Alberto Núñez Feijóo promete responder a la "cacicada", a la "indignidad" de la amnistía, "cueste lo que le cueste". Lo gritó este domingo en una abarrotada plaza de Felipe II, en Madrid, 40.000 personas según la Delegación del Gobierno, 60.000 según el propio PP, y acompañado de la cúpula de su partido y de todos sus barones autonómicos. Pero la exhibición de músculo orgánico no generará un movimiento de respuesta en el PSOE. En el equipo del presidente en funciones, Pedro Sánchez, insisten en que el plan para lograr su investidura no queda resentido, y por tanto se seguirá caminando en la misma dirección, abriendo por tanto la senda hacia el perdón total a los encausados del procés. En Ferraz y en la Moncloa repiten que en absoluto una "mayoría social" respalda a los populares, como ellos defienden, cuando apenas quedan unas horas para que Feijóo afronte una votación de investidura que, salvo sorpresas, será fallida.
Los socialistas ya daban por descontado que el PP lograría reunir a una multitud en Felipe II, corazón del madrileño distrito de Salamanca, inexpugnable feudo conservador. La movilización de los aparatos territoriales y la llegada a la capital de decenas de autocares garantizaba una respuesta sólida de sus bases, recuerdan. Así que la magnitud de la convocatoria no sorprendió en las alturas del partido y del Gobierno. Es más, creen que no fue en absoluto apabullante: "En la plaza de Colón esto habría sido un pinchazo", aducen desde Ferraz, aludiendo a la foto icónica de las tres derechas en febrero de 2019, en una manifestación que congregó a 45.000 personas, según cifras oficiales —200.000, según los organizadores—, y que ya entonces los socialistas calificaron de fracaso. Esa misma semana, Sánchez convocó los comicios del 28 de abril en los que firmó una amplísima victoria (123 escaños) y en los que se hundió el PP de Pablo Casado (66).
Cuando Zapatero rompía España, se manifestaba un millón de personas. Con nosotros, 40.000. Se ve que la rompemos menos. O sea, que no se creen ni ellos sus propias mentiras", aseguran en el círculo del presidente
Los interlocutores del presidente en funciones recuerdan que la derecha se movilizó de manera extraordinaria, y de manera repetida, en la primera legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2008), con concentraciones mucho más multitudinarias que la de este domingo, y después en las urnas el líder socialista salió reforzado.
"Aquellas manifestaciones contra el Estatut, contra el matrimonio igualitario o contra el proceso de paz no bajaron de 150.000-300.000 personas. Y este [la amnistía] es el tema más grave desde la Transición, según ellos. Así que poca gente", coinciden desde el entorno de expresidente Zapatero. Por ejemplo, la marcha convocada por la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) en junio de 2005 contra el diálogo con ETA sacó a las calles a 240.000 personas, según la Delegación del Gobierno, y entre 500.000 y un millón, según los convocantes.
"Están con su raca-raca de siempre. Sin más", sentencia un ministro de peso. "Cuando Zapatero rompía España, se manifestaba un millón de personas. Con nosotros, 40.000. Se ve que la rompemos menos. O sea, que no se creen ni ellos sus propias mentiras", señalan desde el círculo más cercano a Sánchez. En el Gobierno subrayan que en absoluto el PP puede afirmar que le respalda una "mayoría social": "La mayoría social es lo que sale de las urnas. Lo demás, sueños", concluyen en la Moncloa, donde también rechazan la aseveración de Feijóo de que el presidente en funciones no está "autorizado a negociar con la dignidad de los españoles". "Quien está autorizado y quien no lo está lo deciden los ciudadanos con su voto, y ni el PP ni Feijóo llegan", apostillan.
En cualquier caso, los socialistas se aferran a su hoja de ruta. Sin cambios. Primero, que se consume el fracaso del líder de los conservadores esta semana, en primera votación del debate de investidura, el miércoles 27, y en segunda vuelta, el viernes 29. A partir de ahí, previsiblemente el Rey abrirá una nueva ronda con los líderes políticos de la que saldría postulado Sánchez. Será ese el momento, como ha prometido él mismo, en que el PSOE exprese con "franqueza" y "transparencia" cuáles son sus condiciones, sus líneas rojas. Su pretensión es solicitar la confianza del Congreso pronto, si es posible en la segunda quincena de octubre, aunque la fecha no está decidida y Ferraz quiere dar "tiempo" a Junts a apearse de sus "posiciones de máximos". A "virar el transatlántico".
Para el PSOE, quien puede tener que plantearse su hoja de ruta es el PP, si Feijóo "sigue en la oposición o se se acabará marchando". Y recuerda que siguen faltándole cuatro diputados
"El plan lo tendrá que cambiar el PP, no nosotros", responden desde el equipo monclovita del presidente. Lo mismo indican en Ferraz: "Habrá que ver si cambia la hoja de ruta de Feijóo. Si seguirá en la oposición y si se acabará marchando. Esa es la duda. Y qué pasará con los clanes dentro del PP una vez fracase la investidura. Como entierro de Feijóo lo de este domingo ha sido precioso. Esto ha sido el equivalente a la plaza de toros de Valencia con Casado [en octubre de 2021]. Un 'te queremos, hasta la semana que viene, que ya veremos'". Cuatro meses después, Casado fue decapitado por su partido. "Fueron a desahogarse porque no van a ser Gobierno y va a ser presidente el malvado Sánchez. ¿Qué ofrecieron? ¿Qué incentivo dieron a la gente? Cabreo y exageración… solo eso", glosa otro dirigente muy conectado con el líder socialista. "No eran demasiados manifestantes para lo que están jugándose. ¡Y les siguen faltando cuatro diputados!", ironiza una veterana parlamentaria nacional socialista.
Feijóo "se boicotea a sí mismo"
Sánchez, desde la pineda de Gavà, en Barcelona, en la Fiesta de la Rosa del PSC, lanzó señales claras de que no le quebrarán. Ante 15.000 militantes —según la organización— y arropado por la plana mayor del partido hermano, con Salvador Illa a la cabeza, el presidente cargó contra el "candidato fallido", contra un Feijóo que "se boicotea a sí mismo" al salir a las calles a tres días de una votación abocada al fracaso. "Se están manifestando en contra de un Gobierno socialista. Pues lo siento, va a haber un Gobierno socialista —aseguró—. Lo tenemos claro: hay números para un Gobierno progresista del PSOE con el partido de Yolanda Díaz, que ponga todos los diques a un Gobierno de Feijóo con [Santiago] Abascal".
Sánchez insiste ante las bases del PSC en que continuará avanzando "en derechos y convivencia", y siempre con la Constitución "como marco". Reprocha al PP que aliente "la peor de las corrupciones, el transfuguismo"
El presidente en funciones insistió en que buscará "votos hasta de debajo de las piedras" para garantizar otra legislatura de progreso —para "subir el salario mínimo, seguir garantizando la revaloración de las pensiones, las becas y la igualdad"—, una formulación que ya utilizó en campaña y también después. Su propuesta es "seguir avanzando en derechos y convivencia" a través del diálogo y con la Constitución española "como marco", reiteró, en un nuevo aviso tanto a los independentistas como a la derecha, que lo acusa de querer saltarse la Carta Magna, y hasta a la vieja guardia de su partido. El líder socialista en ningún momento mentó la palabra amnistía. Tampoco lo hizo Illa. Esa palabra no aparece en los discursos aunque sea el eje de las negociaciones con Junts.
Y si los socialistas seguirán cumpliendo "de pe a pa" la Constitución, el PP la incumple, dijo, al impedir la renovación del Poder Judicial cinco años después. No solo eso: Sánchez reprochó a Feijóo y a su partido que esté promoviendo el transfuguismo, al alentar que haya disidencia en las filas del Grupo Socialista que permitan su elección como presidente esta semana. Eso ocurre porque el PP, señaló, "no acepta el resultado de las urnas". "Habrá que recordar que el PP echó a Pablo Casado por denunciar un caso de corrupción de [Isabel Díaz] Ayuso aún por esclarecer. Y ahora vemos a Feijóo apelar a la peor de las corrupciones, el transfuguismo. Van de mal en peor".
Para el jefe del Ejecutivo, el PP en realidad "no se preocupa ni por España ni por los españoles", solo se preocupa por sí mismo. "Siempre han clamado cuando ha gobernado el PSOE con que España se rompe, y resulta que cuando más cerca estuvo de romperse fue con un presidente del Gobierno del PP, Mariano Rajoy, y con una declaración unilateral de independencia que se aprobó en el Parlament de Catalunya [en 2017]. ¡Y lo que estamos haciendo hoy es pasar página, por la convivencia, la concordia y el reencuentro!". Esa fue la referencia indirecta a la amnistía, porque el relato gubernamental, que ya está trenzando, es que hace falta "pasar página" de manera definitiva del procés y seguir construyendo "convivencia".
Illa: "Es un auténtico insulto" que hablen "de 'tamayazos'"
Sánchez encontró el pleno respaldo de Illa para profundizar en ese proyecto de "convivencia" en Cataluña y una España "plural", frente a un PP "experto en derribos". El primer secretario del PSC también cargó contra el PP por las llamadas a la disidencia: "Es inaceptable que algunos hablen abiertamente de tamayazos y planteen comprar voluntades. Es un auténtico insulto. Pero es una manifestación de ignorancia. No saben con quién están tratando. Los socialistas nos vestimos por los pies y somos socialistas de pies a la cabeza".
En el PSC ven complicado que pueda haber una renuncia pública y expresa de Junts a la vía unilateral
Aunque Sánchez y su equipo se muestran razonablemente optimistas, nada hay seguro, porque la investidura depende, fundamentalmente, de la decisión de Carles Puigdemont, que en apenas un mes debería culminar un giro en su posición política: ya acepta el diálogo con el PSOE, que tanto criticó a ERC, y ha renunciado a colocar el referéndum de autodeterminación como condición previa, pero ahora los socialistas quieren que renuncie a la unilateralidad. En la cúpula del PSC, informa Servimedia, ven complicado que pueda haber una renuncia pública y expresa a intentarlo por esa vía. "Si lo vuelven a hacer les pasará lo mismo que les pasó, y lo saben", advierte un ministro, que recuerda que en estos seis años el independentismo "no se ha saltado la ley".
"Discreción y prudencia", recetan en el entorno de Illa. Los socialistas creen que Junts, quinta fuerza en votos Cataluña el 23-J, por detrás del PSC, Sumar, ERC y PP, no tiene incentivos para volver a las urnas, además de que en la comunidad el mensaje de la sociedad fue claro: rechazo a la crispación y a la eventualidad de un Gobierno de PP y Vox. Sí creen en el PSC que la cuestión de la amnistía es más un asunto polarizador y de combate en Madrid, más digerido en Cataluña, aunque creen que ha de explicarse "bien". Sánchez ya empezó a construir la pedagogía el pasado miércoles desde Nueva York, y la desplegará en cuanto reciba el encargo del Rey. Por eso mismo no quiere que la hipotética ley de perdón del procés —probablemente no se llame amnistía— se tramite y apruebe antes de la investidura, como quiere Junts.
Esta semana sí será clave. Acaba el tiempo de Feijóo y, presumiblemente, arrancará el de Sánchez. Ahora sí.
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