Quedan, en principio, los últimos metros para la investidura de Pedro Sánchez. El último repecho. Y el presidente del Gobierno en funciones quiere afrontarlo con suficiente oxígeno. Demanda el aliento de los suyos, de su partido. Sabe que lo tendrá. Por eso decidió convocar para este sábado al comité federal del PSOE, el máximo órgano de dirección entre congresos. Lo hacía, formalmente, para convocar la consulta a la militancia sobre el acuerdo de coalición con Sumar. Pero la lectura es inevitablemente más política, ya que lo que el jefe del Ejecutivo persigue es visualizar un aval orgánico total a sus negociaciones con los grupos, singularmente ERC y Junts. Un apoyo cerrado y la confianza del partido en él para acabar de atar la ley de amnistía, ya "digerida", "amortizada" en los territorios. Un respaldo apenas roto por la voz discrepante del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que ha acortado un viaje de trabajo a Toulouse (Francia) para poder asistir.
Los estatutos del PSOE obligan a preguntar a las bases, en un referéndum vinculante, sobre los acuerdos de gobierno en coalición. Pero esa consulta puede ser convocada simplemente por la comisión ejecutiva, el órgano de gestión cotidiana del partido. Así ocurrió, de hecho, en 2019. Ferraz llamó a la militancia apenas una semana después de que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias firmaran un principio de pacto. Lo que obtuvo fue un respaldo abrumador (92%) a ese preacuerdo con Unidas Podemos. Aquella consulta de hace cuatro años, por tanto, no fue convocada por el comité federal. Este se reunió un mes después de que Sánchez lograra la confianza del Congreso.
El proceso es diferente al de 2019: entonces la ejecutiva convocó la consulta para que las bases hablasen del preacuerdo con Podemos. Ahora, es el comité el pregunta a la militancia por el pacto sellado con Sumar
El presidente ha querido cambiar el proceso esta vez. Ha querido que sea el máximo órgano de poder del PSOE el que lance el referéndum a la militancia —que se celebrará unos días después, probablemente en el puente de Todos los Santos— para conferir a ese paso de mayor solemnidad. Pero también para revestir de mayor legitimidad sus negociaciones de investidura, como admiten en la ejecutiva. Porque a las bases se les preguntará estrictamente por la coalición con Sumar, como obligan los estatutos, pero a nadie, ni a la dirigencia ni a los militantes, se le escapa que la reelección de Sánchez solo será posible si se amarra la alianza con PNV, Bildu, BNG, ERC y Junts. Nadie, en fin, se llama a engaño: la investidura solo saldrá adelante si hay amnistía al procés, y si se ata un acuerdo con Carles Puigdemont.
El sentir en las federaciones socialistas y también en Ferraz es que el comité "irá bien", que discurrirá sin complicaciones, que "todo está muy ordenado internamente". Es decir, que no se prevé, al menos por ahora, ninguna marejada, ya que los cargos están alineados con la cúpula y, por tanto, no habrá contestación a los planes de Sánchez, menos aún cuando las conversaciones siguen abiertas, aunque en su recta final, y el momento es extremadamente delicado.
"No he tenido un aprieto mediático ni personal"
La futura ley de amnistía, cierto, no es plato de gusto para el PSOE. El presidente y su equipo dijeron hasta la saciedad, antes de las elecciones del 23-J, que el perdón total que querían los independentistas no cabía en la Constitución. Pero las urnas dibujaron un escenario incontrovertible: para que Sánchez pueda reeditar su coalición con Yolanda Díaz, los siete votos de Junts y los siete de ERC son imprescindibles. Transcurridos más de tres meses de los comicios, con una intensísima estrategia de desgaste de la derecha, con numerosos pronunciamientos en contra de la vieja guardia y de Page —también de Javier Lambán, expresidente de Aragón, aunque mucho más comedido—, la amnistía se da ya por "amortizada". Por "descontada". Por "digerida". Así como la sola posibilidad de un referéndum de autodeterminación, rechazada por Ferraz y el PSC, suscita un total rechazo interno, el olvido penal del procés no genera resistencias.
Irá bien", "todo está ordenado", "estoy segura de que el comité será tranquilo, de tanto usarlo, el 'tema amnistía' se ha quemado un poco ya", sancionan varios dirigentes
"Estoy segura de que el comité será tranquilo —manifiesta una baronesa regional—. Además, de tanto usarlo, el tema amnistía se les ha quemado un poco ya. El PP solito ha conseguido que esté asumidísimo incluso entre la gente". "La amnistía cuesta más que otras cosas, pero ya el partido va hacia delante con lo que le echen", modula otro líder territorial. "La amnistía en la militancia del PSOE está más que amortizada. Y socialmente no he tenido ni un aprieto mediático ni personal en ello. Entiendo que quizá Emiliano tenga presión en Castilla-La Mancha, o más teatro quizá, pero el resto no", apunta otro máximo responsable autonómico. "Al final, todo el día hablando de la amnistía ha hecho que esté digerida antes de nacer. El coste es cero. La mentalidad del votante de izquierdas es que si hay que elegir entre Puigdemont en la calle o [Alberto Núñez] Feijóo en la Moncloa, lo tienen claro. No nos encanta, pero en la vida hay que elegir", reflexiona un dirigente de primer nivel con asiento en el máximo órgano.
Pero ni siquiera parece, al menos por ahora, que esa futura ley emerja en el debate del comité federal. Sánchez ha insistido mucho en las últimas semanas en que no hablará de los extremos de la negociación, con el argumento de que "nada está acordado hasta que todo esté acordado". El presidente no cumplió su compromiso de explicar la posición del PSOE cuando recibiera el encargo del Rey. Tampoco lo hizo cuando concluyó su ronda de contactos con los grupos. Solo dará "la cara", por tanto, cuando el acuerdo esté hecho, y no antes. Por eso no es previsible que el sábado, en su intervención a puerta abierta, en el arranque del comité, haga alusión explícita a la amnistía.
La duda es si en su discurso dará un paso más. "Si comienza ya el relato explicativo o esto solo va del acuerdo con Sumar", como resume un barón regional. En este punto, no hay unanimidad de opiniones. Hay quienes entienden que la intervención de Sánchez puede contener anuncios y otros que creen que no habrá avances. La primera pista llega este viernes, ya que el jefe del Ejecutivo se someterá a las preguntas de los medios en Bruselas, al término del Consejo Europeo.
Respaldo previo de los barones provinciales
Si Sánchez, como se espera, no defiende abiertamente la amnistía ante el comité federal, es más que probable que los barones tampoco lo hagan ya de manera explícita a puerta cerrada. No hará falta. Es algo que está en la mente de todos, el elefante en la habitación que no requiere que se le nombre. En las últimas semanas, Sánchez ha protagonizado diversos mítines los fines de semana en los que, uno tras otro, los dirigentes provinciales y regionales le han manifestado su plena "confianza" en él, en los que le han dado manos libres para proseguir unas difíciles negociaciones con Junts y ERC. Ya se sobreentendía para qué era ese respaldo aunque la palabra amnistía no apareciera en los discursos públicos. Este sábado puede ocurrir lo mismo. "La reunión del comité será un cierre de filas y está pensada para que no haya ningún tipo de marejada. Por nuestra parte, total confianza y apoyo. Y ese es el sentir mayoritario", apunta un alto cargo autonómico.
El presidente busca contraponer las críticas de la vieja guardia y de Page al poder orgánico actual, que sí le respalda
El presidente ha querido contraponer esas muestras de respaldo orgánico, del poder real y actual del partido, frente a la vieja guardia socialista, abiertamente contraria a la amnistía. Empezando por el expresidente Felipe González, que no ha dejado de mostrar su rechazo a la medida cada vez que los periodistas le han preguntado. Ferraz ha venido subrayando que ese antiguo testamento del PSOE no representa ni a la dirigencia ni a la militancia de hoy. Ya dos días antes de ser postulado por Felipe VI, el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y todos los secretarios provinciales e insulares del PSOE, además de los barones de las federaciones uniprovinciales y los primeros secretarios de las federaciones del PSC firmaron un manifiesto de apoyo a un nuevo "Gobierno progresista y de convivencia" encabezado por Sánchez. Lo rubricaban, por tanto, los cinco barones provinciales de Castilla-La Mancha y los tres de Aragón, las dos federaciones más alejadas de Ferraz.
Ahora, el presidente persigue otra prueba indiscutible de respaldo interno, la más valiosa a efectos orgánicos, la del comité federal. Y, salvo sorpresas, la tendrá, con la única excepción de Page, ya que Lambán sigue convaleciente por una recaída en su cáncer y no viajará hasta Madrid. "No atisbo problemas", "ninguna marejada interna", anticipan dos barones con galones a este diario. Sánchez, además, compuso en el último congreso federal, en 2021, como pudo hacer en el cónclave anterior, el de 2017, un comité a su medida, garantizándose una sólida mayoría de fieles. "El sábado se verá el apoyo del máximo órgano de dirección del partido al secretario general y eso deja sin argumentos a los que hablan de unos socialistas u otros. Esta es la dirección del partido", remacha un líder autonómico de una importante federación.
El acuerdo con Sumar no suscita contestación interna y con seguridad recibirá el respaldo masivo de las bases
La reunión del sábado permitirá a Sánchez glosar de nuevo los compromisos contraídos con Sumar en su programa de gobierno conjunto, presentado el martes en el Museo Reina Sofía. Ese acuerdo con Díaz no suscita ningún tipo de contestación en el PSOE. El propio Page celebró el jueves en Toledo el documento rubricado con la vicepresidenta segunda: "No figura ninguna de las expresiones o compromisos que a algunos nos llevarían a oponernos frontalmente, como pueda ser intercambiar cargos públicos por valores o redefinir el modelo de solidaridad y de igualdad entre todos los españoles". Lo previsible, por tanto, es que el acuerdo con Sumar reciba el refrendo masivo de la militancia en la consulta en toda España.
Ausencias anteriores
Un aval que, no obstante, también se interpretará que se extiende al pacto que se alcance con el resto de grupos, y sobre todo con ERC y Junts. Dicho de otro modo, se leerá que los afiliados del PSOE acaban apoyando la amnistía a través de su respaldo a la coalición con Díaz, ya que esta solo es viable si Sánchez es reelegido con el voto positivo de los independentistas y nacionalistas.
A un órgano político se va a hablar de política", deslizan en el círculo de Page, dando a entender que tomará la palabra en el comité federal
El presidente de Castilla-La Mancha llevaba encadenando varias ausencias a reuniones del comité federal. No acudió a la última, la del pasado junio, para lanzar un toque de atención por la disconformidad con la confección de las listas de las generales, ni tampoco a la anterior, en marzo, por un contratiempo personal. En ninguna de las dos estuvo Lambán. En esta ocasión, el círculo de Page trasladó primero que sí tenía previsto ir a la cita en Ferraz de este 28 de octubre, pero que llegaba justo desde Toulouse (Francia), adonde viajaba este jueves como presidente de la Asamblea de Regiones Europeas Vitícolas (AREV). Finalmente, el barón castellanomanchego decidió cancelar parte de su agenda para regresar a Toledo el viernes y desplazarse hasta Madrid el sábado, según confirmaron desde su entorno.
Page probablemente será abordado por los periodistas a su llegada a Ferraz, y ahí con seguridad responderá preguntas sobre la amnistía. ¿Intervendrá después en el comité, a puerta cerrada? "A un órgano político se va a hablar de política", señalan desde la cúpula de la federación, deslizando, por tanto, que sí tomará la palabra, sin adelantar el contenido de su discurso.
La última vez que el presidente de Castilla-La Mancha se mostró contrario a las negociaciones con el expresident catalán fue el miércoles: "Sé lo que pide Puigdemont y sé que es intolerable. No quiero que España esté pendiente de un mando a distancia desde Waterloo y que en este país nos hagan bailar una sardana política a todos". Señaló que "cuando se habla de amnistía", hay que tener claro que queda fuera de la Carta Magna, y si no está es "porque se debatió y se descartó en los debates constitucionales", "y si al constituyente le llegan a decir que hay un modelo de autoamnistía, eso no cabría en ninguna futura Constitución posible en el universo".
Es previsible que no se anuncien más acuerdos hasta después de la jura de la Princesa, programada el martes 31 de octubre
Si Page manifiesta en el seno del órgano algunas de las opiniones que ha vertido ante los medios, hay quienes prevén que pueda recibir contestación, porque algunos responsables se reconocen cansados de sus críticas y de su falta de "lealtad". "El partido está a bloque. No hay ni una fisurita", sanciona un integrante del comité muy molesto con el barón regional.
Los vientos en el PSOE, no obstante, viran a veces muy rápido. El comité de junio se preveía tranquilo igualmente y al final arrancó en un clima tenso —que se apaciguó— por los cambios en las listas decididos a última hora por la dirección. Este viernes no se prevé que se anuncien más acuerdos y es probable que no lleguen hasta después del próximo martes, cuando la princesa Leonor jure la Constitución ante las Cortes Generales. Después, el presidente confía en un rápido desenlace. Lo dijo él mismo el miércoles en Bruselas: la investidura, señaló, está "más cerca".
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