Cada día vivimos sorprendentes episodios de la revolución de la inteligencia artificial. Su capacidad para cambiarlo todo nos ha golpeado esta misma semana, cuando nos enteramos que unos menores de la localidad extremeña de Almendralejo usaban una app para desnudar con una IA generativa los cuerpos de unas niñas en fotos que han difundido por sus redes. Un deepfake con el que han incurrido, posiblemente, en varios delitos.
La IA tiene tantos impactos virtuosos en nuestra vida como negativos. Y los deepfake son un buen ejemplo. Sustituyen la realidad con otra plausible, visten al Papa con un plumífero de moda, recrean una detención de Donald Trump y reproducen la voz de Obama, tan genuinamente que cuesta ver su falsedad.
El poder político empieza a verse salpicado por la ola innovadora de la IA en varios aspectos. La política va a sufrir importantes cambios que van a afectar a nuestro sistema. El más inmediato, que ya se observa, es cómo entra en juego una desinformación creada gracias a las IA generadoras de imágenes, vídeo y audio.
Pero esta tecnología también se alía con los políticos para que estos puedan llegar mejor a los electores y afinar en los mensajes que envían a la sociedad. En definitiva, dirigir al ciudadano a poner la papeleta en la urna que ellos quieren. Y eso está por ver cómo impactará en nuestra democracia.
Una tecnología incipiente
"Sólo hay algunos actores a nivel internacional que las estemos empezando a usar. Yo soy uno de ellos", afirma el consultor Aleix Sanmartin. "Está en una fase muy, muy beta, estamos todavía en una fase muy incipiente de agentes que somos pioneros en el uso de la tecnología, de los algoritmos, de las cuestiones que estamos empezando a usar en algunos países", añade.
Según este consultor, que ha realizado campañas en México y en España en el ámbito autonómico y nacional para PP y PSOE, la inteligencia artificial todavía no puede hacer estrategias lo suficientemente brillantes como para poner una campaña a su servicio. "En el top de la dirección estratégica la IA, no está, pero lo estará", asegura Sanmartín.
Sin embargo, los expertos detallan que en nuestro país los partidos ya están empleando esta tecnología para varias cuestiones. "Yo mismo la he utilizado para elaborar discursos y analizar los de los rivales políticos de mis clientes, tanto en vídeo como en audio. Y también para crear eslóganes de campaña", resume Isaac Hernández, consultor político.
"En las elecciones municipales y generales de este año el mayor uso fue en deepfakes, por ejemplo con el meme de 'Perro Sanxe'", explica Carlos Guadián, consultor de tecnología y comunicación. "Pero si vamos a una repetición electoral en enero su uso aumentará y bastante. Es verdad que a los partidos conservadores les está costando más usarla. Pero es una tecnología que está teniendo una evolución impresionante. Por ejemplo, estos días hemos visto vídeos de Feijóo hablando inglés con IA. Eso puede potenciar mucho la internacionalización del mensaje", añade.
Según Martín Piqueras, profesor de OBS Business School y experto en estrategia digital en Gartner, el uso de la inteligencia artificial está permitiendo a los políticos y otros grupos de interés realizar dos tipos principales de actividades.
"Por un lado, analizar esos datos de una forma más inteligente y accionable, por ejemplo, entendiendo los sentimientos de la gente. ¿Cuántos están enfadados con el candidato?, ¿A cuántos les ha hecho cambiar de opinión este comunicado? El análisis de sentimiento permite a los políticos ir más allá de conocer cuantas personas le siguen y desde dónde. Incluso prever cuáles de ellos le votarán, o de qué partido vienen", explica.
Y por otro lado está la capacidad de influenciar de la IA en canales de comunicación como las redes sociales. Lo ejemplifica Piqueras: "Es decir, manipulando a la audiencia con contenidos ideados por la propia IA que permitan incrementar el número de votantes, creando estados de opinión que posibiliten, por ejemplo, cambiar el signo del voto utilizando robots de IA".
Ciudadanos comprometidos
No siempre un partido tendrá que crear bots para que lance mensajes de apoyo a los suyos, ya hay ciudadanos muy comprometidos con las siglas capaces de usar las herramientas de la IA para lanzar mensajes. "Se abre un horizonte de posibilidades a las personas que dan su apoyo a unos partidos u otros, que pueden utilizar estas herramientas", reflexiona el politólogo Jordi Sarrión-Carbonell.
En este sentido, Hernández menciona el caso de Javier Milei. Y lo cierto es que en una entrevista reciente Fernando Cerimedo, asesor del político argentino, admitió que están creando "cuentas con inteligencia artificial" en redes sociales que tengan "cierto volumen y cierta credibilidad", para después utilizarlas y elaborar "una estrategia definida, con distintos contenidos y que tengan influencia".
"Monitoreamos diariamente de qué se está hablando en general, recopilamos datos, vemos por dónde pasa la conversación en relación a Javier, y qué interesa. Y a partir de eso, evaluamos si salimos hablar o no, vemos el impacto de un posteo o noticia, y cuántos la leyeron o interactuaron. O decidimos si disparar o no un tema. Y también vemos cuántas de las cuentas que hablan de él son reales y cuáles no", detalló Cerimedo.
Un mundo de mentiras
El poder de manipulación de la IA es casi indeleble según Piqueras. "Un reciente estudio ha demostrado que un 92,5% de los contenidos fake generados por estos grupos de opinión permanecen como verdaderos en las redes más allá de un mes, con lo que los esfuerzos de moderación de las empresas de redes sociales no están siendo capaces de controlar este tipo de información", asegura el académico.
Estas metodologías, tanto de análisis político como de influencia, "están ampliamente extendidas y su uso crecerá" sostiene Piqueras. Para él, es una de las principales amenazas de la IA por la desinformación que causa tanto en estados, como grupos de interés y políticos en redes. "Están utilizando la IA para ejecutar estrategias predefinidas de hacking social con las que influenciar a la sociedad aprovechando ciertas debilidades del humano, como el sesgo optimista, que nos hace creer a pie juntillas lo que nos diga alguien cuando lo que nos dice pensamos que nos favorecerá", afirma.
Del Big data a la IA para captar votantes indecisos
El salto de la IA llega a la política para afinar el uso del Big Data, que ya ha supuesto importantes transformaciones en las democracias actuales. "Cuando hablamos de Big Data, hablamos de la recopilación, agrupación y clasificación sistemática de toda una serie de datos y el establecimiento de categorías con ellos que después nos permiten operar. Un ejemplo muy claro nos lo encontramos en el Brexit. Esto se hizo muchísimo, a través, por ejemplo, de los datos que existían sobre una persona, como a qué páginas había dado 'Me gusta'", relata el politólogo Jordi Sarrión-Carbonell.
El cambio que promueve la IA es ir más allá de esa segmentación, "permite crear automáticamente mensajes para esos segmentos. Estamos hablando de una transformación total, porque ya no es que yo utilice la información para segmentar, ordenar y para poder conocer mejor, por ejemplo, cómo es un mercado político, cuáles son los electores, y cómo son, en qué piensan y qué quieren, sino que ahora directamente puedo hacer mensajes personalizados. Con lo cual entramos en un campo que en España todavía no está muy explorado", asegura el politólogo.
Esa capacidad de hilar tan fino es clave para llegar a nichos de votantes a los que de manera tradicional no se llegaría. En la España actual, donde hay tantas alternativas políticas, cada voto puede suponer una diferencia sustancial. Y ahí ganan una extrema importancia los indecisos. "La mayoría de la gente ya sabe qué va a votar. En torno al 70% decide de manera ideológica. Pero la indecisión está aumentando mucho en los últimos años. En las últimas generales a falta de 15 días el 36% de la gente no tenía decidido su voto", explica Xavier Peytibi, consultor en comunicación política.
De acuerdo con el experto, ese otro 30% de la población decide en función de lo que siente en ese momento. Del contexto. Por eso los mensajes políticos que consiguen generar impacto consiguen que las elecciones se decanten de un lado o de otro. Cada herramienta nueva puede jugar un papel fundamental en este sentido. Y la IA no es una excepción.
La capacidad de hacer que el mensaje llegue rápido también será clave. "La gente analiza una foto en 33 milisegundos. Primero ve, luego escucha y luego siente. Por eso el proceso que se sigue es primero la atención y luego la emoción, el recuerdo y el voto. Está muy estudiado, por ejemplo con el seguimiento ocular de una imagen de un cartel electoral. En el mundo comercial esto lleva haciéndose 30 años, y ahora está sucediendo en la política", detalla Hernández.
Aspectos que la IA cambiará en la política
- Más accesibilidad. Hasta ahora si querías hacer análisis de datos profundos necesitabas tener en tu plantilla a gente formada en ese campo. Las herramientas con IA, en cambio, permiten que esto lo haga cualquier persona. Algo que, según apunta Guadián, puede acabar siendo un peligro. Porque "si te pones a estudiar los datos sin tener una idea clara de qué quieres hacer la IA te llevará a donde ella quiera, y se pueden obtener análisis sesgados o equivocados".
- Segmentar los mensajes. Es decir, dirigir a cada audiencia un contenido adaptado a ella. "Podría ayudar a hacerlo de manera mucho más afinada que hasta ahora. Y es algo importante, porque puedes dirigirte a una provincia, una ciudad o un grupo de individuos en concreto", comenta Guadián. En este sentido Sanmartín reconoce que esto en su consultora ya se está haciendo de manera que, con la IA, ha creado mensajes para las distintas provincias españolas o mexicanas en campañas electorales.
- Ahorro de costes. "El trabajo que hacen 10 personas lo puede hacer una máquina", asegura Hernández, que considera que la IA ya es capaz de persuadir y emocionar de una manera similar a la humana. El experto apunta que esto podría traducirse en una pérdida de puestos de trabajo. Aunque por el momento esta tecnología necesita siempre supervisión humana.
- Ahorro de tiempo. En todos los sentidos. "Cuando se hacen escritos y comunicados de cualquier tipo muchas veces tardas demasiado. Ahora la IA permite escribir un artículo y casi escribir un libro en segundos. Y luego sólo tienes que adaptarlo a tu vocabulario. Por eso digo que no ha habido un cambio tan grande desde las redes sociales", asegura Hernández.
- Planificar mejor la comunicación política. Todos los puntos anteriores permiten que definir tus actuaciones a medio y largo plazo sea mucho más fácil. Lo explica Hernández: "Puedes programar la comunicación de un año entero y que se publique automáticamente. Centenares de tweets, decenas de comunicados… La gente ha dejado mucho rastro de ellos mismos en Internet. Hay muchos datos, así que somos muy previsibles. Y pueden adaptar el discurso para emocionarnos".
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