Un discurso breve, de menos de una página. Porque el protagonista de este martes no era él, el presidente del Gobierno en funciones, sino la princesa de Asturias. Pedro Sánchez le dirigió unas palabras a la heredera al trono con las que simplemente le garantizaba la "lealtad, el respeto y el afecto" del Ejecutivo.
Tras la jura de la Constitución ante las Cortes Generales en el Congreso, el escenario de este 31 de octubre se desplazó hacia el Palacio Real de Madrid, al Salón de Carlos III, para la imposición del Collar de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III a la Princesa. Es la máxima condecoración civil en España, que concede el Gobierno y que a continuación el Rey entregó a su hija.
Sánchez felicitó primero a Leonor en nombre del Gobierno por el "compromiso" que acababa de asumir como heredera de la Corona de España. El juramento o promesa, recordó, es la manera que las personas tienen de "establecer un futuro seguro en un mundo lleno de incertidumbres". "Y la Constitución es una promesa que hicieron nuestros padres y nuestras madres. Hoy habéis renovado y dado más futuro a esa promesa sobre la cual se funda nuestra convivencia".
Hoy habéis renovado y dado más futuro a esa promesa sobre la cual se funda nuestra convivencia", señala
El presidente hizo hincapié en que la Princesa recibía de manos de su padre el Collar de la Orden de Carlos III, el "reconocimiento civil más importante y más alto de nuestro país", y es un "honor" para el Gobierno otorgarle esa consideración "en un día tan significativo" para ella y "para la historia de España".
"En esta España democrática, libre y moderna, el futuro se escribe con cada acción y también con las decisiones que tomamos. Y hoy ese futuro se ve enriquecido por el papel que Vuestra Alteza comenzará a desempeñar a partir de ahora. Las instituciones de una democracia ganan su estatura no solo por su historia, que también, sino también por su capacidad de servir al bien común, un precepto que, estoy seguro, guiará vuestro camino", le dijo.
El jefe del Ejecutivo mostró su confianza en que este 31 de octubre se recordará como un "momento solemne en la continuidad de nuestras instituciones". "Y desde el Gobierno extendemos nuestros votos más sinceros para una vida llena de prosperidad y de sabiduría en vuestra nueva responsabilidad como princesa heredera. Contad, Alteza, con la lealtad, el respeto y el afecto del Gobierno". El PP ha atizado duramente a Sánchez por la división de su Ejecutivo. A la jura ante las Cortes Generales no acudieron las ministras de Podemos, Ione Belarra e Irene Montero, ni el líder de IU y titular de Consumo, Alberto Garzón. Sí estuvieron en el Congreso tanto la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, como el responsable de Universidades, Joan Subirats. Por razones de agenda, porque se le retrasó el vuelo que le traía de vuelta desde Abu Dabi —adonde había viajado por la cumbre preparatoria de la COP28—, faltó la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera.
No hubo más mensajes por parte del presidente. Ni, obviamente, referencias a su propia investidura y al momento político, apenas unas horas después de la foto del número tres del PSOE con el expresident Carles Puigdemont, huido de la Justicia española hace seis años, en Bruselas.
Desde el Gobierno extendemos nuestros votos más sinceros para una vida llena de prosperidad y de sabiduría en vuestra nueva responsabilidad como princesa heredera"
PEDRO SÁNCHEZ, PRESIDENTE DEL GOBIERNO EN FUNCIONES
La entrega de la distinción en el Salón de Carlos III del Palacio Real de Madrid tuvo lugar en presencia de las principales autoridades del Estado. Fue una ceremonia breve y análoga a la de hace 37 años, cuando el hoy Rey recibió la misma condecoración de manos de su padre, Juan Carlos I, después de jurar la Constitución ante las Cortes, el mismo día en que él cumplía 18 años.
Leonor suma el Collar de la Orden de Carlos III al Toisón de Oro, la más alta distinción que concede la Corona española, que ella misma lucía este martes en la solapa de su chaqueta blanca inmaculada. Toisón que su padre le impuso el 30 de enero de 2018, cuando él cumplió 50 años y ella tenía 12. El Rey el es gran maestre de la Orden, de la que el presidente del Gobierno, por razón de su cargo, es el gran canciller.
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hace 1 año
Recuerdo que ese amable señor que se dirigía con tanto respeto y obsequiosidad a la Princesa de Asturias, mientras le prometía lealtad, es el socio de todos los que no se presentaron a su jura de la Constitución. Es el que ha concedido el indulto a los responsables de los delitos derivados de un golpe de Estado contra la Monarquía que ejerce su padre. El que ha modificado el Código penal para no molestar a los corruptos. El que ha entregado nuestra política exterior respecto al Sahara en manos ajenas. El que, ayer mismo, mientras se celebraba el acto en el que la Princesa de Asturias asume su responsabilidad de servir a España -desde el puesto institucional que le ha tocado- terminaba el pacto con quienes dieron un golpe de Estado para derogarla, con quienes pretendieron despreciar con su ausencia el acto solemne que se celebraba. Una amnistía de delitos de una gravedad política sin precedentes en nuestra democracia. Ayer le demostró cual es esa lealtad y lo que puede esperar de ella y de sus socios de gobierno, que ni la cumplen ni tienen intención de hacerlo a pesar de haber jurado cumplirla y hacerla cumplir con la misma lealtad al Rey que la Princesa. En su caso, el sr. sánchez hoy puede jurarle esa lealtad y, unas horas más tarde, firmar la demolición de la nación de la que su padre es Jefe de Estado y de la Constitución que juró ayer cumplir y defender con lealtad al Rey. Se llama «cambiar de opinión». Acabo con la letra de un poema: «Matómela un ballestero, dele Dios mal galardón».