes. Parece que no tienen procurador [el único cargo regional que le queda a CS]. No me quejo, no está en mi costumbre, porque creo que en la vida quejarse resuelve pocas cosas.
P-. Dicen que la corriente crítica, la más progresista de CS, es quien se ha quedado "las ideas". ¿No las tiene ya CS?
R-. Los hechos son que estamos perdidos de la vida política general tras la renuncia a las generales y los debates. No somos actores visibles más allá de nuestra actuación en Europa. No es que no tengamos ideas, es que directamente no existimos. Y si las hay, nadie las conoce.
P-. El objetivo de la actual dirección era centrar todos los esfuerzos en las elecciones europeas del año que viene.
R-. El reto de las europeas es imposible. Si no te presentas tienes que desaparecer. Lo que no te puedes es convertir, que es lo que me preocupaba, en un barco semihundido en un canal en el que ni se navega ni se deja navegar. Tenemos que liberar el canal y navegar, porque creemos que existe, que hay gente que quiere pasar y hacer cosas. No podemos ser el perro del hortelano, sin comer ni dejar comer. En Castilla y León estamos en el debate, presentando enmiendas... Pero es que ni nuestro partido ni nos da altavoz. No critico nada, describo la realidad.
Soy crítico desde 'pequeñito'. Ni Albert Rivera me abrió un expediente disciplinario. Los partidos que expulsan, cada día son más pequeños"
P-. Que errores de calado se han cometido para llegar hasta aquí, más allá de escorarse a la derecha o el cesarismo que denuncia?
R-. Se apostó por el 'conmigo o contra mí'. Por el 'no se queda quien no aplaude'. Por un poder omnívoro y poca capacidad para afrontar las críticas. Se ha visto con la apertura de un expediente disciplinario a mí [y a Bal]. No me lo ha abierto ni Albert Rivera, y soy crítico desde 'pequeñito', está en la hemeroteca. Los partidos que expulsan o pierden militantes cada día son más pequeños.
P-. Ha lamentado en varias ocasiones que no pactar con el PSOE en 2019 fue el principal error de CS.
R-. Se cometió un error grave que nos hubiera permitido presentarnos en serio, con 180 escaños. Y fue doble, contra CS y por colar al PSOE con los socios que le han llevado donde hoy está.
P-. ¿Y en Castilla y León? Apoyaron a Mañueco y no a Tudanca.
R-. También lo he dicho varias veces. Podríamos haber hecho una regeneración como en Andalucía. Fueron dos graves errores, aunque más el primero.
P-. Al final acabó expulsado CS e incorporándose Vox junto a Mañueco. ¿Qué considera que funciona peor desde entonces?
R-. El PP. Es incapaz de llevar su agenda, la lleva García-Gallardo con la barbaridad del día que se le ocurra. El efecto también es nacional. Feijóo ha sido incapaz de separarse de un discurso populista, del odio. Me sorprendió que no se hiciera nada con el tema del aborto cuando se explotó en Castilla y León. No separarse le ha matado. Tuvo la oportunidad de ir como centrista confeso y no lo hizo. La gestión tras las autonómicas es un desastre, pero es Mañueco quien abre la puerta a ello, a matar la alternativa a Sánchez.
P-. Si no hay nuevo Gobierno y CS sigue sin querer presentarse, ¿se movilizarán para poder hacerlo ustedes? Tanto como Nexo o con una fuerza nueva.
Habrá que verlo. Sería difícil por lo precipitado, pero si no hay Gobierno entendemos que es porque no se ha cedido a algo que es intolerable [la amnistía]. Habría que ver como se articula y como se explica desde el PP y el PSOE. Sánchez está a tiempo y espero que el PSOE no se siga equivocando. Si la legislatura echa a andar, la situación será muy complicada.
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