Todo ya parece estar a punto. Pero queda atravesar un último hito para que el proceso se acelere definitivamente: el acatamiento de la Constitución ante las Cortes Generales por parte de la princesa de Asturias. Cuando ya se diluyan los focos sobre la heredera al trono, empezará la verdadera cuenta atrás para la investidura de Pedro Sánchez. Con la mirada puesta, aunque no confirmada aún, en una fecha: la próxima semana, la que arranca el 6 de noviembre. Y la foto de este lunes del número tres del PSOE con Carles Puigdemont, el primer encuentro entre un alto mando del partido con el expresident, huido a Bélgica hace seis años, es la confirmación de que ya no hay vuelta atrás y de que la reelección de Sánchez, amnistía mediante, es ya casi un hecho.

Este 31 de octubre, sin embargo, no se esperan anuncios de acuerdos y de finalización de las conversaciones. El PSOE y el resto de sus interlocutores aprietan el botón de pause. Leonor de Borbón y Ortiz, princesa de Asturias, alcanza este martes su mayoría de edad y prestará juramento de la Constitución ante las Cortes, en una ceremonia calcada a la que protagonizó su padre hace casi 38 años. Ni la Moncloa ni Ferraz quieren que se empañe o se reste protagonismo a un acto de la máxima relevancia constitucional. La imagen del día, convienen, ha de ser la jura de la primogénita de los Reyes, que a partir de ahora podrá asumir la Jefatura del Estado si faltara Felipe VI, sin que se active por tanto la institución de la Regencia.

La foto del Gobierno en el Congreso estará algo coja: faltarán Montero, Belarra y Garzón

Y eso que la foto del Ejecutivo arropando a la Princesa estará algo coja. Faltarán las ministras de Podemos, Ione Belarra e Irene Montero, así como el titular de Consumo, Alberto Garzón. La lectura de la Moncloa, como verbalizó tras la reunión del Consejo de Ministros este lunes la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, es otra: "El Gobierno en funciones estará prácticamente al completo". Tampoco acudirán al Congreso los socios parlamentarios de Sánchez: PNV, ERC, Bildu y BNG, además de Junts, que pasará a formar parte del bloque de legislatura si se consuma el pacto con los socialistas. No estarán tampoco los parlamentarios de Podemos.

Rodríguez subrayó ante los periodistas que el ala socialista del Ejecutivo ha otorgado "mucha importancia" a esta ceremonia, y "ha tratado con mucho mimo y trabajado con la Casa del Rey porque es un hito muy importante, contemplado en la Constitución española [en su artículo 61] y de gran trascendencia histórica, simbólica y con una dimensión jurídica importante". El acto de acatamiento de la princesa Leonor "demuestra la fortaleza de la democracia" garantizando la continuidad de la Corona, "reafirmando los valores de la Constitución" de igualdad, libertad y pluralismo político.

"Relevancia jurídica y constitucional"

La portavoz agregó que la Corona además "está al lado" de la Carta Magna y de los "avances del país". La ministra destacó, en ese sentido, que la heredera recibirá este martes, de manos de su padre, el Collar de la Orden de Carlos III, la condecoración civil más alta y distinguida que concede el Estado, y en presencia del presidente en funciones. Sánchez intervendrá en este acto en el Palacio Real —el segundo escenario del día, tras la jura en el Congreso—, al igual que la Princesa y el Rey. Rodríguez no quiso entrar en los posicionamientos republicanos de sus socios en el Gobierno y de investidura, incidiendo en la "relevancia jurídica y constitucional" que el ala socialista del Ejecutivo ha cuidado al máximo.

El ala socialista del Ejecutivo ha otorgado "mucha importancia" a la jura, y "ha tratado con mucho mimo y trabajado con la Casa del Rey porque es un hito muy importante", señala la portavoz en funciones

Este martes, por tanto, será el día de la Princesa, y no se esperan anuncios relativos a la investidura, tal y como confirmaban fuentes de Ferraz y varios de los grupos con los que están conversando. Pero, a partir del miércoles, 1 de noviembre, se pasa de pantalla y el acento volverá a situarse en Sánchez y en el tirón final de sus negociaciones.

Lo que esperaban los socialistas y Sumar era que los acuerdos fluyeran "en cascada", uno detrás de otro, y eso es lo que puede ocurrir a partir del miércoles. O del jueves, si se salva la festividad de Todos los Santos. Deshecho prácticamente el nudo gordiano, el acuerdo con Junts, lo previsible es que todo vaya rodado.

Porque el PSOE dio un paso de gigante este lunes. Concedió a Puigdemont la imagen que tanto buscaba: la del reconocimiento político del partido de Sánchez a cambio de sus votos para la investidura. Justo seis años después de que pusiera rumbo a Bélgica, huyendo de la Justicia española. El jefe del Ejecutivo en funciones envió a Bruselas a reunirse con el expresident a su número tres, a su secretario de Organización, Santos Cerdán. Le acompañaron la presidenta del grupo de los socialistas y demócratas europeos, Iratxe García, y el jefe de la delegación del PSOE en la Eurocámara. Con Puigdemont, el secretario general de Junts, Jordi Turull, y ambos bajo una imagen enorme del referéndum ilegal del 1-O. Siempre el simbolismo como sostén de la acción política.

PSOE y Junts destacan el "buen ambiente" de su cita en Bruselas y constatan que las negociaciones "avanzan en la buena dirección"

Tras el encuentro, las dos fuerzas, PSOE y JxCAT, lanzaron un mismo comunicado, con el mismo contenido. Palabra por palabra. La cita, dijeron, "se enmarca en las conversaciones que los dos partidos mantienen para las condiciones de una eventual investidura y reelección del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez". "Todos han coincidido en destacar el buen ambiente del encuentro y han constatado que estas negociaciones avanzan en la buena dirección. Por esta razón, se han emplazado a seguir hablando en los próximos días", remataba la nota, en la que el PSOE concede a los posconvergentes que se refiera a su líder y referente como "el president Carles Puigdemont", no como el expresident. Y no hace alusión, claro, a su huida seis años atrás. Hasta el 23-J, el PSOE defendía que debía rendir cuentas ante la Justicia.

ERC quiere seguir negociando

La escenificación deja a las claras que a la negociación solo le queda el cierre formal. Que el acuerdo más complicado de todos está a punto de sellarse y que, por tanto, se está ya en la recta finalísima hacia la investidura, si nada se tuerce por el camino. La foto, además, llega apenas dos días después de que Sánchez asumiera y defendiera sin eufemismos la amnistía. Lo hizo ante el comité federal del PSOE, reconociendo que no tenía otra porque las formaciones independentistas se lo exigen, pero también porque está convencido de que Cataluña está lista para el "reencuentro total" y que esta medida puede ayudar a cerrar definitivamente la página del procés y a ahondar en la convivencia, como contribuyeron a destensar la situación los indultos, otorgados por el Gobierno en junio de 2021.

ERC avisa de que no aceptará cualquier redacción de la ley de amnistía: "Si Puigdemont busca una salida muy suya, el PSOE va a tener que seguir negociando"

Pero no solo Junts es imprescindible para la reelección de Sánchez. También han de cerrarse los pactos con el resto de socios: ERC, PNV y BNG y ver si Coalición Canaria se inclina por la abstención o se queda en el no. Bildu ya confirmó este lunes el de sus seis diputados. Mientras, los republicanos admitían este lunes que se han intensificado los contactos, pero el acuerdo, añadían, sigue lejos. La formación de Oriol Junqueras advierte al PSOE de que no aceptará cualquier ley de amnistía que haya pactado con Junts. "Si es coja y no abarca todo lo que nosotros creemos, si Puigdemont ha buscado una salida muy suya y no responde a lo que se necesita, entonces el PSOE va a tener que seguir negociando", señalan a este diario desde la cúpula del partido.

ERC quiere que la amnistía también cubra a los implicados en la causa judicial por los altercados durante las manifestaciones de Tsunami Democràtic en 2019 contra la sentencia del 1-O, en la que podría quedar implicada la secretaria general del partido, Marta Rovira, ya que la Guardia Civil la situó en la cúpula de la organización. Los republicanos sí señalan que la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, "sí se ha movido" respecto a las materias que están negociando con ella, contenidas en la carpeta económica, como el déficit fiscal de Cataluña. En el puente de mando del partido consideran, no obstante, que es posible rematar el diálogo con los socialistas en pocos días, a fin de que la investidura sea la semana próxima, pero insisten en que no depende de ellos, sino de la voluntad que muestren sus interlocutores.

Armengol debe señalar el pleno

Si todo se cierra según lo deseado por el PSOE, la secuencia será rápida: el domingo 5 de noviembre se conocerán los resultados de la consulta a la militancia —Sánchez llamaba este lunes por carta a sus bases a votar y volvía a defender sin rodeos la amnistía—, y a partir de ahí podría comenzar el debate de investidura, el martes 7 o el miércoles 8, y al día siguiente, la primera votación. Es decir, que el Congreso podría tener designado al presidente el 8 o el 9 de noviembre. Este último día es festivo en Madrid capital por su patrona, la Almudena.

El PSOE querría que Sánchez llegara investido al Congreso del PES del 10 y 11 de noviembre, pero por ahora se muestra prudente, a la espera del encaje final

El líder socialista lograría la reelección a la primera, porque cosecharía, al menos, 178 votos, los de su partido, Sumar, ERC, Bildu, PNV, BNG y Junts. En contra, PP (137), Vox (33) y Unión del Pueblo Navarro (1), 171 en total. Coalición Canaria puede pasar del no a la abstención si hay acuerdo con el Gobierno. De cumplirse este plan, Sánchez podría aterrizar en Málaga al Congreso del Partido de los Socialistas Europeos (PES), que se celebra ese fin de semana —10 y 11 de noviembre— reforzado como nuevo jefe del Ejecutivo. Tras la investidura, el siguiente paso será la formación del Gabinete de coalición con Sumar.

El PSOE ha trasladado a sus interlocutores que tiene prisa. Que quiere que el debate en el Congreso sea la próxima semana. Eso exigiría cerrar los acuerdos en los próximos días y que la presidenta de la Cámara baja, Francina Armengol, señale la fecha del pleno. En Ferraz, no obstante, se muestran prudentes, a falta de que todas las piezas del puzle casen. La propia portavoz tampoco quiso aventurar ninguna fecha cuando le preguntaron los periodistas.

Sánchez también se sentía compelido a pisar el acelerador por razones internas. En su partido, y se demostró en el comité federal, hay consenso en que hay que pasar por el trago de la amnistía para poder formar un nuevo Gobierno "de progreso y convivencia", pero sí corría cierta angustia por la lentitud de las negociaciones. Es decir, se estaba haciendo el proceso demasiado largo, lo que suponía un mayor desgaste. Hacía falta terminar de coser todos los flecos. Ese objetivo ya sí se ve a la vuelta de la esquina.