El pacto de Gobierno entre PSOE y Sumar provocó ayer una reacción bastante airada del PNV al acusar a socialistas y magentas de "imponer su propia agenda" además de invadir espacios competenciales del País Vasco en materias como vivienda, dependencia, sanidad o educación, entre otros. El acuerdo, de 230 medidas, "requiere una lectura sosegada y un análisis más profundo" porque, por lo pronto, su presentación "deja muchas dudas y preguntas en el aire", dijeron fuentes del PNV a Europa Press.

Los nacionalistas vascos se hacían eco, sin duda, del malestar que entre el empresariado de Euskadi provocan algunas de las medidas en materia económica acordadas por Pedro Sánchez y Yolanda Díaz para reeditar el Ejecutivo de coalición que ya ha gobernado cuatro años, aunque hayan cambiado algunos actores a la izquierda del PSOE. También CEOE, Cepyme y ATA criticaron que el acuerdo "es un atropello al papel constitucional de los agentes sociales" y puede tener "un impacto negativo para la actividad de las empresas" sobre todo en lo que se refiere a la reducción de la jornada laboral.

Los empresarios vascos también se quejan de "falta de seguridad jurídica"

Pero incluso antes de que se conociera el contenido concreto del acuerdo firmado con gran boato por Sánchez y Díaz en el Museo Reina Sofía y sin dar opción a la prensa para formular ninguna pregunta, miembros del empresariado vasco ya habían transmitido al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, sus críticas a lo que entienden como "ausencia de seguridad jurídica" y acusado al PNV de "falta de valentía" por no apoyar la investidura del candidato popular, según ha podido saber El Independiente.

No faltaron los que dijeron entender las "causas políticas" de esa negativa, esto es, por un lado mantener las distancias con la formación política de Santiago Abascal, -que no pocas veces ha abogado por la ilegalización de los partidos nacionalistas e independentistas- y no hacer nada que les pueda perjudicar de cara a las elecciones vascas del año que viene donde se juegan la hegemonía política con EH-Bildu.

Pero admitido este marco, la reedición de un nuevo gobierno de coalición PSOE-Sumar con medidas sobre el mercado laboral o los impuestos a la Banca y a las eléctricas -que PNV cree que no respeta el de sistema de Concierto y Convenio Económicos del País Vasco- no son del agrado de un sector que ha sido siempre muy próximo a los peneuvistas y cuyos intereses han representado siempre en el Congreso de los Diputados. No olvidan que los cinco escaños del PNV podrían haber hecho posible un gobierno monocolor de Núñez Feijóo.

Feijóo tiene mejor sintonía con el lendakari Urkullu que con el líder del PNV, Andoni Ortuzar

El presidente del PP acudió el pasado lunes a Bilbao para intervenir en el XXVI congreso nacional de la empresa familiar, inaugurado por el Rey. En presencia del lendakari, Íñigo Urkullu, coincidió con él en la "territorialización" de los fondos europeos para que lleguen al tejido empresarial de cada región, sobre todo si, como el País Vasco, tiene un fuerte sector industrial. También lamentó que se hable "mucho de la amnistía y de la autodeterminación y poco de generación de empleo, de rebajas fiscales y de la presidencia española del Consejo Europeo".

Feijóo y Urkullu dieron muestras de su buena sintonía, mucho mejor, admiten en Génova, que la que mantiene con el líder del PNV, Andoni Ortuzar, quien desde el minuto cero cerró la puerta a toda posibilidad de apoyo al líder popular, incluso cuando Vox no condicionó sus 33 votos a entrar en el Gobierno. De hecho, los nacionalistas vascos se negaron en un principio siquiera a sentarse con Feijóo, más tarde lo hicieron, aunque no por ello mudaron su posición inicial.

Mientras tanto y a la espera de cuándo se sustancia la sesión de investidura del candidato socialista, aún sin fecha, el líder del primer partido de la oposición quiere incrementar tanto su presencia en Euskadi como en Cataluña. La primera comunidad celebra elecciones autonómicas el año que viene, en teoría coincidiendo con las gallegas, cuya fecha ambos presidentes pactaron en las últimas convocatorias.

Las catalanas serían a principios de 2025, sin descartarse un adelanto de varios meses. Si el lunes estuvo en Bilbao con la empresa familiar y por la tarde participó, junto al árbol de Guernica, en un acto conmemorativo del cuarenta aniversario del estatuto vasco para reivindicar este texto como modelo de convivencia, identidad y exclusión, este miércoles vuelve a Barcelona para intervenir en el desayuno informativo Tribuna de Cataluña del Fórum Europa. No tiene previsto ninguna reunión de carácter orgánico con el presidente regional del PP, Alejandro Fernández, a quien Génova quiere apartar del cargo.