Si hubo un mensaje que esgrimió Pedro Sánchez en la campaña del 23 de julio fue que España podía frenar a la derecha y ultraderecha, ejercer su papel de valladar. Y, a su juicio, lo consiguió. Este jueves era la ocasión para él de reivindicarlo de nuevo en un momento clave: en una reunión en Madrid del grupo de los socialistas y demócratas (S&D) en el Parlamento Europeo y en el día valle de la investidura de Alberto Núñez Feijóo. Si las generales, dijo, fueron la "derrota electoral" de la "propuesta reaccionaria" de PP y Vox, esta semana, y en concreto mañana viernes, con la segunda votación en el Congreso, se producirá la "consumación" parlamentaria de esa derrota. España dijo con su voto, aseguró, que la ultraderecha "no es imparable", que se puede detener "a pesar de la que derecha tradicional haya claudicado" y se haya "entregado" a las tesis más extremistas. Y, a su juicio, es algo que deben celebrar los socialistas de toda Europa, porque o prevalece la "respuesta europeísta" a los actuales desafíos, que encarna la izquierda, o sería "el comienzo del fin de la UE".

España, siguió, "se apresta a repetir ese Gobierno de coalición progresista dentro de poco tiempo". Es decir, que de nuevo confía en que su propia investidura llegue en unas semanas, aunque no precisó más. Es lo que calcula su equipo, que anhela que se culmine el proceso en octubre, aunque todo dependerá de la marcha de las negociaciones con los nacionalistas e independentistas. Sánchez se reafirmó en que el suyo es un proyecto de la "mayoría social", el de quienes el 23-J eligieron "avanzar y no retroceder", una mayoría social que dijo "sí al progreso y la convivencia" y un "no rotundo" a un PP "entregado a la ultraderecha". El presidente en funciones no se aproximó más al contenido de los contactos con ERC y Junts y, de nuevo, no mentó la palabra amnistía, la que sustenta esas conversaciones y la que será la llave de su reelección, si nada se tuerce.

Sánchez denuncia la abdicación de la derecha convencional, del PP, que ha sido "incapaz de resistir el embate de la ultraderecha". Un PP y un PP europeo que "sucumbe por flaqueza, por debilidad ideológica y por miedo", rubrica

El jefe del Ejecutivo evocó el "hilo invisible de fraternidad" que une a los progresistas de toda Europa, hilo que está en la raíz del proyecto socialista y socialdemócrata, por su carácter internacionalista. "Paramos la ola reaccionaria en España, le pese a quien le pese, y vamos a pararla el próximo año", en las elecciones europeas de junio, "decisivas" para el futuro del bloque comunitario, porque está "en juego la esencia de un proyecto que es faro de libertad, democracia, esperanza", tanto para sus 27 Estados miembros como para el resto del mundo.

Sánchez alertó, pues, de un "desafío tremendo", pues los progresistas se enfrentan a "fuerzas poderosas políticas y económicas", que "carecen de límites y escrúpulos", que se valen "del miedo y la mentira", que "manipulan" para "envenenar a la sociedad con mensajes de odio", que "desprecian la ciencia", que caen en el "negacionismo" o son abiertamente "antieuropeas". Si se ha llegado a ese punto, clamó, es por la "abdicación de la derecha convencional, del PP, que ha sido incapaz de resistir el embate de la ultraderecha". Un PP y un PP europeo que "sucumbe por flaqueza, por debilidad ideológica y por miedo". Recordó que en España los conservadores, allá "donde han podido sumar" con Vox lo han hecho, sin dudar "ni un segundo".

La pregunta, a juicio del presidente en funciones, es "quién ha parasitado a quién", y su respuesta es que han sido los populares los que han "asumido los postulados" de la ultraderecha. El ejemplo, señaló, está en Andalucía, donde el PP disfruta de mayoría absoluta y en cambio ha decidido "herir de muerte" el parque de Doñana. De este modo, "caen las líneas rojas", se "normaliza el discurso contrario a los valores europeos", a la ciencia, a la "razón", a la "memoria" incluso de los hombres y mujeres que salvaron con "dignidad" el Viejo Continente. De ahí su voz de alerta: toca a la socialdemocracia ser "mucho más socialista y mucho más europeísta", convertirse en el "baluarte", en el "bastión del ideal europeo", plantarse y decir que "los derechos y libertades no se negocian, que no se trafica con algo muy importante, la dignidad humana, y que el alma de Europa no está ni estará en venta".

O prevalece la socialdemocracia o se impone una ola reaccionaria y eso sería el comienzo del fin de la Unión Europea tal y como la vivimos, la pensamos y la sentimos"

PEDRO SÁNCHEZ, PRESIDENTE DEL GOBIERNO EN FUNCIONES

Para Sánchez, es obligación de los socialistas ofrecer "certezas" tras cada elección, pues cada pugna nacional es un "capítulo más dentro de una pugna global". Y así lo vivió él mismo, rememoró, en la batalla española del 23-J, y así deben encararse las elecciones europeas. Lo que está enfrente es, concluyó, una "lucha global", un "duelo entre el extremismo reaccionario y la respuesta social y democrática a los desafíos globales" que "condiciona ya el presente político".

"Así están las cosas tras la rendición de la derecha tradicional a los postulados de la ultraderecha. O prevalece la socialdemocracia o se impone una ola reaccionaria y eso sería el comienzo del fin de la Unión Europea tal y como la vivimos, la pensamos y la sentimos", reflexionó. Sánchez defendió que la socialdemocracia ha de lanzar el mensaje de que "nunca va a claudicar". "A esta familia política jamás le temblarán las piernas, al contrario", apremió a sus compañeros de S&D, que inmediatamente le aplaudieron. No en vano, el PSOE es el partido progresista más fuerte de entre las grandes naciones europeas: sienta a 21 eurodiputados en Estrasburgo.

La "falta de proyecto" de Feijóo

La de Sánchez este jueves, en el hotel Meliá Castilla de Madrid, era su primera intervención en toda esta semana, dado que no tomó la palabra durante las dos primeras jornadas de debate de investidura de Feijóo, y tampoco está previsto que lo haga mañana antes de la segunda y última votación. Por el Grupo Socialista volverá a intervenir el diputado Óscar Puente, exalcalde de Valladolid. El presidente señaló, ante sus compañeros de S&D —que celebran sus 70 años de existencia— la "falta de proyecto político, de visión futura, de optimismo y de esperanza" del líder del PP.

Los socialistas, dice, deben ofrecer todo aquello que se contrapone con la "amargura que alimente la derecha"

"Solo han tratado de vender miedo y frustración, y trasladar a la sociedad la frustración y el miedo que ellos han vivido después del resultado electoral del 23 de julio", analizó. Frente a ello, los socialistas han de ofrecer lo que son, dijo, "esperanza, optimismo" y todo aquello que se contrapone con la "amargura que alimenta la derecha" y que "reivindique el pilar europeo de los derechos sociales". Si la trinchera de la derecha es la que "rebosa miedo y escepticismo", la que es un "lamento nostálgico de grandezas pasadas", la izquierda debe "defender la Europa que lidera, que alumbra y que sigue siendo una esperanza para el mundo entero".

Será el próximo sábado cuando intervenga de nuevo Sánchez. Pero lo hará ante su partido, en La Rinconada (Sevilla), ya consumada la "derrota" de Feijóo y justo antes de recibir el encargo del Rey para intentar su investidura.