La alcaldesa de Foro Asturias en Gijón, Carmen Moriyón, ha tomado una decisión difícil que da pie a la inestabilidad política en el municipio y deja tocada su continuidad al frente del consistorio en esta su tercera legislatura no no consecutiva. Tres meses después de que asumiera la vara de mando, Moriyón ha expulsado a Vox de la cuota del Gobierno local dando por agotado el pacto bilateral alcanzado, al margen de otro previo e individual con el PP, y que llevó a los de Santiago Abascal a alcanzar cuota de poder territorial sumada a los otros 139 ayuntamientos en los que tienen competencias.

El motivo de la expulsión de Sara Concepción Álvarez Rouco, concejala de Festejos, ha sido su gestión del Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX), especialmente en lo que se refiere al trato a la comunidad LGTBI, involucrada en el mismo. Concretamente, y fraguado en la mañana de este miércoles, sin previo aviso a sus socios mayoritarios de coalición, la representante de Vox anunciaba una serie de cambios en el certamen. Escudándose en la intencionalidad de hacer más amplio el evento para "otros públicos" y "sin partidismos", Álvarez Rouco apuntaba a la creación de un nuevo premio basado en los intereses de su partido: el "trabajo, el esfuerzo y el respeto a todos".

La problemática ha llegado cuando, en contraposición, Vox dejaba en el aire la financiación del galardón Rambal, que se otorga en colaboración con el colectivo LGTBI. También el del cine íntegro en asturiano. Esto ha sido considerado un ataque al colectivo y al uso de la lengua. Y Moriyón, que ya asumió el pacto con Vox a regañadientes, ha visto justificado tomar medidas: "Se acabó", anticipaba en X (anteriormente Twitter). Casualmente, el mismo eslogan usado por las jugadoras de la selección española a raíz del caso Rubiales.

En una rueda de prensa convocada a las seis de la tarde para formalizar la ruptura, Moriyón justificaba el movimiento con una contundente frase: "Han antepuesto las siglas al interés general". "Mientras yo sea alcaldesa este Gobierno no va a permitir ninguna injerencia desde Madrid [dirigido a Bambú y a la cúpula de Vox] ni de donde sea". La ya exconcejala de Vox, Álvarez Rouco, ha afirmado que "algo dijimos", mientras que el partido, a nivel general, guarda silencio al cierre de esta edición.

Tiranteces con Vox e "incomodidad" interna

En las municipales, Foro obtuvo 8 concejales, que sumados a los 5 del PP, socio natural, quedaban a uno de la mayoría absoluta de 14 ediles que requiere el consistorio local. Al menos uno de los representantes electos de Vox era clave frente a una alternativa de izquierdas de 12 cargos. El PSOE había ganado los comicios con nueve concejales.

La necesidad de incorporar a Vox, algo que se rechazó en campaña y que demandaba cuota de poder a cambio de un 'sí', generó "incomodidad" dentro del partido por cuestiones políticas, aunque Moriyón, presidenta de la formación, no veía alternativa. Entre los díscolos al pacto estaban el actual secretario general y candidato autonómico al gobierno del Principado, Adrián Pumares. "Como no le va a incomodar si se vio señalado por Vox en unas vallas por todo Asturias", dijo en una entrevista a Onda Cero tras su designación como alcaldesa Moriyón.

Valla publicitaria de Vox atacando a Adrián Barbón, presidente socialista del Principado, y a Pumares. Redes sociales

Ésta se refería a el acoso particular de Vox al representante regional de Foro, que criticaba su apuesta por la cooficialidad del asturiano. Se repartieron pegatinas con su rostro y nombre acusándolo de "vendido" [La Voz de Asturias profundiza en ello en este artículo]. Las vallas, por su parte, rezaban: "Los progres quieren imponer a un millón de asturianos una lengua que no es la suya". También, con un sesgo homófobo, se encontraban otras variantes: una imagen de Pumares y Barbón besándose y el lema "los 'Adrianes' te quieren meter la llingua".

El pacto con Vox en Gijón acarreó descontento interno y varias dimisiones y bajas de Foro, como la del cofundador Suárez Arias-Cachero"

La negativa a dar voz a Vox en un hipotético consistorio chocaba de bruces a finales de mayo por la aritmética y las ansias de poder del partido ultraconservador. "El contexto cambia y mi discurso tiene que cambiar, y eso me quitó muchas horas de sueño", dijo Moriyón en una entrevista en Cadena SER posterior a su designación. La justificación es que la suma de votos de los gijoneses dotaba de "una voluntad de cambio histórico de 70.000" personas. Y frente a ello, la de Foro consideró que sus convicciones no pesaban más que la voluntad social: "francamente no". Ello, pese a que con la cartera de Festejos, Vox arañaba competencias en materia de Igualdad, laicidad y política lingüística.

De hecho, la alianza conllevaba un paquete de medidas en apoyo a la familia, una generalidad en Vox, pero también congelar los fondos para la difusión del asturiano, que la promoción territorial fuera en castellano, rehacer la ordenanza de Igualdad que buscaba "eliminar aspectos que supongan desigualdad", y derogar el reglamento de laicidad y neutralidad religiosa del ayuntamiento.

Al descontento de Pumares se sumaron dimisiones efectivas. Primero José Suárez Arias-Cachero, 'tres' de la lista municipal, fundador de Foro y vicesecretario de Estrategia del partido. En redes calificaba de "pacto infame" el acuerdo, entendiendo que "viola el programa, los principios y el espíritu de Foro". También "insulta a la historia democrática de la ciudad de Gijón (...) y no voy a ser cómplice de quienes quieren ser nuestros verdugos". A él le siguieron Carlos Suárez, candidato de Foro en Oviedo, que se dio de baja como militante; y Inaciu Iglesias, miembro de la Comisión Directiva. "Es incompatible con mi aprecio por la dignidad y la igualdad de las personas, la limpieza de la política y la defensa de lo asturiano", escribió.

Moriyón, con todo, ha sido fiel a sus declaraciones de junio. Entonces, cuando echó a andar el pacto con Vox, dejó claro que no se toleraría "ni un paso atrás" en cuestiones institucionales y sociales, ni se "tomarían decisiones sectarias". La continuidad de la legislatura, por un concejal, dependerá puntualmente del apoyo de esos concejales de Vox, externo, y del PSOE, Podemos, e IU-Más País. Por el momento, Moriyón ha eludido hablar de adelanto de elecciones.