El PSOE dice mantener la calma. Todo sigue igual, defiende. La negociación con Junts y ERC para la investidura de Pedro Sánchez continúa, y eso es, cree, lo sustancial. Lo demás es pura "palabrería", "gesticulación". Pero nada, al menos todavía, es suficientemente poderoso como para hacer descarrilar los contactos. El acuerdo dista de estar cerrado, pero en la cúpula el optimismo no se ha roto.

Y no se ha roto, no del todo, pese a que este jueves ERC y JxCAT pactaron una propuesta de resolución sobre el derecho de autodeterminación [aquí en PDF], por la que se conjuran para "no dar apoyo a la investidura de un futuro Gobierno español que no se comprometa a trabajar para hacer efectivas las condiciones para la celebración de un referéndum". También señalan que el mandato del 1-O "podrá ser sustituido por un referéndum acordado con el Estado". Una alianza entre las dos formaciones independentistas a la que, de entrada, PSOE y PSC respondieron pasadas las 20 horas con un comunicado conjunto [aquí en PDF] con el que avisan de que no aceptarán negociar una consulta: "Por ese camino, no hay avance posible".

JxCAT y ERC se comprometen a no investir a Sánchez si no "trabaja para hacer efectivas las condiciones para la celebración de un referéndum"

Como todo en esta fase preliminar, previa al encargo del Rey a Sánchez que supondrá la formalización de las conversaciones, hay que leer entre líneas. Y eso sucede con la nota de los socialistas, ya en sí misma muy relevante por cuanto hasta ahora no habían respondido públicamente a las exigencias de ERC y Junts de las últimas semanas. Ni siquiera de su boca ha salido en declaraciones públicas la palabra amnistía. Primero, PSOE y PSC "reiteran su voluntad de apostar el diálogo como la única forma de garantizar el progreso y la convivencia en Cataluña", la reflexión que ha acompañado la última legislatura y que ahora es capital de cara a procurar la investidura del presidente en funciones.

Los dos partidos hermanos señalan a continuación, y aquí está lo importante, que el diálogo "ha de servir para superar la división y no para profundizar en la ruptura y la discordia que tanta tensión generó de forma estéril en Cataluña y en el resto de España". "Por ese camino, no hay avance posible", remarcan. PSOE y PSC se refieren al referéndum, la vía unilateral que los independentistas tomaron en 2014 y sobre todo en 2017 —hará este domingo, 1 de octubre, seis años—. Pero Sánchez ha venido sostenido, y con él todo su equipo y el PSOE, que una consulta de autodeterminación no solo no cabe en la Carta Magna, sino que es divisiva y no construye convivencia. Su propuesta siempre ha sido, han venido reiterando los socialistas, una consulta sobre un acuerdo, que puede plasmarse en una reforma estatutaria. Nunca una solución binaria de o no.

El comunicado en sí mismo es relevante y remarca el rechazo a un referéndum, aunque no se explicita la palabra, como tampoco la amnistía

Dicho de otra manera, PSOE y PSC explicitan cuál es su línea roja de cara a la negociación: no al referéndum. Cuando Carles Puigdemont avanzó sus condiciones para la investidura, sí incluyó la ley de amnistía, pero no la consulta de autodeterminación, y eso fue visto como un avance, porque lo que habría impedido el acuerdo sería la exigencia de un plebiscito. En todas estas semanas de absoluto hermetismo por parte de Sánchez y de sus colaboradores, sí se ha insistido, y así se ha trasladado a ERC y Junts, que la barrera infranqueable para ellos es el referéndum. Antes de las generales del 23-J, también los socialistas indicaban sin asomo de dudas que la amnistía no cabía en la Constitución y ahora esa ley de borrado de los delitos del procés es objeto de negociación, es la clave de bóveda de la investidura del líder socialista.

El mensaje del 23-J

El comunicado continúa apuntando que "el camino es el de la convivencia y la cohesión, el entendimiento y el progreso económico y social de Cataluña y del resto de España, siempre dentro de la Constitución". Este es otro subrayado constante: no se hará nada que suponga un quebranto de la Constitución.

Esto no complica más lo que ya era complicado. La investidura es complicada por la competencia entre ERC y Junts. De ahí los aspavientos. Quienes más hablan son los que menos saben", asegura un dirigente conocedor de los contactos

Por último, PSOE y PSC recuerdan que en las últimas elecciones generales, "la sociedad catalana en particular, y la española en su conjunto, han apostado de manera amplia por un Gobierno progresista que continúe la senda de diálogo, acuerdos y concordia iniciada hace cuatro años, y no por mirar al peor pasado sino por seguir construyendo juntos un futuro mejor". El presidente ha reiterado que quiere "pasar página" y de forma "definitiva" del procés, no volver a él, algo que demostraron las urnas del 23-J con una victoria rotundísima del PSC.

La propuesta de resolución conjunta de ERC y Junts se cruzaba en un camino ya de suyo muy complicado. Pero en el equipo de mayor confianza de Sánchez repetían que nada se rompía. "Es palabrería, se dirigen a su público", aseguraba un alto cargo implicado en los contactos. "Saben que por ahí no hay camino, saben lo que hay", agregaba. "Mucha gesticulación", apuntalaban desde el entorno del primer secretario del PSC, Salvador Illa. Y es que los socialistas ya asumen que lo que "dificulta" mucho las conversaciones es la pugna constante entre los dos partidos independentistas, con el riesgo de que entren en una espiral de confrontación total que haga subir el precio de la investidura de Sánchez. "Nosotros dejamos las cosas claras, así que ellos verán", completaban en el círculo de Illa, donde se dicen "moderadamente optimistas".

"Esto no complica más lo que ya era complicado. La investidura es complicada por la competencia entre ERC y Junts. Pero una cosa es la negociación, y de lo que se está hablando [la amnistía], y otra lo demás. Y esto les pasa tanto a ERC como a Sumar. De ahí los aspavientos. Quienes más hablan son los que menos saben. Hablan Pere Aragonès o Yolanda Díaz, cuando nada se negocia con ellos", asevera un dirigente socialista conocedor de las conversaciones. Y es que el interlocutor es Junts, porque se asume que ERC no se echará atrás en caso de acuerdo con los de Puigdemont.

Los colaboradores del presidente y el PSC hablan de "mucha gesticulación" de JxCAT y ERC, de movimientos dirigidos "a su público": "Ellos saben lo que hay"

Los socialistas creen que aunque no sea fácil llegar a la concreción de esa ley de amnistía, y aunque no haya un acuerdo cerrado, el escenario "sí lleva" al consenso, porque el expresident sabe que tiene a la Justicia esperándole y que no puede "desaprovechar una oportunidad como esta", en la que los votos de sus siete diputados en el Congreso son decisivos. "Otra cosa es que a ellos les permitamos decir estas cosas del referéndum. Pero saben que no podemos abrir otro problema. Queda la última frontera, la amnistía, y con ella se les priva de su último argumento, les quitas victimismo, pero hasta ahí", explica esta misma fuente.

El último envite del independentismo, en su primer movimiento unitario desde hace mucho tiempo, puede trabar los deseos del PSOE de ir a una investidura rápida a finales de octubre. Este mismo jueves, Sánchez volvía a exhibir optimismo y prometía un Gobierno de coalición progresista "dentro de poco tiempo". Todavía no hay fecha, y se fijará en función de la marcha de los contactos, que se acelerarán a partir de la próxima semana.

La letra de 2019

En ERC, sin embargo, señalan que no se trata de gesticulación. Su objetivo, indican a este diario desde la cúpula, es "garantizar que las negociaciones para encontrar una solución democrática al conflicto catalán, sea en el formato que se decida, seguirán a lo largo de la próxima legislatura".

PSOE y ERC pactaron en la pasada legislatura explorar un acuerdo de mayorías que sería "validado democráticamente"

"La propuesta catalana pasa por un referéndum de autodeterminación, y falta por ver cuál es la solución democrática que trae a la negociación el Gobierno", reiteran.

Los republicanos recuerdan, en este sentido, lo que ellos y el PSOE firmaron para la investidura de Sánchez en enero de 2020 [aquí en PDF]: el conflicto catalán "solo puede resolverse a través de cauces democráticos, mediante el diálogo, la negociación y el acuerdo, superando la judicialización del mismo". Ambas partes se comprometían entonces a buscar acuerdos dentro de la mesa de diálogo que "cuenten con un apoyo amplio de la sociedad catalana".

Y añadían: "Las medidas en que se materialicen los acuerdos serán sometidas en su caso a validación democrática a través de consulta a la ciudadanía de Catalunya, de acuerdo con los mecanismos previstos o que puedan preverse en el marco del sistema jurídico-político". Ya en su momento el PSOE dejó muy claro que hablaba de una consulta para validar un acuerdo, siempre dentro de la Constitución, no para certificar una ruptura, como lo es un referéndum de independencia. Para ERC, el acuerdo de 2023 no debe quedar por debajo de aquello que rubricaron con el PSOE hace cuatro años.