Lo han vuelto a hacer. Apenas 24 horas después de atacar el monolito levantado en memoria del socialista Fernando Buesa y su escolta Jorge Díez, ambos asesinados por ETA el 22 de febrero de 2000, esta mañana, el panteón familiar de Buesa ubicado en el cementerio de Santa Isabel de Vitoria, amanecía manchado con heces y pintura.
Este nuevo ataque se produce unas horas después de que varias personas rociaran con aerosol de pintura negra la placa del monolito en la que se leen los nombres de Buesa y Díez y la fecha de su asesinato, ocurrido con la explosión de un coche bomba.
Sara Buesa, hija del asesinado, ha reconocido en un mensaje que ha compartido en la red social X -antes conocida como Twitter- que este nuevo ataque le ha "golpeado muy dentro". "Respiro mi dolor y me repito: que el hielo no penetre en mi corazón, que nunca deje de sentir ni pierda la sensibilidad ante el dolor ajeno. Seguiré cultivando semillas de amor y compasión frente al odio y la barbarie", ha escrito.
Además de los familiares, muchos han condenado el ataque, entre ellos dirigentes de diferentes partidos políticos. Así como la alcaldesa de Vitoria, Maider Etxeberria; el diputado general de Álava, Ramiro González; el delegado del Gobierno en el País Vasco, Denis Itxaso; el secretario general del PSE-EE, Eneko Andueza; la propia Beatriz y la portavoz del PP en el consistorio, Ainhoa Domaica.
La teniente de alcaldesa de Vitoria, Beatriz Artolazabal (PNV), ha expresado en las redes sociales su "más absoluta condena y solidaridad" con los familiares del dirigente socialista víctima del terrorismo. "Nuevo ataque a la memoria de Fernando Buesa. Y no es casualidad. Este no es el camino para la convivencia", ha señalado.
Por su parte, el líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, ha manifestado en sus redes sociales su más "absoluto y rotundo rechazo, en mi nombre y en el de EH Bildu, sobre los inadmisibles ataques que han acaecido ayer y hoy en Gasteiz, y que afectan a la memoria de Fernando Buesa".
"Estos hechos, cuya naturaleza y origen se desconocen, son una auténtica provocación a la convivencia democrática de nuestro país", ha añadido Otegi. Aun así, el partido se ha negado a apoyar una declaración de condena en el ayuntamiento de Vitoria.
Hace tres años, el 9 de julio de 2020, también sabotearon la lápida de la tumba del dirigente socialista asesinado por ETA, cuando la rociaron con pintura roja.
"Fue un hombre de paz. Defendió la libertad de todos con la palabra", recoge la lápida donde aparece el nombre del que fue vicelehendakari y portavoz socialista en el Parlamento Vasco.
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