El incendio de tres discotecas en el polígono de Las Atalayas (Murcia), que se produjo durante la madrugada del pasado domingo, no deja de generar nuevas incógnitas. Lo último que se ha sabido este mismo lunes es que dos de los tres locales afectados carecían de licencia y tenían orden de cierre desde hace más de un año. Algo que no impidió que siguieran funcionando con normalidad.

El empresario dueño de dos de las discotecas que ardieron en Murcia este fin de semana, Juan Inglés Rojo, no siempre se dedicó al ocio nocturno. A raíz de las 13 víctimas que fallecieron en el incendio de sus salas de baile, la Teatre y la Fonda, ha salido a la luz la hemeroteca que le rodea, siempre envuelta en escándalos.

Antes de poseer locales de la noche, Inglés Rojo fue prestamista. Bajo su sombra están las seis veces que intentaron desahuciar a Francisco García, un hombre de Javalí Nuevo, una pequeña pedanía de Murcia. En octubre de 2015, este anciano vio cómo le intentaron echar de su casa por sexta vez. ¿El motivo? Los 15.000 euros que pidió a una empresa de préstamos rápidos de la que el empresario era socio.

El dinero lo solicitó en 2004 para comprarse un audífono y pagar una serie de deudas. Cinco años después empezó su infierno. La empresa, que en un principio se llamó Créditos Murcia y más tarde pasó a denominarse Omarcux, reclamaba la vivienda de la familia como forma de pago del crédito de 15.000 euros.

Pedía 200.000 euros

Tras un retraso en una de las cuotas, la empresa le reclamó el aval: la escritura de la casa. Tras un intento de pagar esa demora en metálico, Inglés Rojo y su socio le pedían primero 100.000 euros. Rojo le sugirió que pidiese otro préstamo, esta vez con la nómina de su yerno (vivían juntas las dos familias). En el momento del sexto desahucio calcularon que la deuda era de 200.000 euros.

"Se dedicaban a esto, iban de sobrados", recuerda Antonio Ortega, yerno de Francisco. Explica a El Independiente que aquellos años fueron "muy duros" y que el contrato incluía toda la finca, donde estaba su vivienda y la de los padres de su mujer, Loli. "En los juzgados nos decían que lo teníamos perdido". Pero no. Al final consiguieron ganar el juicio.

Francisco García denunció aquel contrato ante la Justicia, que le acabó dando la razón. Aquel préstamo fue abusivo, ya que "no tenían derecho a percibir más de 15.030 euros". El Juzgado de Primera Instancia número Cinco de Murcia condenó a la empresa a reintegrar a García "lo percibido que exceda del capital prestado".

Inglés Rojo y Miguel Latorre, el propietario de la empresa de préstamos, fueron acusados en 2013 por varios delitos: escrituras falsas, estafa y apropiación por parte de un grupo de inversores. El dueño de las discotecas que han ardido en Murcia llegó a estar en prisión provisional. Su socio la eludió pagando una fianza, según informaron medios locales en aquella época.

13 muertos

Las últimas cifras oficiales hablan de 13 muertos y 24 heridos. Por el momento aún se desconocen las causas del origen del fuego, aunque todo apunta a que las primeras llamas se produjeron en la discoteca Fonda Milagros (donde murieron todas las víctimas) y de ahí pasaron a Teatre y, posteriormente, a Golden, que fue la menos afectada.

Inglés Rojo, el dueño de las discotecas que ardieron en Murcia

Según datos del catastro las tres discotecas pertenecen a la misma parcela y tienen como uso principal "espectáculos". Pero mientras que Golden y Fonda tienen un tamaño similar, Teatre, que se ubica en medio de ambas, tiene una superficie de aproximadamente el doble. La fecha de construcción es 1987, aunque se especifica que en el año 2001 se realizaron algunas reformas.

Según El Confidencial, esta no es la primera vez que a Inglés Rojo se le quema una discoteca. En 2019, en San Pedro del Pinatar, ardió el Flamingoville, que el empresario gestionaba a través de Flamingo San Pedro SL. Como ahora, en septiembre de 2020 aquella discoteca no tenía licencia musical, algo que el Ayuntamiento de Murcia cercificó que seguía ocurriendo en agosto de 2021.

El peor incendio desde 1990

El incendio que afectó este fin de semana a varias discotecas de la zona de Las Atalayas de Murcia es el más mortífero registrado en España en un local de ocio desde la tragedia vivida en 1990 en la discoteca Flying de Zaragoza, donde murieron 43 personas.

El incendio se declaró sobre las 6 de la mañana presuntamente en Fonda Milagros, y desde ahí extendió a la discotecas Teatre y Golden. Una vez sofocadas las llamas se encontraron en el primero de los locales los cuerpos sin vida de 13 personas. Este lunes, la Delegación del Gobierno confirmaba que no había más víctimas.

La mayor tragedia en una discoteca en España tuvo lugar en Madrid el 17 de diciembre de 1983, cuando un incendio originado tras las cortinas del escenario de la discoteca Alcalá 20 acabó con la vida de 81 personas, la mayoría jóvenes. El humo, el fallo en el sistema de luces y una puerta de emergencia cerrada propiciaron la catástrofe.

Años después, el 14 de enero de 1990, se registraría el incendio de la discoteca Flying de Zaragoza, donde murieron 43 personas intoxicadas por la inhalación de gases.